El documento habla sobre la necesidad de respetar la independencia idiomática de los diferentes dialectos del español en América. Argumenta que aunque los países americanos fueron colonias de España, cuando se liberaron también rechazaron la autoridad de la RAE española sobre su lenguaje. Pide protestar contra los intentos de la RAE de descalificar términos y jergas locales americanas y hacerlos creer que expresan algo diferente, ya que cada región habla de manera distinta pero no por eso es menos.