La obligación romana tuvo su origen en las sanciones por delitos, donde un miembro de la familia del culpable quedaba "atado" como garantía de cumplimiento de la compensación a la víctima. Luego, con el desarrollo de las relaciones económicas, esta "atadura" se trasladó al campo de los préstamos entre particulares. La naturaleza de la obligación cambió en la Lex Poetelia Papiria para vincular el patrimonio del deudor en lugar de su persona. Los romanos definieron la obligación como un