El castellano evolucionó a partir del latín que se hablaba en la Península Ibérica durante el Imperio Romano. En la Edad Media, la Península estuvo dividida entre los reinos cristianos del norte y Al-Andalus al sur, donde se desarrolló el mozárabe. En el siglo XV, los Reyes Católicos unificaron los reinos y el castellano se impuso como lengua común, aunque otras lenguas romances continuaron hablándose.