El pediatra y el neonatólogo tienen un papel fundamental durante el parto al determinar el estado de salud del bebé y brindar atención adecuada en caso de complicaciones. Es recomendable elegir un pediatra 2 meses antes del parto, ya sea un pediatra general si el bebé está sano o un neonatólogo si hay complicaciones detectadas. La primera consulta con el pediatra permitirá establecer una relación de confianza y obtener información sobre el cuidado y desarrollo del bebé.