El documento argumenta en contra de las corporaciones agrobiotecnológicas y sus productos transgénicos por tres razones: 1) su enfoque en las patentes sobre seres vivos privatiza el patrimonio genético mundial, 2) lleva a una concentración corporativa que domina la industria agrícola, y 3) los Organismos Genéticamente Modificados plantean riesgos ecológicos y de salud como la contaminación genética y la aceleración de resistencias a antibióticos.