El documento habla sobre los cambios en el papel del docente y el uso del juego como instrumento pedagógico. El juego permite el desarrollo psicosocial y la adquisición de conocimientos a través de la construcción de significados y lenguaje simbólico. También discute la importancia de que la escuela proporcione espacios dinámicos e interactivos para permitir que los niños aprendan de manera creativa y afectiva a través de nuevas metodologías.