Mijaíl Gorbachov llegó al poder en la Unión Soviética en 1985 e inició reformas económicas y políticas conocidas como perestroika y glásnost que buscaban descentralizar la economía y abrir la sociedad. La perestroika fracasó en revitalizar la economía soviética y llevó a una mayor desestabilización que resultó en el colapso de la Unión Soviética en 1991 y el surgimiento de 15 estados independientes.