La diabetes puede dañar los nervios y vasos sanguíneos de los pies, causando entumecimiento y reduciendo la sensibilidad. Esto hace que los pies no sanen bien si se lesionan. Es importante revisar los pies diariamente para detectar problemas como úlceras e infecciones y cuidarlos adecuadamente, por ejemplo, lavándolos con jabón suave y secándolos bien.