El documento resume a tres artistas renacentistas italianos: Guirlandaio, conocido por plasmar la vida civil de Florencia en sus obras religiosas y por ser muy popular; Piero di Cosimo, que marcó la transición entre el Quattrocento y el Cinquecento con obras que reflejaban un mundo más complejo y que gustaba de temas fantásticos; y Luca Signorelli, florentino que marcó la transición con estudios del cuerpo desnudo y el movimiento de forma menos violenta que otros, influenciado por Piero della Francesca.