Las organizaciones deportivas estatales a menudo se resisten a la planificación estratégica porque no enfrentan competencia, reciben financiamiento del gobierno, trabajan con deportistas amateur y no tienen fines de lucro. La planificación estratégica implica analizar el entorno interno y externo, establecer objetivos a largo plazo, seleccionar estrategias para alcanzarlos, y definir proyectos. Se compone de cuatro etapas: diagnóstico, objetivos corporativos, estrategias corporativas y planes de acción.