El modelo de cloud computing es crucial para que las empresas adapten y optimicen sus infraestructuras tecnológicas, permitiendo la transición de inversiones fijas a costos operativos variables y reducidos. La adopción de este modelo, que se produce de manera gradual según la curva de Rogers, permite a las organizaciones beneficiarse de una mayor agilidad y eficiencia, además de acceder a nuevas funcionalidades y servicios. Al cambiar el enfoque hacia un modelo de pago por uso, se favorece tanto a los proveedores como a los suscriptores, optimizando costos y recursos.