El templo de Kalasasaya en Tiwanaku, Bolivia servía como observatorio astronómico para medir los cambios de estación y el año solar. Mide 130 metros de largo por 118 metros de ancho y está construido en piedra volcánica lisa. Dentro alberga dos monolitos que representan figuras míticas y fue usado para ceremonias religiosas vinculadas al calendario agrícola.