El documento propone cinco propuestas para mejorar la gobernabilidad y la participación de los jóvenes y niños: 1) Mirar más allá de la Convención sobre los Derechos del Niño, 2) Analizar críticamente los espacios de participación, 3) Definir claramente el tipo de participación, 4) Reconocer que se trata de procesos políticos, 5) Asegurar estándares éticos. Plantea que se debe cualificar la participación más allá de modelos asistencialistas, entendiendo las dinámicas de poder