El documento propone una pedagogía para la emancipación que se oponga a las políticas neoliberales y apoye el laicismo, la libertad de cátedra y la elevación de la calidad educativa. Busca construir un modelo educativo participativo que promueva la interrelación entre teoría y práctica, y vincule a la escuela con su comunidad. También enfatiza que la educación debe responder a las necesidades de los estudiantes y contribuir a su desarrollo integral para que puedan desempeñarse en la sociedad.