La supervisión tiene como objetivo utilizar racionalmente los recursos como el personal, equipos y materiales para lograr los objetivos de la empresa y satisfacer las necesidades del mercado. Los supervisores dirigen y controlan el trabajo de los empleados para asegurar que completen sus tareas. Ellos también resuelven problemas que surgen y toman decisiones para mejorar el rendimiento. Existen diferentes estilos de supervisión como el autocrático, democrático y liberal.