El documento describe los protocolos y prácticas actuales para la acogida de nuevos estudiantes en los centros educativos y áreas de mejora. La autora explica su papel de orientadora educativa y cómo asesora a estudiantes y familias con necesidades específicas. También analiza programas como PASE y sugiere incorporar apoyos al aula ordinaria para evitar la segregación. Propone mejorar el seguimiento sistemático, ofrecer asesoramiento más amplio, y aplicar metodologías inclusivas como el aprendizaje cooper
1. Actividad sobre el protocolo de acogida.
Como he explicado en el correo electrónico, este curso estoy de permiso de maternidad y los
dos cursos anteriores he trabajado en SPE, así que no he tenido oportunidad de ver en la
práctica cómo ha sido la concreción de la resolución de 5 de Junio. Me voy a basar en
experiencias anteriores para hacer esta actividad.
Mi especialidad es Orientación Educativa y en relación a la acogida lo que suelo hacer es
atender al alumnado y a las familias cuando presentan dificultades y existe previamente un
informe psicopedagógico. En estos casos me pongo en contacto con el centro de referencia y
recabo información hablando con la orientadora o el equipo directivo, (porque además el
informe psicopedagógico suele llegar cuando el alumno ya se ha incorporado) y asesoro en las
reuniones con el equipo docente o el tutor/a de preparación de la respuesta educativa.
Cuando el alumnado procede de otra comunidad autónoma y presenta Necesidades
Específicas de apoyo educativo realizo una evaluación sociopsicopedagógica.
En relación a lo que realiza el centro, suele encargarse el equipo directivo tanto de los pasos
previos a la incorporación del alumnado como de la presentación a la clase y al profesorado. El
tutor/a tienen un papel más específico tanto en la interacción con la familia como con el resto
del equipo docente y lo que se hace es que se suele hablar del alumno/a durante las primeras
semanas en las reuniones de coordinación de tutores y en ellas se realiza un seguimiento, pero
no de forma sistemática, si no que generalmente se da este seguimiento si se han observado
dificultades académicas o para la integración del alumnado, y esto es bastante erróneo porque
en realidad de esta manera sólo se detectan las dificultades más patentes o exageradas, pero
no hay un acompañamiento de calidad al alumnado y a las familias.
Otra de las situaciones es cuando el centro cuenta con un programa PASE que ya hay tantos
como antes pero sí que lo he tenido en un instituto recientemente. En este caso sí existía un
coordinador que se hacía cargo del proceso de forma efectiva y teníamos reuniones de
coordinación con Jefatura de estudios y el profesorado del programa. Pero este es un
programa que desde mi punto de vista contribuye a la segregación del alumnado, en el IES
llamaba la atención que en el recreo el alumnado de procedencia extranjera se agrupaba, de
forma que teníamos la sensación de que se habían formado guetos en el IES. Iniciamos una
reflexión en la Cocope sobre este tema y una de las conclusiones fue que el programa, al sacar
del aula durante un tiempo al alumnado estaba promoviendo este agrupamiento homogéneo
por dos cuestiones, una porque normalmente el alumnado se hace amigo de las primeras
personas con las que interactúa al llegar a un centro nuevo (hicimos la dinámica de que cada
profesor pensara en cuáles eran sus amigos de la facultad y solía coincidir con los que conoció
los primeros días) de forma que también fuera del IES las relaciones de amistad eran entre
alumnado de origen inmigrante y esto también dificultaba el aprendizaje del idioma; por otro
lado el PASE daba la idea a la comunidad educativa de que este alumnado era “especial” y no
podía estar en clase por el idioma, tenían que “salir” idea que puede servir de base para
actitudes de exclusión y dificulta el valioso papel que el alumnado puede prestar para que un
compañero aprenda rápidamente un nuevo idioma. La propuesta fue organizar el PASE de otra
manera para incorporar los apoyos al aula ordinaria, pero desgraciadamente un grupo del
profesorado no lo vio claro y no se pudo hacer ese año, posiblemente hizo falta un mayor
trabajo en formación y concienciación.
2. En relación a lo que me gustaría que mejorara en relación a lo que he visto en los centros
destacaría varias ideas.
Por un lado todo lo relacionado con el seguimiento y evaluación de forma sistemática e
institucionalizada por parte de la cocope o una subcomisión, esto me parece fundamental y
creo que va marcar una diferencia muy cualitativa en relación a lo que hacíamos hasta ahora,
por que nos va a permitir tomar conciencia de las barreras reales que existen para este
alumnado y poner soluciones.
Por otro lado mi función debería ser de asesoramiento más amplio de lo que ha sido hasta
ahora en el sentido de no restringirse a cuando hay NEAE o cuando al pasar 2 o 3 semanas se
solicita una evaluación por que el alumno se dice que el alumno/a“no tira”. El asesoramiento
debe ser en la cocope en primer lugar, para el seguimiento en la puesta en práctica del
protocolo de acogida y en las reuniones de tutores y de equipos docentes en el sentido de
ayudar a que se optimicen las medidas de respuesta educativa para la inclusión, poniendo el
énfasis en las de nivel I y II especialmente en estos casos por que se suele confundir
dificultades relacionadas con la adaptación a un nuevo entorno con NEAE, en particular hay
que tener muy en cuenta una comprensión global de las circunstancias del alumnado ( hay
alumnado que ha cambiado de país o de continente y queremos que se adapte sin presentar
dificultades en unas semanas, o hay alumnado que ha cambiado de entorno por circunstancias
potencialmente traumáticas como los refugiados, dificultades económicas serias, conflictos
familiares… y por todo ello va a necesitar de un tiempo de adaptación y un entorno acogedor
y no de una “etiqueta rápida” que nos tranquilice a todos).
Así en algunos aspectos en los que me propongo mejorar mi intervención en este sentido
cuando me incorpore al nuevo centro, son el asesorar para ofrecer una buena respuesta a este
alumnado y sus familias y especialmente en el aspecto afectivo y de interacción social,
cuestión que la resolución de 5 de Junio recoge y me parece muy acertada. En particular me
parece muy importante todo lo relacionado con organizar respuestas de ayuda entre iguales
para la acogida al nuevo alumnado, el seguimiento de la realización de tutorías individuales
que den la oportunidad a este alumnado de expresar cómo está viviendo el proceso y nos de
información más allá de lo que se hace patente y el seguimiento y asesoramiento para la
aplicación de metodologías que favorezcan la inclusión de este alumnado. Me parece muy
interesante en este sentido la aportación que hizo Díaz-Aguado en el programa de Educación
intercultural a través del Aprendizaje cooperativo. Es un programa que he tenido la suerte de
haber podido ayudar a desarrollarlo en dos centros y que me parece muy valioso tanto en la
sensibilización de toda la comunidad en desarrollar una cultura intercultural y eliminar
barreras de este tipo, como en dinamizar la utilización de la metodología cooperativa a través
de actividades sencillas y asequibles para profesorado que no está acostumbrado todavía a
trabajar con estas metodologías.
Por último destacar que me parece fundamental que se haya publicado esta resolución, creo
que facilita muchísimo que podamos hacer evolucionar a los centros en muchos aspectos, no
sólo en la respuesta que se da al alumnado recién llegado y creo que tenemos la
responsabilidad de hacer que este protocolo no se quede escrito en un cajón si no llevarlo a la
práctica y exigir que se desarrolle.