El documento define la disciplina como un rasgo de comportamiento que se inculca para que los adolescentes aprendan a gestionar su libertad y asumir responsabilidades de cara a la vida adulta. Explica que la autoridad se basa en la influencia a través de límites firmes y consecuentes, no mediante gritos, insultos o violencia. Además, señala que es importante establecer límites desde edades tempranas y no solo cuando los hijos cumplen 15 años.