Las quemaduras en mujeres embarazadas requieren atención médica inmediata debido a que durante el embarazo el sistema inmune se debilita para permitir el desarrollo del feto. Quemaduras de primer grado generalmente no causan problemas, pero quemaduras de segundo y tercer grado, especialmente durante el segundo y tercer trimestre, deben ser evaluadas de cerca para monitorear el estado del feto y determinar el curso de acción más seguro para la madre y el bebé.