En esta unidad, el autor aprendió que no existen instrumentos de evaluación inherentemente buenos o malos, sino que la adecuación de cada instrumento depende de los objetivos y contenidos que se pretenden evaluar, así como de las condiciones en que se aplicará el instrumento. La selección del instrumento adecuado depende de su interrelación con los demás componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje.