El Renacimiento se divide en dos etapas: el Quattrocento en el siglo XV en Florencia con artistas como Brunelleschi y Boticelli, y el Cinquecento en el siglo XVI que se traslada a Venecia y Roma con Miguel Ángel y Rafael. El Renacimiento marcó el fin de la Edad Media a través del mecenazgo de los comerciantes enriquecidos, el nuevo pensamiento humanista y científico, y la valoración del cuerpo humano y la naturaleza en la pintura y escultura.