Las nuevas directrices de la AHA de 2017 para la prevención, detección, evaluación y manejo de la hipertensión arterial sistémica recomiendan iniciar tratamiento farmacológico en pacientes con riesgo cardiovascular alto si su presión arterial es de 130/80 mmHg o más, o en pacientes de bajo riesgo si es de 140/90 mmHg o más. También recomiendan monitorear la presión arterial de forma ambulatoria y adoptar estilos de vida saludables como complemento al tratamiento.