Revista educación y familia vol 2 mayo

Revista
EDUCACIÓN
Y FAMILIA
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1Educación y Familia. Mayo 2017
Vol. 2. Mayo 2017.
* Educación financiera: necesaria, pero ausente * Animación a la
lectura: tarea de padres y educadores * El robo escolar * Ambiente
familiar y rendimiento escolar

3 Editorial
4 Educación financiera: necesaria, pero ausente
11 Animación a la lectura: tarea de padres y educadores
16 El robo escolar
21 Ambiente familiar y rendimiento escolar
25 Libro recomendado

Editorial
Nuestra Misión
Lino Pastene O.
Director de Revista Educación y Familia
Luego de lanzar nuestro primer número de la Revista Educación y
Familia, hemos recibido muchas felicitaciones y deseos de participar
de muchos educadores y directores de establecimientos
educacionales. Agradezco el apoyo sincero hacia este proyecto en
construcción que contribuye a mejorar la educación de nuestros niños
y jóvenes.
En el presente número se aborda la temática de la educación
financiera, entregando algunas luces para iniciarla en forma temprana
en el hogar; una presentación sobre la animación a la lectura como un
elemento precursor para la formación de lectores desde la infancia;
una enfoque formativo para abordar el robo escolar; y una exposición
en torno a los factores que definen el ambiente familiar que influyen
en el rendimiento académico de los estudiantes.
Estaremos atentos a recibir comentarios, opiniones, sugerencias y
aportes de todos Ustedes.
Saludos cordiales.

Educación financiera: necesaria,
pero ausente
La ausencia de aprendizajes necesarios para manejar racional y
responsablemente el dinero en los jóvenes convierte a la próxima
generación adulta en verdaderos analfabetos financieros,
quedando expuestos a la esclavitud de las deudas; al hábito del
derroche y a la irresponsabilidad de gastar más de lo que se gana.

El profesor Claudio organizó con sus
estudiantes un pequeño negocio para juntar
dinero y concretar su gira de estudio. Hubo
apoderados que apoyaron la idea, pero
algunos se negaron en forma enfática, que sus
hijos aprendieran a manejar dinero, ya que
estaban muy chicos para aquello. No es de
extrañar que muchos padres no les gusta
hablar de dinero con sus hijos porque
consideran que es un tema de adultos.
Además, porque no saben qué y cómo
enseñarles, debido a que ellos tampoco se les
enseñó a usar el dinero y a ahorrar en edad
temprana. Si a lo anterior, se agrega que la
enseñanza de conocimientos financieros están
ausentes en los Programas de Estudios, la
ausencia de aprendizajes necesarios para
manejar racional y responsablemente el
dinero en los jóvenes convierte a la próxima
generación adulta en verdaderos analfabetos
financieros, quedando expuestos a la
esclavitud de las deudas; al hábito del
derroche y a la irresponsabilidad de gastar
más de lo que se gana. Estos síntomas de
analfabetismo financiero juvenil han sido
advertidos por las autoridades educacionales,
luego de recibir el último informe sobre el
dominio de conocimientos y habilidades
financieras que fueron evaluados en el
examen PISA de educación financiera de
2015 a una muestra de jóvenes chilenos de
establecimientos educacionales del País. Para
la OCDE (Organismo para la cooperación y el
desarrollo económico) la educación financiera
es el conocimiento y la comprensión
de conceptos y riesgos financieros, y las
destrezas, motivación y confianza para
aplicar dicho conocimiento y comprensión
con el fin de tomar decisiones eficaces en
La evaluación PISA
determinó que el 38% de
los estudiantes de 15 años
no sabe interpretar una
boleta o factura; carece de
la habilidad para
organizar un gasto
cotidiano, y tomar
decisiones eficaces sobre
economía familiar.
Educación financiera:
necesaria, pero
ausente

Educación y Familia. Mayo 2017 6
distintos contextos financieros, para mejorar
el bienestar financiero de los individuos y la
sociedad, y permitir su participación activa
en la vida económica.
La evaluación PISA determinó que el 38% de
los estudiantes de 15 años no sabe interpretar
una boleta o factura; carece de la habilidad
para organizar un gasto cotidiano, y tomar
decisiones eficaces sobre economía familiar.
Además, concluyó que mientras mejor es el
desempeño de los estudiantes en matemáticas,
más altos son los puntajes en el examen PISA
de educación financiera, revelando que la
habilidad para tomar decisiones financieras
tiene que ver en gran medida con el empleo
de operaciones matemáticas y el manejo de
probabilidades. En otro orden de cosas, el
informe PISA revela que mientras más alto es
el nivel socioeconómico de los estudiantes,
más altos son los puntajes en este examen.
Esta conclusión confirma el déficit detectado
de educación financiera en los jóvenes y las
personas de bajos ingresos, por la encuesta de
protección social (EPS) de la U. de Chile, en
2009, donde además incluyó en este grupo
precario a las mujeres. Relacionado con lo
anterior, la Asociación de Bancos en 2015
estableció que las personas que tienen más
altos niveles de educación financiera tienen
mayor acceso al crédito de los bancos y un
mayor ahorro.
Los padres educan con el ejemplo. Ante los
ojos de los hijos, ellos deben mostrarse
reflexivos con el uso del dinero, ahorrando, y
haciendo uso racional del dinero, como si
fuera un recurso natural valioso. Los padres
que incentivan el ahorro en sus hijos enseñan
que guardar dinero es importante en
momentos de crisis; pero también, les sirve
para concretar
Esta educación informal
no es del todo eficaz
para desarrollar
actitudes y habilidades
para manejar la
incertidumbre, porque el
mercado y el consumo
distorsionan la realidad
en las personas de que
siempre habrá bonanza,
trabajo y dinero para
gastar.

sueños, enseñándole a no malgastar el dinero,
así como se cuida el agua, distinguiendo
cuando se trata de una necesidad o de un
capricho. El ahorro puede empezar con unas
monedas que separa de su mesada, dejándolas
en una alcancía o abriendo una cuenta de
ahorro en un banco. Este hábito se acrecienta
si los padres contribuyen con unas monedas
en su alcancía.
La educación financiera se inicia en el hogar,
observando cómo los padres obtienen y gastan
el dinero. A través de las épocas de bonanza y
de las crisis, los miembros de una familia
desarrollan comportamientos y prácticas
culturales que son aprendidas informalmente
a través del consumo y el mercado del
trabajo. Esta educación informal no es del
todo eficaz para desarrollar actitudes y
habilidades para manejar la incertidumbre,
porque el mercado y el consumo distorsionan
la realidad en las personas de que siempre
habrá bonanza, trabajo y dinero para gastar.
Esta cultura informal del dinero es tan
riesgosa como la extracción de recursos
naturales bajo la lógica de que nunca se
acabarán. El dinero es un recurso que si no se
maneja racionalmente, se agota. Solo una
educación financiera temprana en la escuela
proveerá conocimientos y habilidades a las
personas para vencer la cultura informal del
dinero basada en el consumo irreflexivo que
afecta a todas las edades.
Con real intención de instalar la educación
financiera en el currículum y la fuerza y
voluntad de la familia se podrá alcanzar una
cultura crítica del dinero en nuestros jóvenes,
basado en el consumo reflexivo; el ahorro; y
la inversión en nuestro bienestar familiar, pero
bajo una condición ética de servir a los demás
con nuestros mejores talentos; condenar la
desigualdad; respetar los derechos de las
personas; y el cuidado del medio ambiente.
Los padres educan con el
ejemplo. Ante los ojos de
los hijos, los padres deben
mostrarse reflexivos con el
uso del dinero, ahorrando,
y haciendo uso racional
del dinero, como si fuera
un recurso natural valioso.

Claves para practicar la educación
financiera en la casa
Clave 1: Incentivar la práctica del
ahorro en los hijos, obsequiándoles
una alcancía donde puedan juntar
una parte del dinero de la mesada
que se les dan, y conversar en torno
al valor del dinero como un recurso
que debe usarse en forma racional y
responsable, así como el agua y la
energía.
Clave 2: Invitar a que reflexionen
antes de tomar una decisión frente
al gasto que van hacer de sus
ahorros, si será para satisfacer una
necesidad o un deseo, haciéndoles
ver que las necesidades, como la
alimentación, la ropa y el cuidado,
son esenciales para la vida humanas,
mientras que los deseos, como las
golosinas y la ropa de marca; se
puede prescindir de ellos. Enfatizar
que para satisfacer nuestros deseos,
primero deben satisfacerse nuestras
necesidades.
Clave 3: Cuando pidan que se les
regale un objeto, no decirles: No
tengo dinero. Por el contrario,
decirles: Qué podemos hacer para
reunir el dinero para comprar el
regalo. De esta manera se invita al
compromiso a fijar y cumplir metas
de ahorro, o de hacer acciones para
conseguir el dinero anhelado.
Clave 4: Dar una monedas
adicionales (un porcentaje) por el
dinero que ahorran, simulando la
función del banco de entregar un
interés por el dinero ahorrado.
Clave 5: Entregar una mesada
semanal en monedas o billetes de
bajas denominaciones para facilitar
el ahorro.

Clave 7: Incentivar que lleven en un
cuaderno o gráfico un registro de los
gastos que hacen cada mes,
guardando las boletas o facturas de
compra. Pregúnteles cómo gastaron
su dinero y cuánto dejaron para
ahorro.
Clave 8: Invitar a que planifiquen los
gastos conforme al presupuesto que
tienen y que reflexionen cómo
comprar más por menos dinero,
comparando el precio – valor de los
productos, recordando que muchos
artículos cumplen la misma función
que uno busca, pero que difieren en el
precio por la publicidad que los
acompañan.
Clave 9: Adviértales sobre los
inconvenientes que implica pedir
préstamos y pagar intereses, sobre
todo en el uso de las tarjetas de
crédito. Demuéstreles con ejemplos el
gasto adicional de dinero que se hace
por pedir dinero prestado. Enséñeles
que las tarjetas de crédito deberían
usarse solo en casos muy justificados
para evitar el pago de comisiones e
intereses que genera el dinero
prestado.
Clave 10: Practique con sus hijos la
regla: Gastar menos; Invertir más;
Ahorrar más. Dígales que gasten
menos dinero del que sean capaces de
ganar; que prefieran gastar su dinero
en objetos o en actividades que le
dejaran una ganancia futura, como por
ejemplo, preferir comprar una bicicleta
que una máquina para realizar
ejercicios; y que una parte del dinero
que ganen lo ahorren para adquirir
bienes futuros.

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Animación a la lectura: tarea de
padres y educadores
El desarrollo de la comprensión lectora tiene una estrecha relación con
el interés y el placer de leer, no cabe duda que uno de los primeros
objetivos en el camino a convertir a los estudiantes en lectores
analíticos, es estimular el deseo a leer y acercarse al mundo de los
libros.

No me gusta leer, me cargan los libros que me
hace leer mi profesora de Lenguaje.
Preferiría que nos hiciera ver una película
del libro o un resumen, se quejaba Joaquín
alumno de tercero medio. En las aulas de las
escuelas abundan numerosos estudiantes que
no les gusta leer. Las lecturas obligadas que
exigen los educadores, lejos de lograr el
placer por la lectura, generan en los
estudiantes desánimo y distanciamiento por
los libros.
Si partimos de la base que el desarrollo de la
comprensión lectora tiene una estrecha
relación con el interés y el placer de leer, no
cabe duda que uno de los primeros objetivos
en el camino a convertir a los estudiantes en
lectores analíticos, es estimular el deseo a leer
y acercarse al mundo de los libros.
La animación a la lectura, entendida como el
acercamiento de los niños a los libros de
manera creativa y placentera, es una tarea
crucial de las escuelas para fomentar y
armonizar el encuentro de las personas con el
mundo de los libros.
Algunas veces los educadores cometen el
error de obligar a los estudiantes a leer sin
mediar una acción que los motive a tomar el
libro con expectativas, preguntas, e ideas que
los lleven a buscar respuestas. Algunos padres
tampoco contribuyen a motivar a los niños
por la lectura, cuando se les castiga
haciéndolo leer un libro.
Los grandes lectores señalan que el placer de
leer está precisamente en el deseo de
encontrar algo que a uno le inquieta en las
páginas de un libro. Hay bastante evidencia
que los buenos lectores surgen de familias
cuyos padres son buenos lectores y estimulan
a sus hijos a leer.
Animación a la lectura:
tarea de padres y
educadores

•Incentivarlos a leer los libros de
temas que le gustan a través de
juegos. Realizar sesiones de
lecturas de tiempos breves. Luego
conversar sobre lo leído.
Claves para la animación de la lectura a los niños
•Contar con un pequeño espacio en
el hogar y la sala de clases con una
pequeña biblioteca con libros para
niños, donde los niños puedan
tocar y jugar con ellos.
•Promover la lectura como una
actividad voluntaria (no obligada).
Acordar con los niños qué lecturas
se podrían realizar y con qué
frecuencia.
•Que los hijos vean a sus padres
que leen habitualmente. Los
padres deberían decir que están
leyendo mientras conversan
sobre un tema relacionado.
•Promover el tiempo de ocio de
los niños a la lectura. Participar
con los hijos el interés por los
tipos de lecturas que realizan.

Existen un gran conjunto de prácticas para la
animación a la lectura, pero no todas tienen los
mismos propósitos. Algunas buscan animar a
leer todo tipo de textos literarios y no
literarios; mientras que otras buscan animar un
tipo particular de lecturas, por ejemplo las
obras clásicas, donde el educador debe realizar
una presentación de la obra; señalando su
contexto y momento en que fue leído por
primera vez; aclarar por qué es importante
leerla y fundamentalmente enlazar todos estos
elementos con las experiencias, vivencias y
creencias de los propios estudiantes.
El fundamento de la animación de la lectura va
más allá de buscar el placer por leer. Busca
que a través del placer de leer el estudiante
construya nuevas experiencias enriquecedoras,
como Alberto Einstein decía de su amor al
Quijote de la Mancha: Es un drama, un drama
de ideas. Debería ser absorbente y altamente
interesante para cualquiera que le guste la
ciencia.
Los niños aprenden a leer jugando, porque el
juego y la lectura son actividades que dan
rienda suelta a la imaginación, a su vez que los
ponen en contacto con el mundo para
comprenderlo y ser actor de él. El juego así
entendido no debiera ser mal visto dentro del
conjunto de actividades de la sala de clases,
porque el aprendizaje también es placer unido
a imaginación para comprender y participar en
el mundo que vivimos.
Algunas estrategias para animar la lectura a los
niños y jóvenes consisten en hacer lecturas
socializadas, escuchar libros hablados,
encuentro con autores, dramatizar personajes
de una obra e incentivarlos a escribir cuentos y
relatos cortos a partir de otros textos literarios.

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Año Académico 2015

El robo escolar
La escuela es un centro que recibe gran parte de las
manifestaciones violentas de la sociedad que se expresan en
exclusiones; agresiones verbales y físicas; apropiaciones indebidas,
etc. Por esta razón, la escuela puede transformarse en una
incubadora de conductas violentas por el aprendizaje de la mala
convivencia entre los estudiantes.

La mamá de Gustavo al revisar su mochila
escolar, encontró un teléfono celular con el
nombre de un compañero de curso.
Sorprendida le preguntó su procedencia,
señalando que se lo había encontrado en el
patio de la escuela. ¿Qué pueden hacer los
padres y profesores cuando conductas de este
tipo se producen?
La pérdida de útiles escolares y objetos
personales de los estudiantes es un hecho que
ocurre frecuentemente en las escuelas.
Normalmente se habla de robo escolar, aunque
algunos prefieren hablar de hurto, ya que el
robo implica una acción planificada. El
significado psicopatológico del robo escolar,
siendo una conducta impulsiva o una
consecuencia de una carencia afectiva
temprana, no necesariamente se transforman
en una psicopatía. Sin embargo, debe ser
tomado como un indicio de un problema. Si
bien el robo escolar es una conducta que debe
ser tratada por los padres y la escuela de
manera formativa, no hay graves
consecuencias que estos niños se transformen
en futuros delincuentes. Algunos destacados
profesionales y buenos ciudadanos han dicho
que alguna vez robaron a sus compañeros
cuando eran niños.
Para muchos educadores, la escuela es un
centro que recibe gran parte de las
manifestaciones violentas de la sociedad que
se expresan en exclusiones, agresiones
verbales y físicas; apropiaciones indebidas,
etc. Por esta razón, la escuela puede
transformarse en una incubadora de conductas
violentas por el aprendizaje de la mala
convivencia entre los estudiantes. Además, los
padres pueden promover inconscientemente el
robo en los hijos, si ellos llevan objetos
sustraídos de los lugares de trabajo, como
herramientas, artículos de oficina, etc. o
practican el hurto de víveres en un
supermercado.
El robo escolar

El robo escolar debe ser tratado
formativamente conforme la edad del escolar.
Los niños pequeños pueden apropiarse de los
útiles de sus compañeros, porque no distinguen
entre objetos propios de los ajenos. Tampoco
se dan cuenta de las consecuencias de sus
actos. Por esta razón no es aconsejable
castigar al niño pequeño que roba. El hecho
ocurrido es una oportunidad para que padres y
educadores hagan ver al niño que hay objetos
propios y ajenos cuando queremos usar uno
que no nos pertenece, debemos pedir permiso
para hacerlo. Se podrá utilizar la imaginación
empática que consiste en que el niño imagine
que le pasaría si otro niño le roba su juguete
más querido. Una vez que el niño comprende
el concepto de propiedad y el valor del mismo,
los padres o educadores podrán aplicar castigos
formativos, como exigirle que devuelva el
objeto robado y pedir disculpas a la víctima.
Los estudiantes de mayor edad cuando hacen
del robo algo frecuente, tienden a sentirse
superiores al resto de sus compañeros,
pudiéndose generar otro tipo de conductas
disruptivas como buylling y violencia física.
Algunos escolares son inducidos a robar dentro
del aula por otros compañeros de la clase como
una forma de ganarse su aceptación en un
grupo. En estos casos, los niños que roban a
otros compañeros a su vez son víctimas de
otros. En estos casos hay que tratar el
problema con delicadeza, porque el robo puede
llegar a comprenderse en la adolescencia como
justificación de un problema personal (Yo
robo, porque no tengo para mis gastos).
Si bien la mesada puede ayudar a que el niño
no robe para obtener dinero, ésta debe ser
formativa, en el sentido que se debe entregar
dinero, para que lo gaste, pero también para
que lo ahorre e invierta.
Es importante que tanto
padres como educadores
deban mantenerse
serenos cuando
conversan con el niño
que ha robado, esto
evitará que se generen
sentimientos de culpa
que dañen la autoestima
del menor y la
vergüenza lo acompañe
por largo tiempo.

Cuando un niño le dice a un padre que quiere
el mismo juguete que su amigo o compañero,
el padre debe preguntarle por qué. Luego
decirle que ambos juntarán el dinero para
alcanzarlo, donde la mesada es una
oportunidad para hacerlo. También los padres
podrán prestar dinero y que se lo ganen con
esfuerzo, comprendiendo que ciertos bienes
se logran con trabajo y dedicación, sin
necesidad de apropiárselos indebidamente,
que después no se pueden disfrutar
plenamente. Una oportunidad para promover
el respeto por los bienes ajenos es que el
padre se muestre en forma honesta cuando
encuentra un objeto ajeno y lo entrega a la
persona que le pertenece. Mejor aún, cuando
se premia o reconoce públicamente al niño
que encuentra un objeto y lo devuelve.
Los padres no deben hacer sentir al menor
que roba que se ha perdido la confianza. Por
el contrario, deben acompañarlo en el
abordaje al problema que le afecta y pedir la
ayuda necesaria si amerita hacerlo. Es
importante que tanto padres como educadores
deban mantenerse serenos cuando conversan
con el niño que ha robado, esto evitará que se
generen sentimientos de culpa que dañen la
autoestima del menor y la vergüenza lo
acompañe por largo tiempo Algunos padres
cometen el error de negar que el hijo ha
robado sin darse cuenta que el problema se
agrava por la mentira y la complicidad de los
adultos. Otras veces, el lenguaje de los padres
confunde al niño, cuando se dice que el objeto
robado se “tomó prestado”. En la
clarificación del concepto de propiedad se
debe distinguir entre robo y préstamo de un
objeto ajeno, ya que la confusión premeditada
de ambos términos en los adultos traiciona la
capacidad reflexiva y el juicio moral, dejando
que el menor siga haciéndolo en el futuro.
Los educadores deben
privilegiar la creación de
un ambiente sano y de
buena convivencia en la
comunidad educativa,
donde todos estamos
expuestos a cometer
errores, pero también a
que se nos brinde una
oportunidad para pedir
perdón por lo cometido,
redimirse y revalidarse
ante nuestros pares.

Algunas veces el educador aborda mal el
problema del robo escolar, al relativizar el
hecho, señalando que son “cosas de niños”, o
“no cuidó bien los bienes que le robaron”.
Esta manera de reducir el problema a un
nivel simplista impide una reflexión más
crítica de lo que pasa y dar con las causas que
impulsan a un menor a robar útiles ajenos.
Pedirle una explicación al menor que ha
robado es un trámite ineficaz. Es necesario
obtener información de otras fuentes, como
saber si tiene problemas de convivencia
dentro del aula; si hay buylling;
desadaptación escolar y conductas de riesgo
más graves, como drogadicción.
Ha sucedido que los escolares que han sido
víctimas de robos en el aula hostigan y
agreden verbalmente a los autores de los
robos, con expresiones tales como ladrón,
delincuente, ratero, etc. Más grave se torna el
clima de la escuela, cuando los padres de
hijos victimizados por el robo escolar, exigen
medidas severas en contra del estudiante que
ha robado. Cuando los padres de los niños
victimizados por el robo escolar exigen
medidas disciplinarias duras al autor y
disuasivas para el resto de la comunidad
escolar, se pone en riesgo la convivencia de la
escuela, ya que las medidas precipitadas y
enérgicas no son las más eficaces. Los
educadores deben privilegiar la creación de
un ambiente sano y de buena convivencia en
la comunidad educativa, donde todos estamos
expuestos a cometer errores, pero también a
que se nos brinde una oportunidad para pedir
perdón por lo cometido, redimirse y
revalidarse ante nuestros pares. La escuela
debe ser un lugar de oportunidades para los
que aprenden.

Los resultados académicos que obtienen
los estudiantes generalmente se les
atribuyen principalmente a la institución
escolar. El Ministerio de Educación de
Chile ha realizado algunos estudios a
partir de los resultados de las
evaluaciones Simce, que dan cuenta que
gran parte de estos resultados se explican
por el capital cultural que tienen las
familias.
Hace unos años atrás un equipo de
investigadores estadounidenses, liderados
por B. Bloom, lograron confirmar la
estrecha relación que existe entre el
desempeño académico que tienen los
estudiantes con la calidad del ambiente
cultural de la familia.
Partiendo de la base que la escuela tiene
una gran responsabilidad en que los
estudiantes adquieran aprendizajes de
calidad, no debe despreciarse el efecto
significativo que tiene la familia en los
resultados escolares que tienen los
estudiantes. Los hallazgos de Bloom
permiten concluir que los padres o
tutores que tienen altas expectativas
académicas y profesionales por sus hijos,
éstos alcanzan altos niveles de
desempeño académico. Así también, si
reconocen públicamente los logros que
alcanzan.
De igual manera, la existencia de ciertas
rutinas de la familia, como por ejemplo,
que los hijos cenen con sus padres en
horarios regulares; conversan temas de
actualidad y de lo que sucede en la
escuela; se respetan los horarios de sueño;
se les ayuda en la realización de las tareas
escolares y se les enseñan palabras
nuevas; se organizan excursiones familiares
culturales, como visitas a museos, y los
hijos tienen responsabilidades en
determinadas tareas del hogar, son
dinámicas de la familia que posibilitan un
alto rendimiento escolar.
Junto a lo anterior, se logró confirmar que
los hijos que tienen un lugar tranquilo para
estudiar; disponen de una biblioteca
básica; y los padres están en conocimiento
de los contenidos que los hijos están
aprendiendo y quiénes son sus profesores,
son factores que inciden en forma
gravitante en los resultados académicos.
Evidencias científicas confirman
influencia del ambiente familiar sobre el
rendimiento escolar
https://www2.ed.gov/espanol/parents/academi
c/tareaescolar/tareaescolar.pdf
http://www.ibe.unesco.org/fileadmin/user_uplo
ad/archive/Publications/educationalpracticesser
iespdf/prac02s.pdf
Para profundizar:

• Expréseles en forma frecuente que usted confía en ellos,
que obtendrán altos logros académicos y que los imagina
como profesionales exitosos en el futuro.
• Mantenga una rutina hogareña de conversar en la mesa
con ellos sobre temas de actualidad; lo que están
aprendiendo en el colegio, enseñándoles nuevas palabras
y conceptos.
• Sea regular en las rutinas de la casa, cumpliendo un
horario establecido para cenar, hacer las tareas, practicar
hobbies o deportes y descansar.
• Programe excursiones culturales, como visitas a museos,
sitios históricos y asistencia a conciertos y obras de teatro.
• Ayúdelos en las tareas escolares y que dispongan de un
lugar tranquilo y cómodo para estudiar sin distracciones.
• Déjelos que asuman responsabilidades en el hogar, como
cuidar el jardín; asear su habitación; cuidar la mascota.
• Surta su hogar con una pequeña biblioteca, con obras que
les ayuden a profundizar los contenidos que entrega la
escuela.
• Infórmese de lo que sucede en la escuela; quiénes son sus
profesores y compañeros; y qué materias están
aprendiendo.
Haga que sus hijos mejoren su
rendimiento escolar, haciendo lo
siguiente:

Test para evaluar mi ambiente cultural familiar:
Instrucciones:
Marque “x” en las celdas “Si” o “No” de cada una de las siguientes situaciones. Al final
sume la cantidad de “Si”, y compare su resultado con la información que se presenta más
abajo.
Si responde entre 10 a 14 “si”, el ambiente familiar de su hogar es óptimo para que su hijo/a
obtenga buenos resultados académicos. Si responde entre 5 a 9, el ambiente de su hogar no es
el mejor, pero podría mejorar. Por el contrario, si responde entre 0 y 4, necesita urgente
implementar medidas que beneficien su estudio y desempeño en el colegio.
01
Mi hijo/a tiene un lugar tranquilo para estudiar, hacer tareas y
leer. Si No
02
En mi casa hay un horario establecido para cenar; hacer tareas;
ver televisión y ayudar en las actividades hogareñas. Si No
03
Mi hijo/a tiene una pequeña biblioteca para apoyarse en las
tareas. Si No
04
Prefiero organizar actividades culturales en familia en lugar de
actividades meramente recreativas. Si No
05 Ayudo a mi hijo/a a estudiar o hacer sus tareas.. Si No
06
Converso temas de actualidad con mi hijo/a durante el almuerzo o
cena. Si No
07 Le enseño palabras nuevas y cómo se pronuncian. Si No
08 Leo las noticias del periódico junto a mi hijo/a. Si No
09
De vez en cuando invito a mi hijo/a a visitar un museo;
exposición; o concierto. Si No
10
Pienso que mi hijo/a obtendrá buenas calificaciones al final del
año. Si No
11 Estimo que mi hijo/a podrá obtener una buena profesión. Si No
12 Sé lo que pasa en el colegio de mi hijo/a. Si No
13 Conozco a los profesores que le hacen clases. Si No
14 Asisto regularmente a las reuniones de padres del colegio. Si No

Libro
recomendado
Para muchos estudiantes leer los textos que
pide la escuela se ha transformado en una
pesadilla que los educadores constatan día a
día en su quehacer pedagógico.
Juan Mata ha escrito un libro extraordinario:
“Animación a la lectura. 10 ideas claves”,
que ha recibido grandes elogios, siendo uno
de ellos el otorgamiento del Premio Telémaco
2009 de publicaciones científicas sobre
lectura y escritura concedido al mejor libro de
carácter divulgador. En esta obra Mata
desmenuza la causalidad del distanciamiento
de los jóvenes a los libros, donde la escuela y
la familia tienen gran parte de aquella
responsabilidad. Sin embargo, se muestra
esperanzador que se pueda revertir este
distanciamiento, recuperando la ideas de que
el placer de leer crece en los niños con el
placer de jugar. Ello no quiere decir, que leer
sea un juego, sino como advierte Mata: leer
podría considerarse una de las formas mas
adultas, intelectuales, socializadas y
civilizadas de jugar, pero para alcanzar la
plenitud de esa lectura es necesario,
previamente, aprender a jugar, lo cual no
significa aprender jugando.
Siendo la animación a la lectura la antesala de
la comprensión lectora y la formación de
buenos lectores, el esfuerzo de la escuela por
animar a los estudiantes a leer debiera ir
dirigido a abrir las puertas al mundo de la
imaginación, de las ideas y los sueños, junto
con invitarles a la aventura de leer las grandes
obras de la literatura universal, que de no
leerlas cuando joven, se corre el riego de no
leerlas nunca más en sus vidas.
Animación a la lectura. 10 ideas claves
Mata, Juan
1 Edición Diciembre 2008. 212 páginas.
Editorial Grao, Barcelona. España.

Revista
EDUCACIÓN
Y FAMILIA
Director:
Lino Pastene O.
Educación y Familia es una
publicación de Cinap
Consultores.
La Serena, Chile.
cinapconsultores@gmail.com
Vol. 2. Mayo, 2017.
Derechos reservados.

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