El motor rotativo fue un tipo temprano de motor de combustión interna donde el cigüeñal permanecía fijo y todo el motor giraba alrededor. Tenía menos piezas móviles que un motor convencional, lo que contribuía a una mayor fiabilidad. Sin embargo, tenía una baja potencia y limitaciones en la aspiración de la mezcla de aire/combustible que afectaban su rendimiento. Además, era difícil lograr un buen sellado entre las secciones del rotor giratorio.