Entre los siglos XI y XIII se desarrolló el arte Románico en la Ribagorza y el Sobrarbe, con manifestaciones artísticas de temática religiosa debido a la importancia de la religión en la sociedad medieval. Las iglesias se construían en piedra con gruesos muros y estrechas ventanas, y tenían planta de cruz latina, crucero, cimborrio, ábside y girola. La escultura románica dependía fuertemente de la arquitectura.