La fábrica Uralita de Cerdanyola del Vallés expuso a sus trabajadores y vecinos cercanos al amianto sin informarles de sus peligros, lo que resultó en decenas de miles de casos de asbestosis. Aunque la empresa conocía los efectos del amianto, no tomó medidas de protección. Los trabajadores enfermos reciben una pequeña pensión y piden responsabilidad a la empresa. La investigación reveló que el 25% de los trabajadores sufrían enfermedades relacionadas con el amianto en 1976, pero su uso no se prohib