La sepsis es una respuesta inflamatoria sistémica a una infección que puede causar daño en los órganos. Puede progresar de sepsis no complicada a sepsis grave y shock séptico, el cual es una amenaza para la vida caracterizada por baja presión arterial. El tratamiento incluye antibióticos, fluidos intravenosos, y medicamentos para aumentar la presión arterial.