El documento describe la organización política y territorial del Imperio Bizantino. El emperador concentraba todos los poderes y contaba con una extensa red de funcionarios especializados para administrar el imperio. Justiniano expandió el territorio bizantino hasta su máxima extensión, aunque luego se produjo una retirada territorial. Constantinopla fue la gran capital y centro comercial del imperio hasta su caída ante los turcos en 1453.