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Speech ¿CÓMO SURFEAR UN TSUNAMI? - Turismo en tiempos de Crisis
1. Turismo en tiempo de crisis.
ó ¿Cómo surfear en un tsunami?
Por Roberto Coimbra.
Les voy a confesar: cuando José Yapur me invitó a esta
conversación, pidiéndome como es obvio, que llegara
con un mensaje optimista, dudé mucho antes de aceptar.
Me preguntaba: ¿Cómo un publicista como yo, que estoy
en un negocio que hace 10 años tenía un presupuesto
nacional de 2.000 millones de dólares al año y que hoy
tiene un presupuesto de 10 millones de dólares, podría
hablarles de optimismo?
Pero después recordé que soy brasilero y recordé
también que brasilero pesimista nace muerto.
Por eso aquí estoy, acepté el reto y lo hice por varias
razones, la primera es que admiro el empuje de José al
ser uno de los promotores de un evento como este.
Acepté porque a pesar de ser brasilero quiero mucho
este país y, por último, porque honestamente creo que,
dentro de la situación general, de esta hecatombe que
nos rodea, si existe un negocio que puede seguir
adelante, es el de ustedes.
Afirmo esto por una sencilla razón: Venezuela tiene
muchas cosas en abundancia, una de ellas es el
petróleo, hoy bastante devaluado… pero también tiene
sol, mar, y el calor caribeño.
Fuentes energéticas, en las que ustedes coincidirán
conmigo que son fundamentales para el negocio de
todos ustedes.
2. Vivimos momentos críticos. Negar o ignorar sería un
error, sin embargo, es bueno recordar que no somos los
únicos que han vivido tiempos difíciles.
Cuando en 2004 ocurrió el Tsunami en Indonesia, les
diré que las actividades turísticas no solo fueron de las
primeras en demostrar señales de sobrevivencia,
incluso, fueron el motor que ayudó a sacar a ese país de
su situación.
Nuestra hermana República de Colombia, azotada por el
terrorismo desde hace décadas, promovió la reputación
de todo el país a nivel internacional con una campaña
que seguramente todos recordamos: “El riesgo es que te
quieras quedar”, con lo que contribuyó a los tiempos más
prósperos que disfrutan hoy nuestros vecinos
bolivarianos.
No dudo al afirmar que la industria turística es uno de los
embajadores más importantes con el que cuanta un país.
No solamente porque coloca en una vitrina lo más
agradable de cada lugar. Sino también porque crea
esperanza, nos permite escapar en forma real o virtual
de la problemática de nuestro día a día.
Mis amigos, les tengo una mala noticia, no existen
recetas ni fórmulas mágicas, pero en los minutos que me
restan quiero ofrecerles algunas buenas prácticas y otras
no tanto que puedan servirnos de brújula para seguir
adelante.
Está claro que la gente tiene menos dinero y, por lo tanto,
estamos frente a un mercado que se ha reducido
3. significativamente, pero que no ha desaparecido. ¿Están
de acuerdo conmigo?
Eso crea condiciones para la competencia, donde sin
duda los vencedores serán los más osados, o los que se
niegan a perder visibilidad.
La historia nos demuestra como los tiempos de crisis son
buenos para las industrias del entretenimiento en
general.
Y eso son ustedes, mis amigos. El turismo es cultura,
crecimiento personal, experiencia transformadora, pero
sobre todo, es entretenimiento.
En Estados Unidos los tiempos de depresión de
posguerra coincidieron, con el florecimiento de la
industria cinematográfica, con una oferta de historias
alegres y románticas, que se desarrollaban en un
ambiente de lujo y abundancia, precisamente porque la
realidad de la gente era todo lo contrario.
Las personas sacaban de sus menguados presupuestos
para pagar los tickets del cine, a veces a expensas de
necesidades mucho más básicas como la comida, y
acudían a salas hermosas e imponentes a ver sus
películas. ¿Por qué?
Porque si en tiempos normales los lujos, son lujos, en
tiempos de crisis, los lujos son una necesidad.
Partiendo de estas premisas, quiero sugerir algunas
cosas que ustedes pueden hacer:
4. Focalizar grupos objetivos. Separar las estrategias de
promoción del turismo interno y del externo, pues ambas
audiencias pasan por situaciones bastante diferentes.
Por ejemplo, si bien el turismo local vive una crisis
económica sin precedentes, el externo está
bombardeado por noticias negativas sobre nuestro país
que aparecen todos los días en los más importantes
medios internacionales.
Esto nos obliga a ser muy creativos e identificar
oportunidades.
Debemos seleccionar aquellos grupos donde tenemos
mejor chance. Que haya opciones para todos los gustos.
Enfocarnos en aquellos que tiene necesidades que yo
puedo solucionar.
Por ejemplo, el turismo de aventura.
No estoy hablando de sugerir que pasear por Caracas
sea una aventura, por si a caso…
De lo que estoy hablando es de estimular a grupos
específicos que tradicionalmente visitan nuestro país en
busca de nuestras maravillas naturales, dispuestos a
correr riesgos que no son aceptables para un turismo
más tradicional.
Por ejemplo, ser picados por sancudos o vivir junto a
animales salvajes en una selva tropical.
Diversificar destinos, crear oportunidades para los 365
días del año pues la gente tiene menos dinero y de
repente puede preferir viajar en épocas de menor tráfico.
5. Crear servicios adicionales que puedan ser negocio.
Focalizar mensajes a la medida de sus públicos
objetivos. Segmentar audiencias.
Al que tiene dólares: ofrecerle abundante información y
compromiso. Su dinero, su inversión es hoy más
importante que ayer y su deseo de invertir de la mejor
forma, es ahora más importante.
Al que no tiene dólares: brindarle una oferta local bien
pensada.
Desarrollar propuestas innovadoras, que no giren
solamente sobre mejores precios o promociones.
Hacer un uso inteligente de la comunicación digital. En
las redes sociales y en los medios digitales, las personas
manifiestan la necesidad por escapar de su realidad,
como ocurrió con la etapa de oro del cine de posguerra.
Los publicistas sabemos que una audiencia cautiva,
dispuesta a escucharnos, es siempre una gran
oportunidad. Algunos escaparán solamente a través de
las pantallas de sus celulares es cierto, pero otros, los
que tengan presupuesto, viajarán.
Ahora lo que debemos evitar a toda costa:
No explotar al consumidor. Recordar que ustedes son
una forma de entretenimiento. No hay nada peor en el
negocio de ustedes que la mala atención, –créanme- un
turista mal atendido es un turista perdido.
6. Por último… Mi más grande consejo: No dejar nunca de
hacer publicidad… digo esto con mi gran cara dura,
sabiendo que estoy corriendo el riesgo de que alguien
diga: “Allí está Bobby, tratando de mejorar su problema
de presupuesto publicitario”.
Pero lo digo porque estoy seguro de que en momentos
como este, mantener la presencia y la visibilidad es
fundamental.
La experiencia nos dice que las empresas que en
tiempos de crisis no hicieron publicidad, desaparecieron
… y las que sí hicieron publicidad, se recuperaron más
rápido y mejor, después que pasó… el tsunami.
Un muy buen ejemplo de esto es la cerveza Tiger de
Tailandia que llegó a ser líder del mercado entre otras
cosas porque diseñó una guía turística con los 50 peores
lugares que tu podías visitar en este país y hasta ganó el
premio Cannes por este caso.
La crisis, -créanme- es el mejor momento para
diferenciarnos de nuestra competencia. Es el momento
de hacer experimentos, de buscar soluciones nuevas a
viejos problemas, soy un fiel creyente de esto.
Principalmente cuando son bien publicitadas.
Quiero concluir mis amigos diciendo que, en mi opinión,
la industria turística en Venezuela no solamente tiene la
oportunidad, tiene el deber, y la obligación de colaborar
a mejorar el entorno en que vivimos.
Transmitir mensajes de optimismo, de diversión, en
pocas palabras…
7. Comunicar que estamos vivos.
Ya lo dijimos, si en condiciones normales hacer turismo
era un lujo, en tiempos de crisis, es una necesidad.
Por eso, les invito, no solamente a hacer publicidad de
sus negocios, de sus promociones, productos o
servicios.
Hagamos publicidad de nosotros mismos, del país que
somos, pero sobre todo, hagamos publicidad del país
que queremos ser.
Gracias.