La segunda técnica consiste en tomar consciencia de la presencia del cuerpo etérico, que se manifiesta como una luz azulada que rodea el cuerpo físico. Al concentrarse en esta luz azulada y dejar que fluya la energía hacia el cuerpo etérico, este se expandirá y crecerá, lo que producirá un estado de silencio y bienestar. Dominar esta técnica permite canalizar la energía de forma más eficiente.