Las ciudades ejercen una fuerte influencia sobre los territorios que las rodean a través de redes de comunicación, transporte y economía que conectan a las ciudades entre sí y con las zonas rurales. Las ciudades se abastecen de recursos de las áreas rurales y también distribuyen productos y servicios a estas zonas, actuando como centros neurálgicos. El crecimiento de las ciudades ha llevado a la expansión sobre territorios rurales circundantes y a una mayor integración entre núcleos urbanos cercanos.