El documento describe la técnica pictórica del claroscuro utilizada por artistas italianos y flamencos en los siglos XVII y XVIII. El claroscuro se caracteriza por fuertes contrastes entre luces y sombras que crean un efecto dramático. Artistas como Caravaggio, Zurbarán, Ribera y Rembrandt emplearon esta técnica para enfatizar la emoción y el sentimiento en obras como "La vocación de San Mateo", "Judith y Holofernes" y "La vuelta del hijo pródigo".