David Hume rechaza la idea de una ley natural propuesta por Locke, y en su lugar centra su filosofía en el mundo de las pasiones humanas. Para Hume, la razón solo refleja las pasiones y la moral se define por los sentimientos y las interacciones subjetivas entre individuos más que por normas. Hume también argumenta que el estado surge por el sentido de utilidad que reporta a los individuos, no como un derivado natural, y que su propósito es resguardar los derechos y la propiedad de las personas.