La construcción del ferrocarril ecuatoriano comenzó en 1872 y culminó en 1908, siendo considerado como una obra maestra de ingeniería debido a los desafíos técnicos que implicó. Miles de trabajadores, incluyendo 4,000 jamaiquinos, participaron en su construcción pero muchos murieron debido a enfermedades. En la actualidad, el ferrocarril es promovido para el turismo, brindando oportunidades a artesanos locales y ofreciendo una experiencia histórica a visitantes nacionales e internacionales.