El lenguaje algebraico utiliza letras en combinación con números y signos para expresar números desconocidos y ser más precisos que el lenguaje numérico. Se origina en la antigua Babilonia y Egipto pero luego se extiende a todo el mundo, principalmente al mundo islámico. Gracias a este lenguaje podemos expresar términos algebraicos como el doble de un número, la suma de dos números y la mitad de un número.