El documento discute cómo los smartphones distraen a los estudiantes en clase pero también pueden ayudar a mejorar la educación mediante aplicaciones educativas. Una encuesta encontró que el 100% de los estudiantes tienen smartphones y los usan principalmente para redes sociales como Facebook y WhatsApp durante clase. El documento propone que los profesores utilicen estas aplicaciones para compartir contenido educativo y mantener a los estudiantes comprometidos.