El documento discute la no violencia, la educación para el desarrollo y la formación ciudadana desde varias perspectivas. Propone que la paz y el desarrollo están dirigidos a superar la violencia y consolidar una cultura no violenta a través de un cambio cultural significativo que reoriente la educación. Esto requiere cuatro aspectos como cambiar la cultura de la vida buena, consolidar relaciones equitativas, desarrollar capacidades individuales y colectivas, y armonizar intereses individuales y colectivos mediante métodos no violentos.