Tarea de discapacidad integración e inclusión Diferencia entre integración e inclusión. La integración ha pasado de ser una idea confusa y etérea - acaso una aspiración difusa o tal vez, para los más piadosos, una mera necesidad de conciencia, La integración ha pasado de ser una herramienta fundamental para alcanzar la normalización de las personas diversas de cualquier naturaleza , a estar en el centro de la filosofía y de la acción que propicie una renovación escolar y social hacia una escuela y una sociedad más justas, igualitarias, libres y democráticas, Integrar, lo contrario de segregar, consiste en poner en un conjunto lo que estaba separado del mismo.
2. INTEGRACIÓN
La integración ha pasado de ser una idea confusa y etérea - acaso una aspiración difusa o tal vez, para los más
piadosos, una mera necesidad de conciencia - a todo un movimiento social que va a desembocar en la escuela como
movimiento de innovación educativa. Movimiento que origina comportamientos nuevos y modifica actitudes en los
más atrincherados de los profesionales, quizás, porque les cuestiona o les pone de manifiesto en su quehacer diario y
en su papel en la escuela principios, normas y valores obsoletos.
La integración ha pasado de ser una herramienta fundamental para alcanzar la normalización de las personas
diversas de cualquier naturaleza, a estar en el centro de la filosofía y de la acción que propicie una renovación escolar
y social hacia una escuela y una sociedad más justas, igualitarias, libres y democráticas, Integrar, lo contrario de
segregar, consiste en poner en un conjunto lo que estaba separado del mismo. Abarca varias dimensiones, todas ellas
necesarias para que se pueda hablar de verdadera integración desde el punto de vista relacional.
3. INTEGRACIÓN FÍSICA:
• implica cubrir las necesidades de seguridad en un medio
determinado: escuela, fabrica, casa, calle, etc.
INTEGRACIÓN FUNCIONAL:
• supone que la persona pueda utilizar los instrumentos
habituales precisos para la vida en los diferentes
entornos ya aludidos (diversiones, deportes, transportes,
etc.).
4. INTEGRACIÓN PERSONAL
• es precisa para satisfacer la necesidad de aceptación y
afecto en la relación personal dentro de la familia, la
amistad, los compañeros/as, el profesorado...
INTEGRACIÓN SOCIAL
• tiende a asegurar la dignidad y el respeto que se debe
a toda persona como integrante del grupo social.
Igualmente, debe proporcionar posibilidades de
actividad y responsabilidad para todos en la sociedad
en que viven."
5. INTEGRACION SOCIAL
• Este concepto de la integración es el reconocimiento de lo específico como base desde donde se debe construir cualquier personalidad, facilitando caminos de
máximo desarrollo personal y social. Desarrollar estas ideas da contenido a otro concepto de integración.
• A los centros educativos llegan alumnos y alumnas con distintos tipos de discapacidades: físicas, psíquicas, sensoriales, económicas o sociales. Este alumnado
aparece bajo el epígrafe general de alumnos con necesidades educativas especiales, pero evidentemente se trata de grupos de alumnos y alumnas muy distintos
en su punto de partida y con distintas metas de llegada con quienes hay que emplear métodos y estrategias distintas.
• Es innegable el avance social en la aceptación del alumnado diferente por necesidades físicas en las aulas ordinarias. Nadie cuestiona este asunto que no
afecta a los cerebros. Otra cuestión es cuando hablamos de necesidades sensoriales o de las psíquicas, donde todo se torna más difícil. Cuando llegamos a las
sociales el asunto puede hacerse insostenible. De todo esto se infiere que debemos ponernos de acuerdo en:
• - Cuándo lo hacemos.
• - Dónde lo hacemos y
• - Cómo lo hacemos.
• Integración es solamente un escalón más en esta lucha por mejorar la calidad de la educación para todos los alumnos, pero que es insuficiente y limitada. Hoy
defendemos y trabajamos para desarrollar un nuevo modelo educativo, un modelo global: la educación, la integración es una cuestión de ubicación de los
estudiantes con discapacidad en las escuelas, en donde tienen que adaptarse a la enseñanza y aprendizaje existente y a la organización de la escuela”. Por otra
parte, en la integración se contempla que el problema está en el alumno, que requiere actuaciones especiales y la adaptación al sistema, “la integración lleva
implícito el concepto de reformas adicionales cuya realización es necesaria para acomodar a los alumnos considerados especiales en un sistema escolar
tradicional e inalterado”, pero estas reformas y esta adaptación se reducen al diseño de programas específicos para atender las diferencias, así lo expone
claramente: “En este modelo, se adscribe a la persona “diversa” al grupo normalizado y, como excepción, se diseña un programa específico para atender las
diferencias. El citado programa se recoge en una adaptación curricular y se organiza la respuesta, individual o en grupos reducidos, durante un tiempo
variable, en un espacio a determinar, fuera o dentro del aula, con los recursos específicos. Para justificar las actuaciones se argumenta afirmando la
excepcionalidad y transitoriedad de las medidas y, sobre todo, defendiendo la necesidad de realizar una discriminación positiva para evitar otros riesgos”.
6. • Esta situación nos conduce a la paradoja que señala la institución escolar pretendiendo dar una
respuesta a la diversidad, promueve una serie de programas “específicos o especiales” que pueden dar
como resultado, si el sistema no se detiene a reflexionar, la proliferación hasta el infinito de grupos
diferenciados con un gran componente segregador, dejando sin cuestionar o controlar los procesos
desencadenantes de la “exclusión educativa” y sin abordar en profundidad un replanteamiento de las
políticas educativas de cara a los denominados colectivos “diversos”. Esta realidad de las escuelas,
consecuencia de un planteamiento y de unos referentes determinados ya especificados anteriormente,
ha demostrado su ineficacia y sus limitaciones propias de enfoques clínicos (basados en diagnósticos y
etiquetaje de los alumnos) y de especialización (profesores de pedagogía terapéutica, compensatoria,
especialistas en…) que nos llevan a la discriminación y a la categorización innecesaria del alumnado.
Ante esta situación el pensamiento científico, pedagógico y social ha modificado sus referentes y su
modelo de interpretar la realidad, pues la cuestión –señala que el niño podrá integrarse en la
escuela, sino en cómo deberá modificarse ésta para responder a las necesidades de una población de
niños concreta. Esta perspectiva nos aleja de los principios y de las prácticas de la integración para
introducirnos en un modelo distinto, que es la educación inclusiva, basado en la aceptación de la
diversidad, en la adaptación del sistema para responder de manera adecuada a las necesidades de
todos y cada uno de los alumnos.
7. INCLUSIÓN
• La inclusión es un proceso. Es decir, la inclusión ha de ser vista
como una búsqueda constante de mejores maneras de responder
a la diversidad del alumnado. Se trata de aprender a vivir con la
diferencia y a la vez de estudiar cómo podemos sacar partido a
la diferencia. En este sentido, las diferencias se pueden apreciar
de una manera más positiva y como un estímulo para fomentar
el aprendizaje entre niños y adultos. Cuando se habla de proceso
hay que asumir, entonces, que el tiempo es un factor con el que
hay que contar, que no se implementan cambios “de la noche a
la mañana” y que, mientras tanto, pueden generarse situaciones
confusas, contradicciones y “turbulencias” factores todos ellos
que habremos de saber comprender y conducir para que generen
cambios sostenibles y no sólo frustraciones. La inclusión busca
la presencia, la participación y el éxito de todos los estudiantes.
8. • Aquí, el término “presencia” está relacionado con el lugar dónde son educados los niños y con qué nivel
de fiabilidad y puntualidad asisten a las clases. La inclusión educativa se entiende muchas veces de
forma restrictiva como un asunto de localización, de lugares; “a qué tipo de centros acuden
determinados alumnos”, lo que impide el análisis sistémico que debemos realizar sobre el conjunto del
sistema educativa y al que antes nos referíamos. Los lugares son importantes pero de manera
interdependiente con las otras dos variables que estamos mencionando: participación y aprendizaje. El
término “participación” se refiere a la calidad de sus experiencias mientras se encuentran en la
escuela; por lo tanto, debe incorporar los puntos de vista de los propios alumnos, sus “voces” y la
valoración de su bienestar personal y social. Por último, el término 'éxito' tiene que ver con los
resultados de “aprendizaje” en relación al currículo de cada país, no sólo con los exámenes, o con los
resultados de las evaluaciones estandarizadas. La inclusión precisa la identificación y la eliminación
de barreras.
9. • . El concepto de barreras es nuclear a la perspectiva que estamos queriendo compartir en tanto que
son las barreras las que impiden el ejercicio efectivo de los derechos, en este caso, a una educación
inclusiva. Genéricamente, debemos entender como barreras, aquellas creencias y actitudes que las
personas tienen respecto a este proceso y que se concretan en las culturas, las políticas y las
prácticas escolares que individual y colectivamente tienen y aplican, y que al interactuar con las
condiciones personales, sociales o culturales de determinados alumnos o grupos de alumnos - en el
marco de las políticas y los recursos educativos existentes a nivel local, regional o nacional- ,
generan exclusión, marginación o fracaso escolar. Por lo tanto, para mejorar la inclusión resulta
estratégico e imprescindible la recopilación y la evaluación de información, proveniente de una
variedad de fuentes, para detectar quiénes experimentan tales barreras, en qué planos o esferas de
la vida escolar se sitúan y cuáles son, a fin de proyectar, acto seguido, planes de mejora en las
políticas de educación y para la innovación de las prácticas. Por otra parte se trata de aprovechar las
diversas evidencias con miras a estimular la creatividad a la hora de cambiar las barreras
10. • A este respecto debemos recordar que disponemos de
distintos tipos de “guías” para ayudarnos en el proceso
de indagación y reflexión sobre las culturas, las políticas
y las prácticas educativas que pueden configurarse como
“barreras”, guías que son, al mismo tiempo, un
recordatorio de las condiciones, procesos y prácticas
escolares que son puntos fuertes o facilitadores para el
proceso de inclusión educativa. La inclusión pone
particular énfasis en aquellos grupos de alumnos que
podrían estar en riesgo de marginalización, exclusión, o
fracaso escolar. Esto supone asumir la responsabilidad
moral de asegurarse de que aquellos grupos que, a nivel
de estadísticas, se encuentren bajo mayor riesgo o en
condiciones de mayor vulnerabilidad, sean estos
supervisados con atención, siempre que sea necesario, se
adopten medidas para asegurar su presencia, su
participación y su éxito dentro del sistema educativo.
11. • Es importante tener una definición clara que nos
oriente en la tarea, es comprender la “naturaleza
intrínseca” de este proceso. En este sentido cabe decir
que la naturaleza de este proceso es esencialmente
dilemática. Esto es, no hay una política o una práctica
educativa que pueda conseguir hoy, asegurar la plena
presencia, el rendimiento óptimo y la participación
completa en un sistema educativa común, de todo el
alumnado, incluidos aquellos estudiantes más
vulnerables. Lo que cabe, entonces, es prepararnos para
enfrentar, desde el dialogo igualitario y la colaboración
eficaz, el proceso de toma de decisiones que mejor
resuelva, episódicamente, este “dilema de las
diferencias “.La educación inclusiva puede ser concebida
como un proceso que permite abordar y responder a la
diversidad de las necesidades de todos los educandos a
través de una mayor participación en el aprendizaje, las
actividades culturales y comunitarias y reducir la
exclusión dentro y fuera del sistema educativo.
12. • Lo anterior implica cambios y modificaciones de contenidos, enfoques, estructuras y
estrategias basados en una visión común que abarca a todos los niños en edad
escolar y la convicción de que es responsabilidad del sistema educativo regular
educar a todos los niños y niñas. La inclusión pone particular énfasis en aquellos
grupos de alumnos que podrían estar en riesgo de marginalización, exclusión, o
fracaso escolar. Lo que cabe, entonces, es prepararnos para enfrentar, desde el
dialogo igualitario y la colaboración eficaz, el proceso de toma de decisiones que
mejor resuelva, episódicamente, este “dilema de las diferencias”,
13. • La integración y la inclusión no deben confundirse, pues suponen perspectivas distintas de análisis de
la realidad y en consecuencia plantean distintos modelos de intervención. La integración tiene dos
características claves, que la definen: por una parte, hay un modelo educativo determinado, que acoge a
los alumnos diversos, diagnosticados o categorizados provenientes de culturas y con lenguas distintas o
con determinadas características físicas, sensoriales, emocionales o cognitivas, que con la aplicación de
la lógica de la homogeneidad estaban fuera del sistema y que ahora son integrados, el término
integración está siendo abandonado, ya que detrás del mismo subyace la idea de que se orienta
únicamente a alguien que ha sido excluido previamente, intentando adaptarlo a la vida de la escuela”,
“la integración es una cuestión de ubicación de los estudiantes con discapacidad en las escuelas, en
donde tienen que adaptarse a la enseñanza y aprendizaje existente y a la organización de la escuela”.
14. • Por otra parte, en la integración se contempla que el problema está en el alumno, que requiere
actuaciones especiales y la adaptación al sistema, “la integración lleva implícito el concepto de
reformas adicionales cuya realización es necesaria para acomodar a los alumnos considerados
especiales en un sistema escolar tradicional e inalterado”, pero estas reformas y esta adaptación
se reducen al diseño de programas específicos para atender las diferencias, así lo expone
claramente: “En este modelo, se adscribe a la persona “diversa” al grupo normalizado y, como
excepción, se diseña un programa específico para atender las diferencias. El citado programa se
recoge en una adaptación curricular y se organiza la respuesta, individual o en grupos reducidos,
durante un tiempo variable, en un espacio a determinar, fuera o dentro del aula, con los recursos
específicos. Para justificar las actuaciones se argumenta afirmando la excepcionalidad y
transitoriedad de las medidas y, sobre todo, defendiendo la necesidad de realizar una
discriminación positiva para evitar otros riesgos”.
15. • Esta situación nos conduce a la paradoja que señala la institución escolar pretendiendo dar
una respuesta a la diversidad, promueve una serie de programas “específicos o especiales”
que pueden dar como resultado, si el sistema no se detiene a reflexionar, la proliferación
hasta el infinito de grupos diferenciados con un gran componente segregador, dejando sin
cuestionar o controlar los procesos desencadenantes de la “exclusión educativa” y sin
abordar en profundidad un replanteamiento de las políticas educativas de cara a los
denominados colectivos “diversos”.
16. • Esta realidad de las escuelas, consecuencia de un planteamiento y de unos referentes determinados
ya especificados anteriormente, ha demostrado su ineficacia y sus limitaciones propias de enfoques
clínicos (basados en diagnósticos y etiquetaje de los alumnos) y de especialización (profesores de
pedagogía terapéutica, compensatoria, especialistas en…) que nos llevan a la discriminación y a la
categorización innecesaria del alumnado. Ante esta situación el pensamiento científico, pedagógico y
social ha modificado sus referentes y su modelo de interpretar la realidad, pues la cuestión –señala
que el niño podrá integrarse en la escuela, sino en cómo deberá modificarse ésta para responder a
las necesidades de una población de niños concreta.
17. • Esta perspectiva nos aleja de los principios y de las
prácticas de la integración para introducirnos en un
modelo distinto, que es la educación inclusiva,
basado en la aceptación de la diversidad, en la
adaptación del sistema para responder de manera
adecuada a las necesidades de todos y cada uno de
los alumnos.
• La educación inclusiva se plantea para trabajar en
la consecución de dos objetivos fundamentales: - La
defensa de la equidad y la calidad educativa para
todos los alumnos, sin excepciones. - La lucha
contra la exclusión y la segregación en la educación.
• Inclusión relativa a la discapacidad y a las
“necesidades educativas especiales”. Hay un
enfoque común de que la inclusión hace referencia
principalmente a la educación de los alumnos con
discapacidad en las escuelas ordinarias. - Inclusión
como respuesta a los problemas de conducta.
18. • Es muy frecuente entre el profesorado la idea de que avanzar hacia una escuela inclusiva les va a
suponer a corto plazo tener que acoger en sus aulas un número importante de alumnos con graves
problemas emocionales y de conducta. - Inclusión como respuesta a los grupos con mayor riesgo de
exclusión. Existe la creencia de que en la escuela inclusiva la que debe atender aquel alumnado más
vulnerable a la exclusión escolar, es decir aquellos alumnos que generalmente por causas sociales
pueden ver peligrar el acceso a la educación formal. - Inclusión como la promoción de una escuela para
todos. La inclusión también se ha relacionado con el desarrollo de una escuela común, no selectiva,
conocida también como escuela “comprensiva” y la construcción del enfoque de enseñanza-aprendizaje
correspondiente. - Inclusión como “Educación para todos”. Este modelo de la inclusión tiene su
prioridad en torno a la escolarización de millones de niños en los países más pobres del planeta, es
ineludible su influencia dado que constituyeron una oportunidad para repensar la función de la
escuela y de la educación en muchos de los países .