MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
Educación en el porfiriato
1. EDUCACIÓN EN EL PORFIRIATO
Políticamente el positivismo se introdujo en México como filosofía, como sistema educativo y como
arma política. El año de 1867 marca el triunfo del partido liberal, de modo que, inicialmente el
positivismo se constituyó en filosofía e instrumento ideológico del partido triunfante.
El régimen de Díaz fue esencialmente conservador en tanto que trató de crear las estructuras
modernas sin alterar las antiguas: la doctrina positivista proporcionó armas para justificar el
porfirismo, también hizo posibles algunos enfoques esenciales de las doctrinas de la Revolución
Mexicana.
El primer positivista mexicano, Pedro Contreras Elizalde introdujo a Gabino Barreda en las
enseñanzas de Augusto Comte, del que era discípulo.
En 1867 Gabino Barreda propone que para que la conducta práctica sea armónica con las
necesidades reales de la sociedad, es preciso que haya un fondo común de verdades de las que todos
partamos más o menos deliberadamente, pero de manera constante. Barreda hablaba de un método
positivo, que era el camino más seguro para estableces ese fondo de verdades, que se conocerían a
través de la educación en las escuelas.
Cómo director de la Escuela Nacional Preparatoria, Barreda realiza diversas reformas a los
programas de estudio; con lo que pretendía contrarrestar la influencia de la Iglesia en la moral y
agregar materias que matizaran y enriquecieran los programas nacionales de acuerdo a un plan
comtiano.
EDUCACIÓN ELEMENTAL
En 1882 Joaquín Baranda tomó posesión del cargo de ministro de Justicia e Instrucción, durante el
gobierno de Manuel González. La obra educativa de Baranda Fue realmente positiva. Logró diseñar
congruentemente un verdadero sistema nacional de educación aunque solo pido realizarlo en el D.F.
Para Baranda, en la escuela primaria estaba “la solución de las grandes cuestiones que afectan al
país en el orden político, social y económico. Apuntaba que en estado era el único con posibilidades
económicas suficientes para expandir la educación a los campesinos y a otros sectores carentes de
los recursos necesarios.
En 1889 se celebra un primer Congreso de Instrucción, en éste, Baranda se refirió al papel de la
enseñanza como elemento principal para dominar a los pueblos razón por la cual las diversas sectas
religiosas habían pretendido apoderarse de la enseñanza para propagarse y sobreponerse; pero que
el estado no debe de permitir que le arrebaten ese elemente constitutivo de su propio ser. El carácter
laico de la enseñanza es el consiguiente forzoso de la independencia de la Iglesia y el estado.
Después del Congreso varios puntos fueron retomados, el concepto de instrucción usado por
2. Baranda, fue sustituido por el de educación, el concepto de la “enseñanza elemental” fue
transformado en la llamada “educación popular”.
Fue Baranda quien promovido la aprobación de una ley reglamentaria de la educación elemental.
Ésta se expidió en 1891 e instituyó que la enseñanza elemental es gratuita, laica y obligatoria en el
D:F:; fijó la edad escolar, limitó las materias de enseñanza obligatoria, enumeró deberes de los
padres y atribuyo penas a infractores.
En 1901 Justino Fernández reemplazó a Baranda en el Ministerio de Instrucción Pública. Durante
su permanezca en el Ministerio de Instrucción, se sustituyó, por ley de 12 de octubre de 1901, la
Junta Directiva de Instrucción Pública por un Consejo de Instrucción Pública. Se pretendía que todo
el sistema educativo estuviese orientado por ese Consejo, en el cual tendrían cabida los distintos
funcionarios de la educación.
Política educativa de Justo Sierra
Sierra se vincula con la problemática educativa nacional como crítico e ideólogo de la misma, se ha
demostrado que era partidario del positivismo spenceriano. Del positivismo, Sierra aceptaba sobre
todo el método; él mismo afirmo alguna vez que la corriente positivista, si no es la negación de la
filosofía, si es la reducción a un método científico, y preciso es confesar que a ella se deben los
avances constantes del mundo moderno en el camino a la verdad.
Aunque sierra no fuera totalmente positivista, sí confiaba en que ese método constituía el punto de
partida para promover la transformación de la realidad nacional.
En la concepción de Sierra, el sistema educativo constituye un todo que abarca los distintos niveles
de la enseñanza. Justifica que el nivel primario se mantenga bajo la tutela del estado porque es el
medio para “transformar la población mexicana en un pueblo, en una democracia.
Justo Sierra presentó un proyecto en base al cual se creó la secretaría de Instrucción Pública y Bellas
Artes, en 1905.
En 1908 se reformó la enseñanza primaria. La nueva ley estableció: “las escuelas oficiales serán
esencialmente educativas: la instrucción en éstas se considerará sólo como un medio de educación”.
La ley estableció, además, que la educación sería nacional.
En 1910 Sierra inauguró la Universidad Nacional de México cuyos objetivos fueron “la educación
nacional en sus medios superiores e ideales, logrando la incorporación del conocimiento universal a
las necesidades nacionales con una visión nacionalista”.
Durante el Porfiriato la educación local se dejó bajo la tutela de los ayuntamientos y gobiernos
estatales, pero al mismo tiempo el gobierno federal pretendió dirigir y controlar la educación
elemental en todo el país. Díaz empezó por exhortar a los gobernadores y jefes políticos a no
descuidar la educación. Posteriormente, por medio de los congresos educativos nacionales, trató de
formalizar un compromiso con los gobiernos estatales para homogeneizar la enseñanza elemental
conforma a los cánones federales.
CONGRESOS PEDAGÓGICOS
3. El 3 de abril de 1856 se estableció un colegio de educación secundaria para niñas; el 19 de mayo de
1857 se fijaron las bases para la fundación de escuelas normales.
En febrero de 1861 se ponían todos los negocios de la instrucción pública primaria, secundaria y
profesional en manos del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública y en la ley de instrucción del
15 de abril de 1861 se declaraba que a las materias de primaria elemental, se les agregaba el estudio
de las leyes fundamentales del país.
En 1867 una comisión presidida por Gabino Barreda, redactaría la Ley Orgánica de Instrucción
Pública del 2 de diciembre de 1867, la ley establecía la instrucción primaria gratuita para los pobres
y obligatoria en los términos que expondría el reglamento. Desde luego desaparecía totalmente del
plan de estudios la enseñanza religiosa.
Una ley de 1968 establecía instituciones de educación, la más importante resultaba ser la Escuela de
Estudios Preparatorios organizada de acuerdo a los principios del positivismo.
Durante la presidencia de Sebastián Lerdo de Tejada se incorporaron las Leyes de Reforma a la
Constitución y se promulgó la ley de Adiciones y Reformas del 25 de septiembre de 1873 que
definitivamente se oponía a la existencia de órdenes religiosas. Además establecía el laicismo en
todo el país mediante el decreto del 10 de diciembre de 1874.
El 28 de Febrero de 1878 apareció el Reglamento para las Escuelas Primarias y Secundarias de
niñas.
El 15 de septiembre de 1879 la Secretaría de Justicia expedía unas Bases para el Establecimiento de
Academias de Profesores de Instrucción Primaria.
El 23 de mayo de 1888 se promulgó la ley sobre la enseñanza primaria en el D.F. y territorios que
convertía en obligatoria la instrucción primaria entre los 6 y los 12 años y prohibía el empleo de
ministros de todos los cultos en las escuelas,
La convocatoria para el Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública de 1º de junio de 1889
significaba la entrada a la etapa institucional del esfuerzo para integrar la educación haciéndola
verdaderamente nacional.
POLÍTICA EDUCATIVA
4. Durante el Porfiriato se trata de implantar un sistema educativo que demuestre que el progreso
requiere un gobierno fuerte para implantar el orden; para hacer posible dicho orden social, se debe
enseñar a los individuos a mandar y obedecer. La obediencia positiva debe sustentarse en la
convicción personal de respeto a los deberes y obligaciones sociales, sin la necesidad de imponer
castigos y otorgar recompensas.
Se pretende convertir la educación en una técnica para controlar la conducta humana y en
instrumento de supresión de la mayoría por una minoría. Sin embargo factores estructurales y de
carácter político coyuntural, limitan la aplicación del proyecto educativo positivista.
Ante el rumbo que toma la industrialización durante el Porfiriato, el estado no necesita desarrollar
una función educativa específica. Deja entonces ese ámbito como un espacio de participación y
confrontación entre positivistas y liberarles. El estado utiliza asé el campo de la educativo como un
recurso para producir “consenso” en torno suyo.
La discusión entre liberales y positivistas acerca de la uniformidad o no de la educación primaria no
inquieta al Estado oligárquico. Lo único que puede preocuparlo es que el clero aproveche la
polémica, para ganar terreno en la educación.
El estado oligárquico es un Estado de exclusión, en ningún momento se preocupa por representar
los intereses de los sectores explotados del campo e integrar al indígena a la sociedad “moderna”.
Temas como unidad nacional, patria y libertad, vuelven a los debates como puntos centrales de los
objetivos de la educación