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Netiqueta
1. 2016
La netiqueta en la creación de diálogo
Por Cristina Salazar Perdomo
Esas normas de comportamiento en sociedad que nos inculcaron en el hogar y nos reforzaron en
el colegio y en numerosos ambientes compartidos, tienen total vigencia en los espacios virtuales.
Más aún: sin ellas no hay creación de comunidad, lo cual constituye la base del aprendizaje.
Es sabido que el proceso de aprendizaje tiene como fundamento la interacción de quien enseña
con quienes aprenden y de éstos entre sí. Por lo tanto, garantizar que la discusión crítica y
reflexiva sobre el objeto de conocimiento se dé en un ambiente de cordialidad y respeto, debe ser
parte del acto educativo. Tan importante como seleccionar materiales, plantear el diálogo y
orientar el aprendizaje es facilitar que los participantes cumplan con los acuerdos que a
continuación trataremos.
1. Saludar y despedirse
Cuando intervengamos en un foro de discusión, el protocolo del saludo y la despedida debe
involucrar a todos los participantes. No basta un “Buenos días” o un “Cordialmente”.
Siempre tengamos presente que nos están leyendo, no nos ven, no nos escuchan, nos leen.
Entonces tratemos de ser más cálidos. Por ejemplo, un “Buenos días para todos”, o “Buenos
días, compañeros” o hasta un “Hola, grupo”, resulta más cercano que un escueto “Hola”.
Claro, obviar el saludo ni siquiera debe considerarse.
En cuanto a la despedida, conviene motivar a continuar el diálogo o indicar que se estará en
contacto. No es una despedida definitiva sino un aviso de quien se retira del diálogo pero en
cualquier momento volverá. Por ejemplo, “Seguimos en contacto, compañeros”, “Quedo
atento a sus comentarios” y mejor aún “¿Qué opinan ustedes?” o “Me gustaría conocer su
opinión”, van más allá de la despedida porque cumplen la función de dejar abierto el diálogo.
2. Identificar al interlocutor y reconocerlo en el grupo
Si nos vamos a referir a lo dicho por una o más personas específicamente, dirijámonos a ellas
utilizando el respectivo nombre: “Adriana, con respecto a lo que dices, considero que…”,
“Respecto del ejemplo de Carlos, yo creo que…”, “No estoy de acuerdo con Adriana y
Carlos en cuanto a que…”. Recordemos que el nombre es “música para nuestros oídos”.
Cuando se dirigen a nosotros, nos sentimos reconocidos. Obviamente, en esas condiciones el
mensaje cala más.
2. 3. Ser firme y contundente, respetuoso y cordial
¿No estamos de acuerdo con alguien? ¿Queremos hacer un aporte que de antemano sabemos
que generará reacciones contrarias? No hay por qué abstenerse de opinar y mucho menos
dejar de responder a quien se ha manifestado contrario a nuestros planteamientos. Pero, eso
sí, debemos hacerlo procurando el éxito de nuestra intervención, el cual reside en lograr que
nos lean, en enriquecer la discusión, en fortalecer el aprendizaje. Éstas son algunas
recomendaciones:
Recuerde citar específicamente la idea de la cual disiente y el autor. Además de cortés,
será muy práctico porque facilitará la comprensión de su aporte.
Sea claro. Exprese directamente su idea, sin rodeos.
Concéntrese en un solo tema. Si nada de lo que su compañero planteó, elija uno o
máximo dos aspectos. De otra forma, se verá como un ataque personal, no como una
base de discusión y menos de construcción de diálogo.
Sea breve: un párrafo bien construido, a lo sumo dos, le facilitará al grupo analizar el
punto que expone y contestar a él.
Si es posible, cite un ejemplo para ilustrar su aporte.
Siempre deje abierto el diálogo: “Así lo veo yo; sin embargo, quisiera conocer sus
opiniones”. Cuando se fortalece el debate con ideas diferentes, discutibles, si no se invita
al grupo a participar queda la impresión de estar “pontificando” y eso no es bien
recibido.
4. Mantener la independencia de cada discusión
Es posible que en un foro se genere un fuerte debate. Quizás no se logre un acuerdo e incluso
haya cierta inconformidad con algunos planteamientos. Al ingresar a otro espacio en el
curso, como el sitio de encuentro virtual (cafetería) u otro ambiente de discusión, es
importante hacerlo sin ninguna predisposición, cada uno consciente de que la experiencia
presente es independiente de la otra. Primero, para no contaminar el diálogo haciendo
referencia a otro en el que es posible que los participantes no hayan sido los mismos;
segundo, para no afectar las relaciones con los compañeros; tercero, para mantenerse en el
propósito que convoca: el aprendizaje.
5. Cuidar la forma en la escritura
Además de hacer aportes valiosos, que enriquezcan el foro, que ayuden a los participantes a
lograr los objetivos, hay que cuidar la forma: la ortografía, el léxico, la puntuación… Todo
importa. Lo mejor es escribir en Word, leer, revisar y ahí sí, publicar.
No escriba en mayúscula fija (recuerde que está reservada para casos muy particulares como
mensajes de alerta, títulos de libros y capítulos; en otros contextos da la impresión de que el
emisor está gritando); evite el color rojo por agresivo y el amarillo por ilegible; deje el color
azul sólo para los enlaces; elija una fuente legible (Arial, Times New Roman, Book Antigua)
y un tamaño apropiado (11 o 12 puntos).
6. ¡Responder!
¿Alguien construyó un aporte sobre una intervención suya? ¿Alguien le preguntó algo, le
pidió explicación o ampliación de una idea? En cuanto le sea posible, responda las
inquietudes. Quien tuvo la cortesía de dirigirse a usted está esperando una reacción. Así que
es una excelente oportunidad de construir un diálogo.