1. Estudio sobre la bipolaridad en
edades tempranas
Revisado por:
Dimitri Papolos, M.D.
Editado por:
Martha Hellander, CABF Executive Director.
Traducido al español por:
César Soutullo, M.D. y Aitziber Miner, Diplomada,
Clínica Universitaria. Universidad de Navarra.
Pamplona, España.
2. La enfermedad bipolar (o maníaco-depresiva) es una enfermedad seria pero
médicamente tratable que afecta al cerebro y está caracterizado por cambios
bruscos en el humor, la energía y el comportamiento. Los síntomas pueden
presentarse en la infancia o niñez temprana, o pueden surgir de repente en la
adolescencia o edad adulta.
Hasta hace poco, era raro hacer un diagnóstico de este trastorno en niños.
Los médicos ahora pueden reconocer y tratar la enfermedad bipolar en niños
pequeños.
La intervención y tratamiento tempranos ofrecen la mejor oportunidad para
el niño con enfermedad bipolar, para ganar en estabilidad y que así pueda crecer y
aprender al máximo de sus posibilidades. Un tratamiento apropiado puede
minimizar los efectos adversos que la enfermedad tiene sobre sus vidas y su
familia.
Las familias de niños y adolescentes afectados casi siempre están
desconcertadas por la enfermedad de comienzo temprano y sienten
desesperadamente la necesidad de información y de apoyo. En esta sección de la
página web de la CABF, Usted encontrará las respuestas a algunas de las preguntas
más comunes formuladas acerca del trastorno.
¿Cuál es la frecuencia de la enfermedad bipolar en niños?
No se sabe porque hay pocos estudios sobre esta enfermedad. Sin embargo,
la enfermedad bipolar afecta a alrededor de un 1-2 de adultos en el mundo. Cuanto
más aprendemos acerca de ésta enfermedad, más descubrimos que también
aparece en niños.
• Se sospecha que un número significativo de niños diagnosticados de
trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en EE.UU sufren
una enfermedad bipolar incipiente junto al TDAH o en lugar de éste.
• De acuerdo con la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente,
hasta un tercio de los 3,4 millones de niños y adolescentes con depresión en
los Estados Unidos podrían, de hecho, estar experimentando una
enfermedad bipolar incipiente.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad bipolar en niños?
La enfermedad bipolar está caracterizada por marcados cambios en el humor
y la energía. La mayoría de adultos con esta enfermedad sufren estados
persistentes de extrema euforia o agitación acompañados por energía alta,
denominados manía. Los estados persistentes de extrema tristeza o irritabilidad
acompañados de energía baja se denominan depresión.
Sin embargo, la enfermedad se manifiesta de manera diferente en niños. Los
niños, normalmente, tienen un trastorno del humor continuo que es una mezcla de
manía y depresión. Este ciclo rápido y severo de humor produce irritabilidad crónica
y pocos períodos claros de normalidad entre los episodios.
Los síntomas podrían incluir:
3. • Humor expansivo (eufórico) o irritable
• Depresión
• Cambios de humor rápidos que pueden durar desde unas horas hasta unos
pocos días
• Rabia explosiva, duradera y a menudo destructiva
• Ansiedad por separación
• Desafío a la autoridad
• Hiperactividad, agitación y distraibilidad
• Pocas horas de sueño o, al contrario, muchas horas de sueño
• Eneuresis y terrores nocturnos
• "Antojos" fuertes y frecuentes, a menudo de caramelos y carbohidratos
• Implicación excesiva en múltiples proyectos y actividades
• Disminución de la capacidad de juicio, impulsividad, pensamiento acelerado
y presión del habla
• Comportamientos atrevidos y peligrosos
• Comportamiento sexual precoz o inapropiado
• Delirios y alucinaciones
• Creencia grandiosa de sus propias habilidades que desafían las leyes de la
lógica (por ejemplo, habilidad para volar)
Los síntomas de la enfermedad bipolar pueden surgir en la infancia. Las
madres, a menudo, refieren que los niños diagnosticados más tarde de este
trastorno habían sido extremadamente difíciles de calmar y dormían de modo
irregular. Parecían ser extremadamente dependientes y desde una edad muy
temprana tenían rabietas o enfados incontrolables y desproporcionados. La palabra
"no" a menudo provocan estos enfados.
Varios estudios en curso están investigando más características de los niños
afectados. Los investigadores están estudiando, con resultados prometedores, la
efectividad y seguridad de los tratamientos adultos en niños. La CABF informará de
todos los descubrimientos acerca de la enfermedad bipolar incipiente e incluirá los
artículos más importantes en nuestra biblioteca cuando sea posible.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad bipolar en adolescentes?
En adolescentes, la enfermedad bipolar podría parecerse a cualquiera de las
siguientes presentaciones clásicas de la enfermedad en adultos.
Bipolar I. En esta forma, el adolescente experimenta episodios alternativos de
depresión y manía intensa y algunas veces psicótica.
Los síntomas de manía incluyen:
• Humor elevado, expansivo o irritable
• Disminución de la necesidad de dormir
• Lenguaje acelerado y presión del habla
• Delirios de grandeza
• Implicación excesiva en actividades placenteras pero arriesgadas
• Aumento de la actividad física y mental
• Baja capacidad de juicio
• En casos severos, alucinaciones
Los síntomas de depresión incluyen:
• Tristeza intensa generalizada y lloros
• Dormir mucho o incapacidad para dormir
• Agitación e irritabilidad
4. • Abandono de actividades de las que disfrutaba
• Malos resultados académicos e incapacidad para concentrarse
• Ideas de muerte y suicidio
• Energía baja
• Cambio significativo en el apetito
Entre los episodios hay períodos de bienestar relativo o completo.
• Bipolar II. En esta forma, el adolescente experimenta episodios de
hipomanía entre periodos de depresión recurrentes. La hipomanía es el
humor marcadamente elevado o irritable acompañado de un aumento de la
energía física y mental. La hipomanía puede ser una época de gran
creatividad.
• Ciclotimia. Los adolescentes que sufren el trastorno en esta forma
experimentan periodos de cambios en el humor claros pero menos severos.
• Enfermedad bipolar no especificado. Los doctores hacen este diagnóstico
cuando no está claro qué tipo de enfermedad bipolar está surgiendo.
Para algunos adolescentes, una pérdida u otro acontecimiento traumático
podría desencadenar un primer episodio de depresión o manía. Los episodios que
vienen detrás podrían ocurrir independientemente de cualquier estrés obvio, o
podrían empeorar con el estrés. La pubertad es un período de riesgo. En las chicas,
la primera menstruación puede desencadenar la enfermedad, y los síntomas a
menudo varían en gravedad con el ciclo menstrual.
Una vez que la enfermedad ha surgido, los episodios tienden a recurrir y
empeorar sin tratamiento. Los estudios muestran que desde que los primeros
síntomas aparecen hasta que comienza el tratamiento pasan una media de diez
años. La CABF anima a los padres a que su hijo adolescente se someta a una
evaluación por un especialista si cuatro o más síntomas de los arriba mencionados
persisten más de dos semanas. Una pronta intervención e instauración de
tratamiento puede marcar la diferencia durante esta época crítica de desarrollo.
¿Está la adicción y el abuso de sustancias relacionado con el trastorno bipolar?
Una mayoría de adolescentes con trastorno bipolar sin tratar abusan del alcohol y
las drogas. Cualquier niño o adolescente que abusa de sustancias debería ser
evaluado por un posible trastorno del humor.
Se piensa que los adolescentes que parecen normales hasta la pubertad y
experimentan un comienzo repentino de los síntomas son especialmente
vulnerables a desarrollar adicción a las drogas o al alcohol. Las sustancias podrían
estar disponibles entre sus amigos y los adolescentes podrían utilizarlas para
intentar controlar sus cambios de humor e insomnio. Si la adicción se desarrolla, es
esencial tratar el trastorno bipolar y el abuso de sustancias al mismo tiempo.
¿Qué papel juega la genética o historia familiar en el trastorno bipolar?
La enfermedad tiende a ser altamente genética, pero hay factores
ambientales que influyen claramente en el desarrollo de la enfermedad en un niño
en particular. La enfermedad bipolar puede "saltarse" generaciones y tomar
diferentes formas en diferentes individuos.
El pequeño grupo de estudios que se han realizado discrepan en el riesgo
estimado para un individuo:
5. • Para la población general, un estimación conservadora del riesgo de un
individuo de tener una enfermedad bipolar clara es del 1 . Las enfermedades
en el espectro bipolar (más leves) podrían afectar a un 4-6 .
• Cuando uno de los padres tiene enfermedad bipolar, el riesgo para cada niño
es del 15-30 .
• Cuando ambos padres tienen una enfermedad bipolar, el riesgo aumenta a
un 50-75 .
• El riesgo en hermanos y gemelos es del 15-25 .
• El riesgo en gemelos idénticos es aproximadamente del 70 .
En cada generación desde la 2ª Guerra Mundial, hay una mayor incidencia y
una edad de comienzo más temprana de la enfermedad bipolar y la
depresión. Por regla general, los niños con enfermedad bipolar experimentan
su primer episodio de la enfermedad diez años antes en comparación con la
generación de sus padres. La razón de ésto es desconocida.
Los árboles genealógicos de muchos niños que desarrollan tempranamente
una enfermedad bipolar incluyen individuos que sufrieron abuso de sustancias y/o
trastornos del humor (a menudo sin diagnosticar). También entre sus familiares se
encuentran individuos expertos, creativos y extremadamente afortunados en
negocios, política y en las artes.
Perspectiva histórica
La enfermedad bipolar ha dejado su marca en la historia. Muchas personas
famosas y con muchos logros tenían síntomas de la enfermedad incluyendo:
• Abraham Lincoln
• Winston Churchill
• Theodore Roosevelt
• Goethe
• Balzac
• Handel
• Schumann
• Berlioz
• Tolstoy
• Virginia Woolf
• Hemingway
• Robert Lowell
• Anne Sexton
Las biografías de Beethoven, Newton y Dickens, en particular, revelan
cambios de humor recurrente severos y debilitantes que comenzaron en su
infancia.
Línea del tiempo (Timeline)
Diagnóstico del Trastorno Bipolar en niños
A menudo los niños sanos pasan por momentos en los que tienen
dificultades para estar quietos, controlar sus impulsos o afrontar la frustración. El
Manual Estadístico y de Diagnóstico IV (DSM-IV) todavía requiere que, para
diagnosticar una enfermedad bipolar en niños, se reúnan los criterios diagnósticos
para adultos. Hasta el momento no existen criterios separados para el diagnóstico
en niños.
Algunos comportamientos del niño, sin embargo, deben ponernos en alerta:
6. • Ira o rabietas destructivas que continúan después de los cuatro años
• Hablar de querer morir o suicidarse
• Tratar de saltar desde un coche en movimiento
Para ilustrar lo difícil que es utilizar el DSM-IV para diagnosticar niños, el
manual dice que un episodio hipomaníaco requiere un "claro periodo de humor
persistentemente elevado, expansivo o irritable, que dure al menos cuatro días".
Sin embargo, hasta el 70 de niños con esta enfermedad tiene cambios en el humor
y la energía varias veces al día.
Ya que no está previsto que el DSM-IV se revise en un futuro inmediato, a
menudo los expertos utilizan algunos criterios DSM-IV al igual que otras medidas.
Por ejemplo, un equipo de investigadores de la Universidad de Washington (St.
Louis, MO) utiliza una entrevista estructurada para diagnóstico llamada Wash U
KIDDIE-SADS, que es más sensible a los períodos cíclicos rápidos observados
normalmente en niños con trastorno bipolar.
¿En qué difiere la enfermedad bipolar de otras enfermedades?
Incluso cuando el comportamiento de un niño es claramente anormal, el
diagnóstico correcto sigue siendo un reto. La enfermedad bipolar a menudo se
acompaña de síntomas de otras enfermedades psiquiátricas. En algunos niños, el
tratamiento adecuado de la enfermedad bipolar mejora los síntomas problemáticos
que se creían debidos a otro diagnóstico. En otros niños, la enfermedad bipolar
podría explicar sólo una parte de un caso más complejo que incluirían factores
neurológicos, de desarrollo, etc.
Los diagnósticos que enmascaran o a veces tienen lugar al mismo tiempo que el
trastorno bipolar incluyen:
• Depresión
• Trastorno de la conducta (TC)
• Trastorno oposicional-desafiante (TOD)
• Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
• Trastorno de pánico
• Trastorno de ansiedad generalizada
• Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
• Síndrome de Tourette
• Trastorno explosivo intermitente
• Trastorno reactivo del vínculo
En adolescentes, la enfermedad bipolar a menudo se maldiagnostica como:
• Trastorno de personalidad límite
• Trastorno por estrés postraumático
• Esquizofrenia
La necesidad de un diagnóstico temprano y adecuado
Desgraciadamente, después de que los primeros síntomas aparezcan en
niños, a menudo pasan años hasta que el tratamiento comienza, si es que
comienza. Mientras tanto, el trastorno empeora y el funcionamiento del niño en
casa, en el colegio, en la comunidad empeora progresivamente.
Debemos subrayar la importancia de un diagnóstico temprano y adecuado. Los
7. resultados de una enfermedad bipolar no tratada o tratada inadecuadamente
pueden incluir:
Un aumento innecesario de comportamientos y síntomas que lleven a la expulsión
del colegio, el internamiento en un centro residencial de tratamiento, la
hospitalización en un hospital psiquiátrico o la encarcelación en el sistema juvenil
de justicia.
• El desarrollo de trastornos de la personalidad tales como narcisista,
antisocial y de personalidad límite.
• Un empeoramiento de la enfermedad bipolar debido a la medicación
incorrecta.
• Abuso de drogas, accidentes y suicidio.
Es importante recordar que un diagnóstico no es un hecho científico claro. Es
una opinión informada basada en el comportamiento del niño durante un tiempo, lo
que sabemos de la historia familiar del niño, la respuesta del niño a las
medicaciones, su desarrollo, el estado actual del a conocimiento científico y la
formación y experiencia del médico que hace el diagnóstico. Estos factores (y el
diagnóstico) pueden cambiar cuando hay más información disponible. Profesionales
competentes pueden no estar de acuerdo en qué diagnóstico se ajusta mejor al
individuo. Sin embargo, el diagnóstico es importante, ya que guía las decisiones de
tratamiento y permite a la familia poner un nombre al problema que afecta a su
niño. El diagnóstico puede dar respuestas a algunas preguntas pero abre otras que
son incontestables en el momento actual del conocimiento científico.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?
Los padres preocupados por la conducta de su hijo, especialmente actos,
amenazas o ideas suicidas, deben llevar inmediatamente a su hijo para que le
evalue un profesional experto en los síntomas y el tratamiento temprano de la
enfermedad bipolar.
Por ahora no hay analíticas de sangre o escáner cerebral que puedan
establecer el diagnóstico de la enfermedad bipolar.
Los padres que sospechan que su hijo tiene un enfermedad bipolar (o
cualquier enfermedad psiquiátrica) deben tomar notas diarias acerca del humor de
su hijo, su conducta, los patrones de sueño, acontecimientos inusuales y
afirmaciones del niño que preocupen a sus padres. Compartan estas notas con el
médico que le evalúa y con el médico que finalmente trate a su hijo. Algunos
padres mandan una copia de sus notas por fax o e-mail al doctor antes de cada
cita.
Ya que los niños con enfermedad bipolar pueden ser encantandores y carismáticos
durante una consulta, pueden, inicialmente, parecer que están bien de cara a un
profesional. Por ello, una buena evaluación dura por lo menos dos citas e incluye
una detallada historia familiar.
Encontrar al doctor adecuado
Si es posible, debe ser un psiquiatra infantil titulado el que diagnostique y
trate a su hijo. Un psiquiatra infantil es un doctor que ha completado dos a cuatro
años de residencia en psiquiatría del adulto y dos años adicionales de programa
fellowship en psiquiatría infantil y adolescente. Desgraciadamente, hay una gran
escasez de psiquiatras infantiles y pocos tienen la experiencia extensiva en el
tratamiento del trastorno bipolar de comienzo temprano.
8. Los hospitales universitarios afiliados con facultades de medicina acreditadas
son, a menudo, buenos lugares para comenzar a buscar un psiquiatra infantil con
experiencia. Puede también preguntar al pediatra de su hijo como referencia.
Consulte el Directorio CABF de Miembros Profesionales para ver los nombres de
doctores en su area geográfica. También puede enviarnos una nota a
profrelations@bpkids.org para averiguar si CABF conoce de otros doctores cerca de
donde vive.
Si su comunidad no tiene un psiquiatra infantil con experiencia en trastornos
del humor, entonces busque un psiquiatra de adultos que tenga: 1) experiencia
amplia en trastornos del humor y 2) experiencia en tratar niños y adolescentes.
Otros especialistas que podrían ayudarle, al menos con una evaluación inicial,
incluyen neuropediatras. Los neurólogos tienen experiencia con medicaciones
anticonvulsivas a menudo utilizadas para el tratamiento de trastornos bipolares
juveniles. Los pediatras que consultan con psicofarmacólogos pueden también
ofrecer un cuidado competente si un psiquiatra infantil no está disponible.
Algunas familias llevan sus hijos a médicos conocidos nacionalmente en hospitales
universitarios para el diagnóstico y estabilización. Estos expertos después
devuelven al paciente a los profesionales locales para el manejo médico del
tratamiento la psicoterápico del niño. Los profesionales locales consultan con el
experto cuando lo necesitan.
Los padres experimentados recomiendan que busque un médico que:
• Tenga conocimientos acerca de los trastornos del humor, tenga una amplia
experiencia en psicofarmacología y esté puesto al día en la investigación de
este campo.
Sepa que no tiene todas las respuestas y agradezca información descubierta
por los padres.
• Explique los temas médicos claramente, escuche bien, y responda a las
llamadas pronto.
• Se ofrezca para trabajar estrechamente con los padres y valore su
resultado.
• Tenga una buena relación con el niño.
• Comprenda lo traumático que es una hospitalización para el niño y los
padres, y se mantenga en contacto con la familia durante este periodo.
• Abogue por el niño ante las compañías proveedoras de seguro médico
(managed care companies) cuando sea necesario.
• Abogue por el niño ante el colegio o la escuela para asegurarse de que el
niño reciba los servicios apropiados para sus necesidades educacionales.
Tratamiento
A pesar de que no hay cura para la enfermedad bipolar, en la mayoría de los
casos el tratamiento puede estabilizar el humor y permitir el manejo y control de
los síntomas.
Un buen plan de tratamiento incluye medicación, monitorización estrecha de
los síntomas, educación acerca de la enfermedad, consejo o psicoterapia para el
paciente y la familia, reducción del estrés, buena nutrición, ejercicio y sueño
regular y participación en una red de apoyo.
La respuesta a la medicación y al tratamiento varía. Hay factores que
contribuyen a un mejor resultado:
• Acceso a cuidado médico competente
9. • Diagnóstico y tratamiento temprano
• Adherencia a la medicación y al plan de tratamiento
• Un ambiente, tanto en el colegio como en casa, flexible y poco estresante
• Una red de apoyo formada por familiares y amigos
Hay factores que complican el tratamiento:
• Falta de acceso a cuidado médico competente
• Lagunas temporales entre el inicio de la enfermedad y el tratamiento
• No tomar medicación prescrita
• Ambiente, tanto en el colegio como en casa, inflexible y estresante
• La comorbilidad de otros diagnósticos
• El uso de sustancias tales como drogas ilegales o alcohol
La buena noticia es que con un tratamiento apropiado y apoyo en casa y en
el colegio, muchos niños con la enfermedad bipolar consiguen una reducción
significativa de la gravedad, frecuencia y duración de los episodios de la
enfermedad. Con educación acerca de su enfermedad (al igual que se ofrece a
niños con epilepsia, diabetes y otros), aprenden a manejar y monitorizar sus
síntomas mientras crecen.
El papel de los padres en el tratamiento
Al igual que en otras enfermedades crónicas tales como diabetes, epilepsia y
asma, los niños y adolescentes con trastorno bipolar y sus familias necesitan
trabajar estrechamente con su médico y otros profesionales sanitarios. Tener a la
familia al completo involucrada en el plan de tratamiento del niño, puede reducir la
frecuencia, duración y gravedad de los episodios. También puede ayudar a mejorar
la habilidad del niño para funcionar con éxito en casa, en el colegio y en la
comunidad.
Padres: aprendan todo lo que puedan de la enfermedad bipolar. Lean,
participen en grupos de apoyo y formen una red de apoyo con otros padres. Hay
muchas preguntas todavía sin responder acerca del trastorno bipolar incipiente,
pero una intervención y tratamiento tempranos pueden ofrecer estabilidad del
humor y restaurar el bienestar. Ustedes pueden manejar las recaídas mejor con
una intervención temprana en la primera reaparición de los síntomas.
Medicación
Se han llevado a cabo unos pocos estudios controlados acerca del uso de
medicaciones psiquiátricas en niños. El U.S. Food and Drug Administration (FDA) ha
aprobado sólo unas cuantas medicaciones para uso pediátrico. Los psiquiatras
deben adaptar lo que saben respecto al tratamiento de adultos a niños y
adolescentes.
Las medicaciones utilizadas para tratar adultos a menudo ayudan a
estabilizar el humor en niños. La mayoría de los médicos comienzan a medicar
inmediatamente tras el diagnóstico si los padres están de acuerdo. Si el padre o la
madre no están de acuerdo, puede ser útil esperar un periodo de tiempo prudente
para observar y clasificar los síntomas, aportándolos en una gráfica. Sin embargo,
el tratamiento no debería ser postpuesto a largo plazo debido al riesgo de suicidio o
fracaso escolar.
Un niño sintomático no debería nunca estar sin supervisión. Si el desacuerdo
entre los padres hace imposible el tratamiento, como puede ocurrir en familias en
10. trámites de divorcio, podría ser necesaria una orden judicial en relación al
tratamiento.
Otros tratamientos, tales como la psicoterapia, podrían no ser efectivos
hasta que no haya una estabilización del humor. De hecho, los estimulantes y
antidepresivos instaurados sin un estabilizador del humor (a menudo el resultado
de un mal diagnóstico) puede causar estragos en un niño bipolar, induciendo
potencialmente a la manía, a ciclos más frecuentes y a un aumento en las
explosiones de agresividad.
Ninguna medicación funciona en todos los niños. La familia debería esperar
un proceso de prueba-y-error que dure semanas, meses, o más, ya que los
médicos prueban varias medicaciones solas y en combinación antes de encontrar el
mejor tratamiento para su hijo. Es importante no desanimarse durante la fase
inicial del tratamiento. A veces son necesarios dos o más estabilizadores del humor,
además de medicaciones adicionales para tratar síntomas residuales, con el fin de
conseguir una estabilidad mantenida.
Para los padres es duro aceptar que su hijo tiene una enfermedad crónica
que requiere tratamiento con varias medicaciones. Es importante recordar que la
enfermedad bipolar no tratada tiene un porcentaje fatal de 18 o más (de suicidio),
igual o mayor a muchas de las enfermedad físicas más serias. La enfermedad no
tratada lleva consigo el riesgo de la adicción a drogas o alcohol, fracaso en
relaciones, fracaso escolar, y dificultad en encontrar y mantener un trabajo. Los
riesgos de no tratar la enfermedad son sustanciales y deben medirse frente a los
riesgos desconocidos por el uso de medicación, cuya seguridad y eficacia se han
constatado en adultos, pero todavía no en niños.
Lo que sigue es una breve visión de las medicaciones utilizadas para tratar el
trastorno bipolar. Hay más información acerca de medicaciones específicas
disponible en la base de datos de medicaciones (Drug Database).
Esta breve visión no intenta reemplazar la evaluación y tratamiento de ningún niño
por un médico. Asegúrese de consultar con un médico que conozca a su hijo antes
de comenzar, parar o cambiar cualquier medicación.
Estabilizadores del humor
Litio (Eskalith, Lithobid, carbonato de litio) - Una sal que se forma naturalmente en
la Tierra; el litio se ha utilizado con éxito durante décadas para calmar la manía y
prevenir ciclos de humor. El litio tiene un efecto antisuicidio probado. Se ha
estimado que un 70-80 de los pacientes adultos con trastorno bipolar responden
positivamente al tratamiento con litio. Algunos niños van bien con el litio, pero
otros van mejor con otros estabilizadores del humor. El litio se utiliza a veces en
combinación con otro estabilizador del humor.
• Divalproex de sodio o ácido valproico (Depakote) - Los médicos, a menudo,
prescriben este antiepiléptico para niños que tienen ciclos rápidos entre
manía y depresión.
• Carbamazepina (Tegretol) - Los médicos prescriben este antiepiléptico
porque tiene propiedades antimaníacas y antiagresivas. Es útil en el
tratamiento de ataques de ira frecuentes.
• Gabapentina (Neurontin) - Éste es un nuevo antiepiléptico que parece tener
menos efectos secundarios que otros estabilizadores del humor. Sin
embargo, los médicos no saben lo efectiva que es esta medicación, y
algunos padres informan de la activación de los síntomas de manía en niños.
11. • Lamotrigina (Lamictal) - Este nuevo antiepiléptico puede ser efectivo en el
control del ciclo rápido. Parece funcionar bien en la fase depresiva, y en la
maníaca del trastorno bipolar. Cualquier aparición de rash/sarpullido de piel
deber informarse inmediatamente al médico, ya que un efecto secundario
raro pero severo (el Síndrome de Stevens-Johnson) puede ocurrir (por esta
razón el Lamictal no se utilizan en niños menos de 16 años).
• Topiramate (Topamax) - Este nuevo antiepiléptico puede controlar el ciclo
rápido y los estados bipolares mixtos en pacientes que no han respondido
bien al divalproex de sodio o la carbamazepina. A diferencia de otros
estabilizadores del humor, no tiene la ganancia de peso como efecto
secundario, pero su eficacia en niños no se ha confirmado.
• Tiagabina (Gabitrol) - Este nuevo antiepiléptico tiene la aprobación de la
FDA para el uso en adolescentes y se está utilizando ahora también en
niños.
Otras medicaciones
Los médicos pueden prescribir medicación antipsicótica (Risperdal, Zyprexa,
Seroquel) durante las fases maníacas, particularmente cuando los niños
experimentan delirios o alucinaciones y cuando es necesario un control rápido de la
manía. Algunos de estos antipsicóticos nuevos son muy efectivos para controlar la
irritabilidad y agresión. La ganancia de peso es, a menudo, un efecto secundario de
la medicación antipsicótica.
Los bloqueadores de los canales del calcio (verapamil, nimodipine,
isradipine) han recibido recientemente especial atención ya que actúan como
estabilizadores potenciales del humor para el tratamiento de manía aguda, ciclos
ultrarrápidos y depresión recurrente.
La medicación ansiolítica (Klonopin, Xanax, Buspar y Ativan) reduce la
ansiedad disminuyendo la actividad de los sistemas de activación del cerebro.
Reduce la agitación e hiperactividad y ayuda a fomentar un sueño normal. Los
médicos utilizan normalmente estas medicaciones añadidas a los estabilizadores del
humor y antipsicóticos en la manía aguda.
Tratamientos alternativos y complementarios
Busque informes sobre tratamientos alternativos y complementarios en esta
página web, tales como fototerapia, terapia electroconvulsiva, estimulación
magnética transcraneal y suplementos nutricionales, tales como aceite Omega-3
(aceite de pescado) y Hierba de San Juan (St. John's Wort). (Algunos informes
indican que el la hierba de San Juan puede disparar la manía; no debería
administrarse a niños).
Psicoterapia
Además de visitar a un psiquiatra infantil, el plan de tratamiento para un
niño con enfermedad bipolar normalmente incluye sesiones de terapia regulares
con un trabajador social clínico licenciado, un psicólogo licenciado o un psiquiatra
que ofrece psicoterapia. La terapia cognitivo-conductual, terapia interpersonal y
grupos de apoyo multifamiliar son parte esencial del tratamiento para niños y
adolescentes con trastorno bipolar. Un grupo de apoyo para el niño o adolescente
con este trastorno puede ser beneficioso, a pesar de que existen pocos.
Educación Parental Terapéutica-"Therapeutic Parenting"TM
Los padres de niños con enfermedad bipolar han descubierto numerosas técnicas
12. que la CABF refiere como educación terapéutica. Estas técnicas ayudan a calmar a
sus hijos cuando están sintomáticos y pueden ayudar a prevenir y contener
recaídas. Tales técnicas incluyen:
• Practicar y enseñar a su hijo técnicas de relajación
• Utilizar sujeción firme para contener las rabietas
• Priorizar batallas y pasar por alto los temas menos importantes
• Reducir el estrés en casa, incluyendo el aprendizaje y buen uso de las
habilidades para escuchar y comunicarse
• Utilizar música y sonido, luz, agua, y masaje para atender al niño cuando se
despierta, se duerme y como relajación
• Abogando por la reducción de estrés y otras adaptaciones necesarias en el
colegio
• Ayudar al niño a anticipar y evitar, o prepararse para situaciones de estrés,
controlando estrategias de afrontamiento con anticipación
• Animar la creatividad del niño a través de actividades que expresen y
canalizen sus talentos y dones.
• Ofrecer una estructura rutinaria y con gran libertad dentro de unos límites
claros.
• Quitar objetos de la casa (o guardarlos en lugar seguro) que el niño pueda
utilizar para hacerse daño o hacer daño a otros durante sus explosiones de
rabia, especialmente armas; mantener los medicamentos en un armario o
caja cerradas con llave.
¿Cuáles son las necesidades educacionales para un niño con trastorno
bipolar?
Un diagnóstico de la enfermedad bipolar significa que el niño tiene su salud
significativamente afectada (igual que en la diabetes, epilepsia o leucemia) y que
requiere control médico continuado. El niño necesita y tiene derecho a adaptaciones
en el colegio para beneficiarse de su educación. La enfermedad bipolar y las
medicaciones utilizadas para tratarla pueden afectar en la asistencia del niño al
colegio, la atención y concentración, sensibilidad a la luz, ruido y estrés,
motivación, y energía necesaria para el aprendizaje. El rendimiento del niño puede
variar mucho en diferentes momentos del día, la estación y el año académico.
El personal de educación especial, los padres y profesionales deberían formar un
equipo para determinar las necesidades educacionales del niño. Se hará una
evaluación en el colegio, incluyendo tests psicoeducacionales (algunas familias
querrán además tests privados más extensos). Las necesidades educacionales de
un niño con enfermedad bipolar varían dependiendo de la frecuencia, gravedad y
duración de los episodios de la enfermedad. Estos factores son difíciles de predecir
en un caso concreto. Las transiciones a nuevos profesores y nuevas escuelas, la
vuelta al colegio después de vacaciones o las ausencias, y el cambio a nuevas
medicaciones son épocas donde generalmente hay aumento de los síntomas en
niños con enfermedad bipolar. Los efectos secundarios de la medicación que
pueden ser problemáticos en la escuela incluyen aumento de la sed y de la
necesidad de orinar, somnolencia excesiva o agitación, e interferencia en la
concentración. La ganancia de peso, fatiga y tendencia a recalentarse y
deshidratarse fácilmente afecta a la participación del niño en las clases de gimnasia
y otras clases.
Estos factores y cualquier otro que afecte a la educación del niño deben
identificarse. Debe redactarse un plan (llamado Plan Educacional Individualizado,
IEP) para adaptarse a las necesidades del niño. El IEP debería incluir adaptaciones
para periodos en los que el niño está relativamente bien (cuando tan sólo sea
suficiente un nivel de servicios menos intenso), y adaptaciones disponibles para el
niño en caso de recaída. Las adaptaciones específicas deberían estar respaldadas
por una carta o llamada telefónica del médico del niño al director de educación
13. especial en la escuela. Algunos padres ven necesario contratar a un abogado para
obtener los servicios y adaptaciones que la ley federal exige en escuelas públicas
para niños con problemas de salud similares.
Algunos ejemplos de adaptaciones útiles para niños y adolescentes con la
enfermedad bipolar incluyen:
• Servicios y tests preescolares de educación especial
• Tamaño de clase pequeño (con niños de inteligencia similar) o clase
independiente con otros compañeros emocionalmente delicados (sin
"trastorno de conducta") para parte o todo el día
• Ayudante de educación especial para ayudar al niño en clase, asignado a
ayudar a un niño o a varios
• Libro de notas de intercambio entre la casa y el colegio para favorecer la
comunicación
• Tarea reducida o excluída y plazos más largos en los trabajos cuando la
energía está baja
• Entrada en el colegio un poco más tarde si está fatigado a la mañana
• Libros grabados (en cinta) como alternativa a la propia lectura cuando la
concentración es baja
• Designación de un "lugar seguro" en el colegio donde el niño pueda
refugiarse cuando se encuentre agobiado
• Designación de un miembro del personal a quien el niño pueda acudir
cuando lo necesite
• Acceso ilimitado al baño
• Acceso ilimitado a beber agua
• Terapia artística y musical
• Más tiempo para hacer exámenes
• Uso de calculadora para matemáticas
• Lote de libros extra en casa
• Uso de teclado o dictado para trabajos escritos
• Sesiones regulares con un trabajador social o psicólogo escolar
• Grupos de habilidades sociales y grupos de apoyo de compañeros
• Formación anual para profesores (patrocinada por la escuela), por parte de
los profesionales que tratan al niño
• Arte, música u otras áreas enriquecidas para refuerzo particular
• Curriculum que defienda la creatividad y reduzca el aburrimiento (para niños
altamente creativos)
• Tutoría durante ausencias largas
• Metas establecidas cada semana con recompensas por logro
• Servicios de verano, tales como campamentos o escuelas de verano de
educación especial
• Participación en un programa para tratamiento en hospital de día durante
períodos de enfermedad aguda que pueden controlarse sin hospitalización
• Participación en una escuela terapéutica de día durante recaídas extensas o
para ofrecer un periodo de apoyo extra después de la hospitalización y antes
de volver al colegio de manera regular
• Participación en un centro de tratamiento residencial durante periodos de
enfermedad largos, si no está disponible una escuela terapéutica de día
cerca de su casa, o no está preparada para las necesidades del niño
Un punto de inflexión
Darse cuenta de que su hijo tiene una enfermedad bipolar puede ser
traumático. El diagnóstico normalmente sigue a meses o años de inestabilidad el
humor del niño, dificultades en el colegio, y malas relaciones con la familia y los
amigos. Sin embargo, el diagnóstico puede y debería ser un punto de inflexión para
14. todos los involucrados. Una vez que la enfermedad ha sido identificada, debe
dirigirse toda la energía al tratamiento, la educación y el desarrollo de estrategias
de afrontamiento.