Desafíos que nos presenta hoy el mundo, vistos desde la tecnología, la educac...
¿Qué es comunidad?
1. ESCRITOS DE FORMACIÓN
EAS
Número 1 – Abril de 2004
¿Qué es comunidad?
Una descripción sociológica para beneficio de las pequeñas
comunidades
COMUNIDADES CRISTIANAS COMPROMETIDAS EAS DE COLOMBIA
CIUDAD DE MEDELLÍN
COMITÉ DE FORMACIÓN
2. El comité de Formación va generar un documento periódicamente para
beneficio de los EAS y su formación. Los invitamos a leer estos
documentos y reflexionar sobre ellos, ojalá algunas veces en comunidad.
Los invitamos a coleccionarlos y a divulgarlos.
Los documentos se van a basar en recopilaciones de documentos de
diversos autores, incluyendo personas de los EAS, sometidos en algunos
casos a adaptaciones que los hagan más afines y prácticos para los EAS,
bajo la responsabilidad del comité.
Son bienvenidos los comentarios y los aportes.
Damos inicio a los boletines con un resumen de un artículo sobre el tema
¿Qué es comunidad?, por Phil Bartle, PhD, traducido por Mª Lourdes Sada
y sacado de la página web http://www.scn.org/ip/cds/mpfc/whats.htm.
Hemos adaptado libremente las ideas de este artículo a los intereses de
las comunidades EAS.
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3. ¿Qué es comunidad?
Una descripción sociológica para beneficio de los EAS
Es importante que se cuente en los EAS con personas activas, que
animen y se comprometan para poner en movimiento a las comunidades.
El conocer algunos principios sociológicos para entender mejor el
comportamiento de las comunidades, nos puede ayudar a todos, líderes o
no, a construir una mejor realidad. Todos podemos cambiar y mejorar.
La naturaleza de una comunidad
Como muchos conceptos de tipo social, el de «comunidad» no es fácil de
definir. Utilizamos mucho la palabra, pero es importante preguntarnos
qué significa realmente.
Primero, reparemos en que «comunidad» es un modelo, un patrón. No es
posible ver una comunidad, o tocarla, o apreciarla meramente con los
sentidos. Son múltiples las posibilidades de compresión y para ilustrar
este punto veamos el siguiente cuento
Los siete ciegos y el elefante
En un pueblo, había siete hombres ciegos que eran amigos, y ocupaban
su tiempo en discutir sobre cosas que pasaban en el mundo. Un día,
surgió el tema del «elefante» Ninguno había «visto» nunca un elefante,
así que pidieron que los llevaran a un elefante para descubrir cómo era.
Uno tocó su costado, otro la cola, otro la trompa, otro la oreja, otro la
pata, etc. Después se reunieron para discutir lo que habían «visto». Uno
dijo: «un elefante es como una pared» (pues había tocado su costado).
«No, es como una cuerda», dijo otro. «Estáis los dos equivocados» dijo
un tercero, «es como una columna que sostiene un techo». «Es como una
serpiente pitón», dijo el cuarto, «es como una manta», dijo el que había
tocado la oreja. Y así siguieron y siguieron discutiendo.
Hay quien cuenta que discutieron tanto que dejaron de ser amigos.
Cómo se ve, no es cuestión de discutir, es cuestión de abrir los ojos y de
escuchar a los demás para detectar la enorme riqueza del concepto, que
se va formando a medida que lo describimos, que lo tocamos y que lo
vivimos,
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4. Al igual que una montaña o un árbol, una comunidad puede tener
diferentes formas, tamaños, aspectos o ubicaciones, de tal manera que
no hay dos comunidades iguales. Y si bien la gente que la compone es
muy importante, el concepto trasciende a sus miembros.
Simplificando, pudiéramos decir que la comunidad es un grupo que tienen
una cierta ubicación, compuesto por personas con intereses comunes.
Pero también es un conjunto de interacciones, y comportamientos
humanos que tienen un sentido, y que crean expectativas entre sus
miembros. No sólo se trata de acciones, sino de acciones basadas en
esperanzas, en valores, en creencias y significados compartidos entre las
personas que la forman.
Como ocurre con los EAS, las comunidades existen dentro de
comunidades mayores. Según los vínculos se hagan más amplios, habrá
una mayor heterogeneidad.
Las comunidades tienen vida propia que va más allá de la suma de todas
las vidas de sus miembros. Como organización social, una comunidad es
cultural. Esto significa que es un sistema de sistemas que se compone de
cosas que se aprenden.
Todos los elementos culturales de una comunidad, desde su tecnología
hasta sus creencias compartidas, pueden transmitirse y guardarse por
medio de símbolos.
Se advierte entonces la importancia del aprendizaje y del uso de símbolos
para animar el desarrollo de las comunidades, la importancia de la
promoción de la participación comunitaria y la necesidad de que los
miembros se sientan dinámicos.
La organización social de las comunidades cambia, aunque sea
sutilmente. Pero con el liderazgo positivo de las personas que se entregan
al servicio interno y que se convierten en agentes de cambio social o
catalizadores, este cambio tiene una mayor proyección y un mayor
sentido. Es importante entonces que todos tengamos una cierta
comprensión de la naturaleza del cambio social en una comunidad.
En este sentido es importante visualizar que una comunidad, como
organismo social que es, tiene una vida propia que va más allá de las
vidas de sus miembros.
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5. Hay que tener en cuenta que estas personas sufren sus propios cambios
mientras se desarrollan como seres humanos. Estos cambios pueden
contribuir o no a la estabilidad y a la continuidad de la comunidad.
Es decir, las personas con su evolución personal pueden tomar decisiones
o actitudes sorprendentes para los demás miembros de la comunidad,
pero la comunidad tiene vida propia y capacidad de mantener la
estabilidad y adaptarse, en función del liderazgo y de los cambios
asociados con el desarrollo comunitario.
Por ejemplo, ¿qué tipo de «pegante» mantiene unida a la comunidad?;
¿Cómo pueden ser interdependientes las personas entre ellas, incluso
cuando están convencidos de que son organismos independientes?. Esta
idea de independencia personal, ¿es un factor en el sostenimiento de las
comunidades?
Una comunidad, como cualquier otra institución social, no es solamente
una colección de personas individuales; es una amalgama cambiante de
relaciones, actitudes y comportamientos de sus miembros.
La cultura consiste en todas esas cosas, incluyendo acciones y creencias,
que los seres humanos aprenden. La cultura abarca el comportamiento
que se aprende. Mientras que parte de esa cultura se aprende en la
infancia, otra se aprende en la madurez. Es decir, siempre se está
aprendiendo. Cuando el liderazgo comunitario está comprometido con la
promoción del cambio, lo que está fomentando es el aprendizaje de
nuevas ideas y comportamientos.
Se resalta entonces la importancia de la tarea educativa y formativa
dentro del trabajo comunitario. Como los miembros de los EAS son, en su
mayor parte, personas adultas, el liderazgo necesita contar con
conocimientos y prácticas de educación para adultos.
La comunidad existe en un plano distinto al de los miembros, si bien se
arma con la participación de los mismos. En este sentido es
superorgánica. Esto significa que hay diversos aspectos que transcienden
a los seres humanos que la componen. Por ello lo que le sucede al
conjunto de la comunidad no es lo mismo que les pasa a los individuos
particulares, ni las fuerzas que afectan a un ser humano individual son las
mismas que afectan al desarrollo de una comunidad, ni el cambio social
en una comunidad es idéntico al cambio de los individuos de esa
comunidad.
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6. Para ello, el liderazgo debe desarrollar una perspectiva social y ver a la
comunidad como un organismo, que tiene vida propia y funcionamiento,
más allá del que tienen sus miembros.
Una creencia, por ejemplo, está en la mente de las personas, pero esa
creencia vivirá a través de otras personas cuando la primera muera. Igual
sucede con diversos aspectos institucionales y con muchas costumbres
sociales, aspectos que trascienden a los seres humanos individuales que
forman la comunidad.
En resumen, las comunidades son sistemas superorgánicos compuesto
por las ideas aprendidas y los comportamientos de los seres humanos que
las componen.
Aunque una comunidad es un sistema cultural que en diversos aspectos
trasciende a los individuos que la componen, no se puede asumir que es
una unidad totalmente armoniosa.
Existen facciones, luchas y conflictos, basados en las diferencias de los
miembros y en muchos factores.
Para poder promover la participación y el desarrollo comunitario, el
liderazgo se atreve a unir esas facciones, a estimular la tolerancia y el
espíritu de equipo, y a obtener decisiones consensuadas.
Para que se pueda promover el cambio social positivo en una comunidad,
es conveniente tener nociones sobre cómo opera ese sistema, y por
extensión, cómo responderá a los cambios.
Es normal, en nuestra forma de ver las cosas, que se adjudiquen a la
comunidad características humanas, aunque en realidad no sea un ser
humano, aunque no habla, no piensa, no siente y no actúa como un ser
humano.
Podemos trascender en alguna medida esta visión si utilizamos categorías
culturales, entendiendo que las comunidades poseen partes diferentes
relacionadas con las organizaciones sociales y con la cultura, más que
partes asociadas con los seres humanos individuales.
Una forma interesante de analizar una comunidad –dividida en partes
diferentes– es utilizar las idea de que tiene seis «dimensiones» culturales.
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7. Decimos «dimensión» porque son categorías analíticas, creadas por
nosotros, seres humanos, en lugar de estar basadas en partes
observables (como las partes del cuerpo: cabeza, brazos, piernas).
Las seis dimensiones de la cultura son las siguientes:
Tecnológica
Económica
Política
Institucional
De valores estéticos
Perceptual y de creencias.
Todas estas dimensiones de la cultura se transmiten por medio de
símbolos y consisten en sistemas de ideas aprendidas y comportamientos.
Todas ellas son sistemas dentro de cada sistema social. Están basadas en
comportamientos aprendidos, que trascienden a los individuos que han
aprendido partes de ellas. Pero cada individuo manifiesta a su vez cada
una de las seis dimensiones de la cultura.
Entender a las comunidades y a sus cambios tiene que ver con visualizar
esas seis dimensiones culturales.
Sentimos la necesidad de agregar a estas seis dimensiones, una
adicional, que es la dimensión espiritual.
Dimensión tecnológica
La dimensión tecnológica de la cultura es su capital, sus herramientas y
conocimientos, y su forma de relacionarse con su entorno físico. Es la
conexión entre la humanidad y la naturaleza.
Pero no son sólo las herramientas físicas en sí las que hacen la dimensión
tecnológica de la cultura, sino las ideas aprendidas y los comportamientos
que permiten al hombre inventarlas, utilizarlas y enseñar a los demás sus
conocimientos sobre ellas.
Para una persona o familia, la tecnología incluye su casa, mobiliario y
enseres. El idioma, que es uno de los rasgos más importantes de un ser
humano, pertenece a la dimensión tecnológica, ya que es una
herramienta, que se acompaña de las comunicaciones como la radio, los
teléfonos, la televisión, los libros, los computadores y la red internet.
En una organización, la tecnología incluye los escritorios, los
computadores, el papel y el local. En una comunidad urbana, la
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8. tecnología comunitaria incluye servicios como alcantarillado público y
fuentes, caminos, mercados, hospitales, escuelas, señales de tráfico,
parques, centros comunitarios, bibliotecas, campos de deporte.
En general la tecnología es quizá la dimensión en la que es más fácil
introducir cambios culturales y sociales. Es más sencillo introducir una
radio de transistores que una nueva creencia religiosa, que un nuevo
conjunto de valores o un nuevo tipo de familia. No obstante, la
introducción de nuevas tecnologías, llevará a cambios en todas las otras
dimensiones de la cultura. Estos cambios no se pueden predecir
fácilmente, ni van siempre en la dirección deseada. Cuando suceden,
pueden parecer lógicos, aunque no se hayan podido predecir con
anterioridad.
A lo largo de la historia de la humanidad, la tecnología ha cambiado para
hacerse más compleja, más sofisticada, y con un mayor control sobre la
energía.
Normalmente los cambios son acumulativos, las herramientas y
tecnologías más antiguas se extinguen cuando se hacen relativamente
menos útiles, menos eficientes y más caras.
Por ejemplo, en los EAS se pueden introducir formas más técnicas de
comunicación con la ayuda de la internet. Esto implica un nuevo
lenguaje, unas nuevas costumbres (abro el correo con frecuencia,
contesto de inmediato, puedo detectar si el otro abre el correo enviado,
manejo los archivos en forma digital, mando copias a todas las
direcciones que tengo simplemente con un “clic”, puedo enviar dibujos o
fotos, puedo “publicar” sin usar papel, puedo cambiar el tamaño de letra,
puedo “copiar” y “pegar” temas).
Por ejemplo, los EAS pueden tener o no tener una sede. Ello implica
formas distintas de gastar o de conseguir fondos, distintas posibilidades
de hacer reuniones y de organizar eventos, diferentes formas de “sentirse
dueños de algo”, distintas obligaciones de tipo legal y organizativo.
El liderazgo actúa con sabiduría cuando está preparado para comprender
los efectos que la introducción de un cambio en la dimensión tecnológica
pueda tener en las otras dimensiones de la cultura. Ello le permite
aprovechar las oportunidades para impulsar el cambio positivo y ayudar a
manejar los temores de los miembros ante el cambio.
Dimensión Económica
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9. La dimensión económica de la cultura comprende sus diversas formas y
medios de generación de bienes y de asignación de dichos bienes y de los
servicios y riquezas, ya sea a través de donaciones, obligaciones,
trueque, comercio o asignaciones de propiedades.
No son en realidad los objetos físicos como el dinero los que constituyen
la dimensión económica de la cultura, sino la variedad de ideas, valores y
comportamientos que hacen que los hombres den valor al dinero y los
demás elementos dentro del sistema económico.
La riqueza no es solamente dinero, al igual que la pobreza no es sólo su
carencia.
La riqueza es uno de elementos que ayudan al fortalecimiento
comunitario y a la capacidad organizativa. Cuando una organización o
comunidad posee más riqueza, tiene más poder y mayor capacidad para
conseguir las cosas que necesita.
A lo largo de la historia de la humanidad, la tendencia general del cambio
económico ha sido la de aumentar la complejidad de la sociedad.
Un sistema no reemplaza inmediatamente a otro, pero se añaden nuevos
sistemas, y los menos útiles van muriendo poco a poco. En los grupos
pequeños y simples, la riqueza (cualquier cosa escasa y útil) se distribuye
por obligaciones familiares elementales. Cuando alguien llega a casa con
alimentos o ropa, se reparte entre los miembros de la familia sin esperar
una devolución inmediata.
Cuando el trueque se hizo más intrincado, aparecieron nuevas
instituciones que simplificaron la contabilidad: moneda, cuentas, bancos,
crédito, tarjetas bancarias, tarjetas de crédito.
Esto no eliminó inmediatamente formas anteriores, pero los regalos y la
distribución familiar se convirtieron con el tiempo en una forma
relativamente minoritaria dentro del amplio registro de sistemas de
distribución.
El tema económico es un aspecto complejo dentro de las comunidades
EAS. Por una parte se tienen definiciones claras y categóricas sobre la
forma de constituir un Fondo Común mediante los aportes del día de vida.
Pero al mismo tiempo muchos de los miembros manifiestan en la práctica
una imposibilidad de cumplir con los aportes establecidos. Se generan así
contradicciones entre ideas, valores y comportamientos que hacen que la
organización y sus comunidades poseen poca riqueza, tengan menos
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10. poder y menos capacidad para conseguir las cosas que se necesitan para
funcionar mejor.
Si el sistema de donaciones conocido como Día de Vida, en su forma
actual, no es aceptado por muchos miembros, es importante que el
liderazgo estimule a la comunidad a elegir lo que quiere de forma
consistente con los valores y actitudes predominantes.
En este sentido el liderazgo de los EAS puede estimular a que se cuente
con un espectro amplio de diversas formas y medios de generación de
bienes y de asignación de dichos bienes.
Dimensión Política
La dimensión política de la cultura comprende sus diversas formas y
medios de asignar el poder y la toma de decisiones. No es lo mismo que
la ideología, que se engloba en la dimensión de valores (ideas
compartidas sobre lo que está bien o mal). Entre otras cosas, incluye los
tipos de gobierno y los sistemas de gestión. También la forma en que
grupos pequeños de personas toman decisiones.
Cuanto más poder político e influencia se tiene, mayor facilidad para
hacer las cosas que se desean.
Es importante que los grupos puedan aprovechar e identificar los
diferentes tipos de líderes que existen en su seno.
El liderazgo tiene que ser capaz de desarrollar el sistema existente de
toma de decisiones para promover la unidad comunitaria y la toma de
decisiones en grupo de forma que beneficie a toda la comunidad.
En la historia humana, al principio el liderazgo era probablemente difuso,
temporal y mínimo. En una pequeña banda de recolectores y cazadores,
el líder sería cualquiera que sugiriera y organizara una partida de caza.
Al ir progresando la historia, los sistemas políticos se hicieron más
complejos: el poder y la influencia se incrementaron y comenzaron a
afectar a un mayor número de personas. Los niveles de sofisticación
política y jerarquía oscilan de los grupos acéfalos, bandas y tribus a los
reinos o estados.
Todas las comunidades, tienen algún tipo de sistema político, y siempre
existen algunas distancias, sean pequeñas o grandes, entre los niveles
más altos y más bajos de personas o grupos.
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11. Los distintos niveles de liderazgo pueden desempeñar mejor su labor si se
comprende cómo funciona el entorno político, cuánto poder e influencia
hay repartidos y qué cambios están sucediendo.
Cuando se estimula la formación de un comité, por ejemplo, se ejercerá
cierta influencia en esa ordenación del poder y se activará un incremento
de la complejidad política, por ejemplo si ese es el primer comité de este
tipo en la comunidad.
En las comunidades EAS la dimensión política tiene mucho que ver con
liderazgo y servicio y poco con poder. Se generan con frecuencia
situaciones de incumplimiento de tareas, falta de asistencia a las
reuniones donde se toman decisiones, oposición sutil a las intenciones de
liderazgo de los responsables de las coordinaciones y situaciones de
crítica. Es importante comprender el poder en los EAS estará relacionado
con la unidad y que la falta de apoyo al liderazgo y a sus propuestas,
disminuirá el su poder político y su influencia, por lo cual será mayor la
dificultad para hacer las cosas que se desean.
Por otra parte en los EAS la participación es vital y para que todos se
atrevan a servir, deberán resolverse las distancias, pequeñas o grandes,
entre los niveles más altos y más bajos de personas o grupos. Esto se
puede lograr mediante la práctica de la amistad, el trabajo de oración, el
compartir y la formación comunitaria. Este es el sentido de la práctica
regular de la metodología de reuniones semanales y mensuales, en las
cuales Cristo, el gran líder unificador, está en medio.
Dimensión institucional
La dimensión institucional o social de la cultura la componen las formas
en las que la gente actúa, se relaciona con los demás, reacciona y cómo
espera que los demás actúen y se relacionen. Esto incluye instituciones
como el matrimonio o la amistad, roles como el de madre u oficial de
policía, estatus o clase, y otros patrones de comportamiento humano.
La dimensión tiene que ver con la forma en que la gente actúa en relación
a los demás, sus expectativas, suposiciones, juicios, predicciones,
respuestas y reacciones. Tiene que ver con patrones de relación a veces
identificados como roles o categorías, y la formación de grupos e
instituciones que derivan de estos patrones.
El nivel de organización es un importante elemento del fortalecimiento
comunitario. Cuanto más organizada es una comunidad y más
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12. eficientemente organizada está, más capacidad tendrá para conseguir sus
objetivos.
Al igual que las otras dimensiones, a lo largo de la historia la tendencia
general ha ido de simple a compleja. En las sociedades antiguas simples,
la familia era la comunidad y la sociedad y definía todos los roles y
categorías. Cuando las sociedades se sofisticaron, primero las familias se
hicieron más complejas y después se desarrollaron y reconocieron nuevas
relaciones no familiares.
Más tarde, la propia familia disminuyó su importancia relativa entre los
diferentes tipos de relaciones. Cada vez que se crea un nuevo rol, con sus
deberes, responsabilidades, derechos y patrones de comportamiento, la
sociedad se hace más compleja.
Si se crea un nuevo comité, con sus posiciones oficiales y miembros, la
comunidad se hará algo más compleja.
Es importante que el liderazgo conozca las instituciones que hacen parte
de las comunidades, cuáles son los diferentes papeles que desempeñan
los hombres y las mujeres, y cuáles son las formas más importantes de
relación social.
En las comunidades EAS se habla de que se requiere un mínimo de
estructura y en muchos de los miembros hay una tendencia a no tener en
cuenta los aspectos organizativos e institucionales. Ello les resta poder de
ejecución y les resta capacidad para conseguir sus objetivos. Por ello
muchas de las tareas se quedan apenas enunciadas y muchos de los
proyectos se quedan en frustraciones. Conceptos como el de Proyecto
Social Fuerte, el de Escuela de Formación, el de Promoción de Nuevas
Comunidades, el de Comunidades Geográficas, el Cambio en la Iglesia,
exigen buena capacidad organizacional e institucional.
Por otra parte, en algunas ciudades los EAS se han atrevido a desarrollar
su dimensión institucional y por ello se han logrado importantes objetivos.
Es importante compartir los logros y comprometerse con la evolución
organizacional, sin perder la simplicidad que subyace a las comunidades
EAS.
La dimensión de valores estéticos de la cultura
Esta dimensión de la cultura es la estructura de ideas, a veces
paradójicas, inconsistentes o contradictorias que tiene la gente sobre lo
bueno y lo malo, lo bonito y lo feo, el bien y el mal, que son las
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13. justificaciones que cada persona cita para explicar sus acciones. Esto
tiene que ver con la visión y la misión.
Son tres ejes en los que la gente se basa para hacer juicios y que
dependen de lo que aprenden desde la niñez. Se basan en valores
sociales y comunitarios. No se trata de ideas que se heredan por los
genes, sino que se estructuran por medio de la socialización y el
adoctrinamiento.
Por ello se pueden volver a aprender y las personas podemos cambiar
nuestros juicios. No obstante, los valores son extremadamente difíciles de
cambiar en una comunidad, especialmente si las personas perciben que
se está haciendo algún intento de cambiarlos.
Cambian cuando evolucionan los modelos de la comunidad, pero una
influencia exterior o una manipulación consciente difícilmente pueden
acelerar o dirigir ese cambio.
Los modelos compartidos por una comunidad son importantes en la
identidad comunitaria y personal: quién es cada uno, depende en buena
medida de los valores en los que cree.
El grado en el que los miembros de la comunidad u organización
comparten valores o respetan los valores de los demás es un importante
componente que da fuerza y capacidad a la comunidad.
Los valores tienden a cambiar cuando la comunidad se hace más
compleja, más heterogénea, más conectada al mundo.
Los cambios en los valores suelen ser un resultado más de los cambios en
la tecnología, en la organización social, y menos de los discursos y las
conferencias a favor de los cambios directos.
No parece haber una dirección generalizada en los cambios a lo largo de
la historia humana, como que los juicios se hagan más liberales, más
tolerantes, más católicos, más eclécticos –o menos– cuando las
sociedades se hacen más complejas y sofisticadas.
Las sociedades en ambos extremos del espectro de la complejidad social
muestran modelos de diferentes grados o rigidez. A pesar de esa gama,
dentro de cada grupo, habitualmente el margen de variación en los
valores de sus residentes es relativamente estrecho.
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14. No es fácil conocer los modelos de valores de ninguna comunidad, a no
ser que uno conviva con ella. No obstante, a causa de la importancia de
las ideas en el comportamiento, es necesario que el liderazgo, aprenda
tanto como pueda sobre los modelos de ideas y valores existentes en los
grupos.
Cada vez que se introduzcan nuevas formas de hacer las cosas en una
comunidad, se deben considerar los valores predominantes, aunque sean
contradictorios y variados.
En el caso de los EAS, se cuenta con un ideario que presenta las idea
esenciales de las comunidades sobre lo que se desea, lo que se considera
apropiado y sobre la visión y misión. Es importante que estas ideas se
compartan y se socialicen.
Cada pequeña comunidad debería estimular el diálogo de valores y la
práctica de la empatía por las ideas de los demás, para crecer y
evolucionar con ayuda del otro.
La dimensión conceptual y de creencias de la cultura
Esta dimensión es también una estructura de ideas, también a veces
contradictorias, que la gente tiene sobre la naturaleza del universo, del
mundo que le rodea, su papel en él, su causa y efecto, la naturaleza del
tiempo y la materia y sus comportamientos.
Esta dimensión incluye las ideas religiosas, pero es una categoría más
amplia, y también incluye creencias sobre la formación del universo, su
forma de operar, y sobre lo qué es la realidad.
Cuando las personas sienten que se están atacando sus creencias,
pondrán obstáculos y lo más probable es que fracasen las propuestas que
la gente considere ofensivas a sus creencias.
Parece ser que a lo largo de la existencia de la humanidad, la tendencia
general del cambio ha sido hacia una reducción en las diferencias entre el
espacio sacro y profano para incrementar el espacio secular. Es evidente
que en la actualidad hay una fuerte tendencia a lo secular.
No se puede negar que en asocio con las ideas religiosas, ha habido
terribles guerras, a pesar de que la mayoría de las religiones predican la
paz y la tolerancia. Esta es una muestra de la vehemencia con la que la
gente se aferra a sus creencias.
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15. El liderazgo debe estudiar, aprender y ser consciente de las creencias
predominantes en los grupos. Para ser un catalizador efectivo del cambio
social, debe sugerir y promover acciones que no ofendan estas creencias
predominantes.
Este es un aspecto que se presta para conflictos y divisiones, inclusive
dentro de los EAS. Se requiere empatía, tacto, responsabilidad y tener
muy buenas comunicaciones. La chismografía, el dogmatismo, la burla y
la crítica con relación a las ideas de los demás o a los valores de los
grupos, amplían las brechas y contribuyen a que se destruya la unidad
necesaria para sacar los objetivos adelante.
Dimensión espiritual
Esta es una dimensión que no se reconoce con frecuencia en las
descripciones de la cultura. Para las comunidades EAS esta es una zona
de funcionamiento especial y fundamental, que se desprende del misterio
de la presencia de Cristo en medio de los miembros de las comunidades,
por el hecho de reunirse en su nombre.
La dimensión espiritual da un sentido al concepto de amistad, que
trasciende las dimensiones normales de la cultura. En un escrito del Padre
Juan Manuel Lasso de la Vega, se señalan estos aspectos novedosos y
distintos, como se cita a continuación:
“El encuentro semanal o mensual (de la comunidad EAS) es el lugar de la
comunicación del Espíritu, que nos lleva compartir lo que es vital y no
sólo los temas y problemas marginales, los sentimientos y no sólo las
ideas”.
“Este encuentro en la fuerza del Espíritu crea la relación y la interrelación,
la relación con Dios y la relación interpersonal. La relación constituye el
ámbito en el cual nace y se desarrolla la espiritualidad. La relación
espiritual debe tocar el meollo de la persona. El Espíritu da espacio a la
imaginación, sin despreciar la complejidad de las relaciones y de la
organización de la vida.
La espiritualidad tiene un sitio en la realidad de cada día y de cada uno,
no quiere ser una separación de la vida ordinaria, sino un signo de
integración entre la fe y la vida, entre la reflexión y la acción. La
comunicación de la fe y desde la fe es fuente de comunión y de
fraternidad. A la comunión hay que darle toda su longitud de onda. No se
puede comunicar el espíritu sin estar en sintonía con los hermanos. El
Espíritu crea comunión y unidad.
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16. La espiritualidad es fuente de acercamiento y de sinceridad, purifica
nuestras relaciones y crea aspiraciones nuevas y más comprometedoras.
Hay poca gente que ame el riesgo por el riesgo; ser arriesgados
compromete mucho. Además siempre queda la duda de si acertaré o me
equivocaré. La espiritualidad compartida nos ayuda a arriesgarnos juntos,
con la seguridad de que escuchando al Espíritu, nunca nos equivocamos”.
En la comunidad se desarrolla la dimensión espiritual como “una manera
y un estilo de ser y de vivir”, que “se logra compartiendo nuestra
espiritualidad”, como “una forma de confrontarnos con las situaciones
sociales y éticas de nuestro tiempo, una forma de usar nuestro tiempo,
nuestras cualidades, nuestro dinero”.
Dimensiones y Cultura
Todas las dimensiones se encuentran en cada porción de la cultura. En
cada sociedad, comunidad o institución, en cada relación entre individuos,
hay un elemento de cultura, lo que implica un poco de cada una de estas
dimensiones culturales.
La cultura se desarrolla mediante procesos de aprendizaje, y por lo tanto,
de conversión, procesos que continúan toda la vida. Se pudiera decir, que
si no estamos aprendiendo, es como si estuviéramos muertos.
Cuando estamos en las reuniones de comunidad, cuando hacemos
actividades comunitarias, formamos parte de la cultura, del sistema
sociocultural, y podemos reconocer la presencia de todas las dimensiones
de la cultura.
Cuando se hacen cambios en cualquiera de las dimensiones, se da lugar a
repercusiones en todas las demás. Introducir un nuevo método de
obtención de agua en un grupo humano, por ejemplo, requiere la
introducción de nuevas instituciones para mantener el nuevo sistema de
agua. Aprender cualquier forma nueva de hacer las cosas requerirá el
aprendizaje, a su vez, de otros valores y otras percepciones.
Los cambios en cualquier dimensión provocarán otros cambios, como las
ondas en el agua de un estanque en calma cuando tiramos una piedra, y
en último término, todas las dimensiones cambiarán.
Cuando ignoramos estos efectos y relaciones, se producen resultados
inesperados. Cambiar algo en cualquier dimensión cultural no sólo
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17. requiere cambios en otras dimensiones, sino que causa cambios en otras
dimensiones.
Entender esto nos ayuda a ser pacientes y a trabajar con métodos
recurrentes en el trabajo comunitario. Pocas cosas van a comportarse de
forma lineal y directa, ya que se trata de un comportamiento
multidimensional, pleno en interrelaciones y rico en procesos de
aprendizaje.
De ahí al importancia de la dimensión espiritual, que enriquece a los EAS
con la sabiduría y la presencia de Cristo y del Espíritu Santo y ayuda a
desarrollar la creatividad en los miembros de las comunidades para
mantener la unidad en medio de la diversidad y la simplicidad en medio
de la complejidad cultural.
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