Escrito 95 sobre la superconciencia, el ajustador y la mente
Escrito 105 invitación y exhortación espiritual respetuosa
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DE: JAIME DÍAZ PAGE- MÉXICO-
JULIO 2014
ESCRITO 105
“INVITACIÓN Y EXHORTACIÓN ESPIRITUAL RESPETUOSA”
REALIDADES DEL ESFUERZO ESPIRITUAL DEL CREYENTE
Amados hermanos y hermanas, estudiantes de El Libro de Urantia, creyentes del
Evangelio del Reino de Jesús, los saludo cordialmente. Esta invitación y exhortación espiritual
respetuosa, contiene realidades espirituales vinculadas a nuestro esfuerzo o lucha espiritual en
la búsqueda de Dios y su verdad divina; realidades que como creyentes, han de surgir en cada
uno de nosotros mediante nuestros ideales, anhelos, deseos, determinaciones y decisiones
morales inteligentes, así como del grado en que cada uno de nosotros nos consagremos a hacer
la voluntad de Dios en nuestra vida humana.
Presentamos estas realidades, sin tratar de presionar a ningún hermano creyente, sino
sólo con el deseo de ayudar de todo corazón a crear la conciencia del buen trabajo y esfuerzo
espiritual necesario para construir nuestra alma de la manera más perfecta posible de la mano
de Dios y Cristo Miguel.
Es por esto que Jesús nos dice que no debemos estar inmóviles en los asuntos del
Reino eterno del Padre. Jesús nos aclara que los que no se esfuerzan o trabajan espiritualmente,
no pueden recibir los dones divinos para la sobrevivencia del alma y la personalidad.
Recordamos que no existe la iluminación y salvación automática del alma; esta la obtenemos
cada uno de nosotros mediante el propio esfuerzo espiritual, en alianza duradera con Dios, con
nuestro espíritu interior.
El Evangelio del Reino de Jesús requiere de nosotros varias realizaciones o logros
espirituales personales, procurando por nuestra parte mantener elevados ideales espirituales.
Como creyentes que somos no debiéramos conformarnos con el progreso espiritual que hemos
alcanzado hasta este momento, sino esforzarnos en buena voluntad por acrecentarlo
mayormente, asociándonos con el Espíritu divino del Padre que mora en nuestro interior
espiritual, el Ajustador del Pensamiento, para que él nos guie, nos enseñe e ilumine
espiritualmente. Comparto este trabajo con mucho amor y profundo respeto por cada uno de
ustedes. Les recuerdo que todos como hijos de Dios, somos muy tiernamente amados por el
Padre Universal y Jesús de Nazaret, nuestros Padres Creadores; en verdad nuestros Creadores
aman tiernamente a toda la humanidad que existe en el planeta Tierra y a todos sus hijos que
viven en otros mundos del universo.
Consideremos estas verdades: Jesús nuestro Padre Creador, vino a la tierra para
enseñarnos algo adicional: la conformidad voluntaria de la voluntad del hombre a la voluntad
de Dios; esto significa consagrar voluntariamente nuestra voluntad a hacer la voluntad de
Dios. Dios no nos obliga, solo nos invita y nosotros decidimos hacer algo y ser alguien en el
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universo. Jesús fue un hombre auténtico, real, de una gran experiencia en las cosas de este
mundo, él no quería producir simplemente hombres religiosos, totalmente ocupados con
sentimientos religiosos y animados únicamente por impulsos espirituales. La enseñanza de
Jesús es una religión de valor, de coraje y de heroísmo. 1582:1.
REALIDADES DEL ESFUERZO O LUCHA ESPIRITUAL PERSONAL
1.- Leamos y conozcamos lo más posible el Evangelio del Reino de Jesús.
2.- Hagamos realmente la Voluntad de Dios Padre.
3.- Anhelemos asemejarnos espiritualmente a Dios Padre.
4.- Busquemos a Dios en el Sistema Espíritu Morontial superior.
5.-.Deseemos realmente apropiarnos las cualidades de Dios el Padre.
6.- Disfrutemos del privilegio y placer de orar y adorar a Dios Padre.
7.- Conozcamos la Verdad divina, y vivámosla en nuestra vida diaria.
8.- Anhelemos vivir nuestra vida en la rectitud de Dios.
9.- Preparémonos verdaderamente para revelar el amor divino del Padre Universal a
todos los seres humanos, nuestros hermanos.
10.- Produzcamos los indispensables frutos del Espíritu, mediante la adoración regular
a Dios Padre.
11.- Conozcamos a Dios, para poder amar a todos los seres humanos, así como nos
amamos a nosotros mismos.
12.- Anhelemos recibir en el alma, el amor supremo del Padre Eterno: su verdad, su
belleza, y su bondad.
13.- Entremos al Reino por la fe y la dependencia confiada de un niño pequeño.
14.- Anhelemos construir nuestra alma con los valores supremos y divinos.
15.- Crezcamos diariamente en la gracia y en el conocimiento de la Verdad divina.
16.- Propongámonos alcanzar a Cristo Miguel en Salvington y a Dios Padre en el
Paraíso.
17.- Anhelemos en verdad la sobrevivencia de nuestra alma.
18.- Decidamos alcanzar logros y niveles reales de progreso espiritual verdadero, como
nos pide Jesús.
19.- Aceptemos con gusto, amor y gratitud la guía de nuestro Espíritu Ajustador del
Pensamiento.
20.- Amemos a nuestro Ajustador del Pensamiento y cooperemos sinceramente con él.
21.- Anhelemos lograr la libertad por la fe, el reconocimiento de la verdad y el
autodominio del yo.
22.- Gustemos de vivir las enseñanzas de Jesús, eliminando el punto muerto de la
indecisión; pongámos a Dios en primer lugar.
23.- Demos la lucha de la fe en los niveles elevados de la comprensión de la divinidad,
comulgando con Dios.
24.- Apropiémonos la fe viviente y dinámica, mediante nuestra experiencia religiosa
personal con Dios Padre.
25.- Sintonizemos nuestra alma para recibir las emisiones universales del Espíritu
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infinito de nuestro Padre Universal.
26.- Anhelemos con fuerza que nuestra personalidad se vuelva un fenómeno
continuado en el universo de universos del Padre Universal.
27.- Renunciemos a la vida egoísta de nuestro yo.
28.- Sintamos en el alma el descubrimiento de Dios.
29.- Recibamos y aceptemos con amor, la influencia espiritual elevadora del Espíritu
de la Verdad y el Espíritu Santo en nuestra comunión adoradora.
30.- Amemos a los Espíritus del Padre Creador y la Ministra Divina del universo local,
con amor verdadero, respeto, gratitud y profunda devoción.
31.- Luchemos por la constancia y el hábito positivo de adorar a Dios.
32.- Produzcamos un carácter noble, compasivo y comprensivo como el de Dios Padre.
33- Confiemos en Dios Padre por la fe, sin verlo.
34.- Consagremos nuestra voluntad personal a hacer la voluntad de Dios.
35.- Cumplamos el Gran Mandamiento: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu
corazón, y con toda tu alma, con toda tu mente y con toda tu fuerza”.
36.- Busquemos un lugar privado, para orar y comulgar con Dios en la intimidad.
37.- Busquemos los valores divinos en el mundo espiritual y en los niveles divinos de
la Realidad Eterna mediante la oración-adoración a Dios Padre.
38.- Descubramos por la fe que somos hijos de Dios.
39.- Volvámonos hábiles para sentir cada vez más en el alma, la Presencia de Dios.
40.- Evitemos el progreso espiritual a medias, parcial y riesgozo.
41.- Anhelemos adquirir verdadero discernimiento espiritual y sabiduría divina.
42.- Renovemos nuestra mente de manera espiritual y progresiva.
43.- Amemos lo divino para poder conocerlo en la intimidad con Dios.
44.- Alcancemos dentro de nosotros mismos los niveles supramateriales de la
conciencia de la divinidad y de la conciencia de la comunión con Dios.
45.- Logremos que nuestra meditación espiritual (oración-adoración) se convierta en un
hábito agradable y necesario para el desarrollo espiritual de nuestra alma.
46.- Proporcionemos diariamente el alimento y el ejercicio espiritual para nuestra alma.
47.- Propongámonos ampliar la capacidad de nuestra alma para recibir mayormente a
nuestro espíritu divino.
48.- Seamos capaces de discernir la Verdad divina a través del alma.
49.- Entablemos de hecho una franca y real amistad con Dios Padre.
50.- Esforcémonos en cumplir de buen ánimo el Mandato Divino de nuestro Padre
Universal: “Sed vosotros perfectos así como yo soy perfecto”.
51.- Aceptemos gustosamente aprender las lecciones espirituales del Evangelio del
Reino, antes de proseguir al mundo siguiente.
52.- Probemos, por, para y en nosotros mismos la existencia de Dios.
53.- Inspiremos nuestra mente y ennoblezcamos el alma de la mano de nuestro Espíritu
interior, la presencia de Dios en nosotros.
54.- Empleemos la oración a Dios para lograr la mejor y verdadera Adoración a nuestro
Padre divino.
55.- Busquemos a Dios interiormente y situemos nuestra mente en la dinámica
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espiritual de la divinidad.
56.- Vivamos nuestra vida divinamente, porque vivir divinamente es hacer la voluntad
de Dios.
57.- Tengamos una fe auténtica en Dios Padre y en Cristo Jesús.
58.- No nos desanimemos por las desgracias.
59.- Demos la debida importancia a los asuntos de la vida material.
60.- Demos a la vida terrenal lo que corresponde a la vida terrenal, y a Dios lo que es
de Dios.
61.- Mantengamos ideales espirituales elevados.
62.- Esforcémonos por trascender la mediocridad humana y los placeres de la
inmadurez.
63.- Busquemos el autodominio progresivo de nosotros mismos.
64.- Seamos tolerantes con nuestros hermanos menos iluminados.
65.- Compartamos la fe de Jesús, creamos lo que él creía y cómo él creía en Dios y en
hacer la voluntad de Dios.
66.- Seamos un buen ejemplo para el prójimo, mediante el amor y el servicio altruísta.
67.- Mantengamos buen ánimo durante nuestra lucha espiritual.
68.- Soportemos con valentía los sufrimientos inevitables.
69.- Hagamos el bien a pesar de alguna frustración.
70.- Respetemos siempre la personalidad de todos nuestros hermanos y hermanas.
71.- Propiciemos la participación de Dios en las decisiónes de nuestra personalidad.
72.- Vayamos más allá del mero humanismo elevado, que carece de valores
espirituales de sobrevivencia.
73.- Evitemos sentirnos “importantes” o “Maestros”, considerémonos estudiantes
espirituales de la verdad eterna.
74.- Incorporemos una auténtica humildad ante Dios y ante el prójimo.
75.- Seamos leales a nuestros Padres Creadores: al Padre Universal, a Cristo Miguel y
al Espíritu Creativo, la Ministra Divina.
Las realidades espirituales aquí presentadas, surgen en un orden distinto de acuerdo a
nuestra sinceridad, voluntad e interés en las Realidades de nuestro Padre Creador.
Todos los hijos de Dios somos distintos; tenemos una personalidad diferente y
progresamos de acuerdo a las propias luces de nuestro libre albedrío. Consagrar nuestra
voluntad a hacer la voluntad del Padre que está en el cielo, nos ayuda enormemente a la
realización progresiva de las realidades espirituales. Lo que en nosotros es espiritualmente
potencial, se vuelve una verdadera realidad espiritual en nuestra alma y mente, simplemente
somos transformados por la gracia de nuestro Espíritu divino interior y El Espíritu de la
Verdad.
Presentamos estas realidades espirituales con el propósito de sembrar una semillita
motivadora para la aparición de los logros espirituales que el Padre nos pide para que podamos
vivir con él y en él. Esperamos que esta semillita fructifique en cada uno de los que amamos a
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Dios y creemos en él, mediante el propio anhelo, amor, cuestionamiento, discernimiento,
determinación y sabias decisiones de buena voluntad. Seamos un ejemplo vivo del amor del
Padre para que podamos inspirar y atraer hacia la luz, a aquellos hermanos nuestros que hoy se
encuentran en ignorancia espiritual. Que el amor, la bondad y la tolerancia para el prójimo, sea
en nosotros la insignia de una gran alma. Vayamos pues, construyendo en la Tierra la
fraternidad de los hijos de Dios por la fe; complazcamos al Padre divino y a Cristo Miguel
(Jesús).
Esta invitación-exhortación tiene la intención respetuosa de crear en nosotros y en
todos los creyentes del Evangelio salvador, una especial motivación, y un animo tal, que nos
sintamos impulsados a la verdadera y viva acción espiritual, dando en espíritu y en verdad, la
verdadera lucha de la fe que nos brinde un progreso espiritual constante y abundante, siempre
guiados por nuestro Espíritu divino interior, el Espíritu de la Verdad y el Espíritu Santo,
obteniendo la verdadera alegría y las satisfacciones espirituales del descubrimiento de Dios, el
servicio altruísta al prójimo y otras realidades espirituales en nuestra propia alma, tomando
conciencia de estas realizaciones a través de nuestra mente humana.
Hermanos y hermanas, obtengamos vigor cósmico; que nuestras decisiones surjan de la
sabiduría divina, eliminando para siempre el punto muerto de la indecisión. Que el Padre
divino y Jesús nos iluminen. Deseamos un gran éxito espiritual a todos los buscadores sinceros
de la verdad divina, y que el Padre divino encuentre complacencia en nuestros pensamientos,
palabras y obras de rectitud.
Las realidades espirituales aquí presentadas, de una manera u otra, están contenidas en
las declaraciones de los reveladores y Jesús de Nazaret en los distintos capítulos del Libro de
Urantia.
Ahora, consideremos estas palabras de Jesús para los creyentes que buscan entrar al
Reino de Dios:
“La entrada al Reino del Padre es totalmente libre, pero el progreso—el crecimiento en
la gracia-- es indispensable para permanecer dentro de el. 1682:4.
“Mis discípulos (creyentes) entrarán al Reino del cielo mediante sus decisiones morales
y por sus victorias espirituales (logros); y una vez que ellos hayan entrado al Reino,
encontrarán alegría, rectitud y la vida eterna. 1536:4.
“Aquellos que buscan en primer lugar entrar al Reino, y comienzan así a esmerarse
por alcanzar una nobleza de carácter semejante a la de mi Padre, pronto poseerán todas las
cosas (espirituales) que son necesarias. Pero les digo con toda sinceridad, a menos que busquen
la entrada al Reino con la fe y la dependencia confiada de un niño pequeño, no serán admitidos
de ninguna manera” 1536:5.
“La salvación (del alma) no es para aquellos que no están dispuestos a pagar el precio
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de una dedicación entusiasta a hacer la voluntad de mi Padre”. 1829:1.
“A todos vosotros que habéis tenido el valor de confesar vuestra fe en mi evangelio
delante de los hombres, los reconoceré dentro de poco delante de los angeles del cielo; pero el
que niegue a sabiendas la verdad de mi enseñanzas delante de los hombres, será renegado por
su guardián de destino delante de los angeles del cielo” 1820:5.
“El joven Ganid le pidió a Jesús que le explicara la diferencia entre la voluntad de
Dios y ese acto mental humano de elección que también se llama voluntad. En esencia,
Jesús dijo: la voluntad de Dios es el camino de Dios, la elección de asociarse con Dios
frente a cualquier alternativa potencial. Por lo tanto, hacer la voluntad de Dios, es la
experiencia progresiva de estar volviéndose más y más parecido a Dios, y Dios es la fuente
y el destino de todo lo que es bueno, bello y verdadero. La voluntad del hombre es el camino
del hombre, la suma y substancia de lo que el ser humano elige ser y hacer. La voluntad es
la elección deliberada de un ser autoconsciente (ser humano), que lo conduce a llevar a cabo
una decisión basada en una reflexión inteligente”. 1431:2.
Un Mensajero Solitario de Orvontón nos dice: “Hacer la voluntad de Dios, es ni más ni
menos que una demostración de la disposición de la criatura de compartir la vida interior con
Dios, con el mismo Dios que ha hecho posible esa vida de valor y significado interior para la
criatura”. 1221:2.
Un Mensajero Poderoso nos dice: “Ningún ser, en el ejercicio de su supuesta libertad
personal, tiene el derecho de privar a ningún otro ser, de los privilegios de la existencia
conferidos por los Creadores. Ningún ser en todo el Universo tiene la legítima libertad de
privar a ningun otro ser de la verdadera libertad, el derecho de amar y ser amado, el privilegio
de la adoración a Dios y de servir a sus semejantes”. 614:4; 615:2.
Amados hermanos y hermanas, mi profunda gratitud por su atención prestada a este
trabajo. Que el Padre divino nos ilumine por merecimiento, colmándonos con su fuerza de
voluntad y bendiciones espirituales. Reciban todos mi saludo, mi respeto y un cálido abrazo
fraternal. Sinceramente su hermano Jaime. www.urantia.org/es
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de una dedicación entusiasta a hacer la voluntad de mi Padre”. 1829:1.
“A todos vosotros que habéis tenido el valor de confesar vuestra fe en mi evangelio
delante de los hombres, los reconoceré dentro de poco delante de los angeles del cielo; pero el
que niegue a sabiendas la verdad de mi enseñanzas delante de los hombres, será renegado por
su guardián de destino delante de los angeles del cielo” 1820:5.
“El joven Ganid le pidió a Jesús que le explicara la diferencia entre la voluntad de
Dios y ese acto mental humano de elección que también se llama voluntad. En esencia,
Jesús dijo: la voluntad de Dios es el camino de Dios, la elección de asociarse con Dios
frente a cualquier alternativa potencial. Por lo tanto, hacer la voluntad de Dios, es la
experiencia progresiva de estar volviéndose más y más parecido a Dios, y Dios es la fuente
y el destino de todo lo que es bueno, bello y verdadero. La voluntad del hombre es el camino
del hombre, la suma y substancia de lo que el ser humano elige ser y hacer. La voluntad es
la elección deliberada de un ser autoconsciente (ser humano), que lo conduce a llevar a cabo
una decisión basada en una reflexión inteligente”. 1431:2.
Un Mensajero Solitario de Orvontón nos dice: “Hacer la voluntad de Dios, es ni más ni
menos que una demostración de la disposición de la criatura de compartir la vida interior con
Dios, con el mismo Dios que ha hecho posible esa vida de valor y significado interior para la
criatura”. 1221:2.
Un Mensajero Poderoso nos dice: “Ningún ser, en el ejercicio de su supuesta libertad
personal, tiene el derecho de privar a ningún otro ser, de los privilegios de la existencia
conferidos por los Creadores. Ningún ser en todo el Universo tiene la legítima libertad de
privar a ningun otro ser de la verdadera libertad, el derecho de amar y ser amado, el privilegio
de la adoración a Dios y de servir a sus semejantes”. 614:4; 615:2.
Amados hermanos y hermanas, mi profunda gratitud por su atención prestada a este
trabajo. Que el Padre divino nos ilumine por merecimiento, colmándonos con su fuerza de
voluntad y bendiciones espirituales. Reciban todos mi saludo, mi respeto y un cálido abrazo
fraternal. Sinceramente su hermano Jaime. www.urantia.org/es