1. Introducción:
El escrito “E trayecto de la formación” escrita por Gilles Ferri, quien
a partir de su experiencia como docente e investigador, propone una
descripción clara y sintética de los diversos temas que se abordan en
los discursos sobre la pedagogía y la formación.
El autor analiza la formación científica y pedagógica de los docentes,
así como la formación de formadores. Discierne 3 grandes modelos
válidos para toda escuela de enseñanza, uno centrado en las
adquisiciones y orientado a la competencia; otro, centrado en los
procesos que privilegia la experiencia, y el tercero, por último,
centrado en el análisis, que subordina el saber- hacer a las
representaciones.
Él nos dice que considerar de la enseñanza como un trabajo
esencialmente relacional es, a la vez, situarla personalmente, vivirla y
asumirla dinámica de las interacciones con sus modalidades de
reciprocidad, de dominación, de dependencia y de conflicto.
2. Reporte
Aunque es verdad que ninguna persona se forma a través de sus
propios medios, tampoco se puede formar por un dispositivo, ni por
una institución, ni por otra persona. Formarse no puede ser más que
un trabajo de si mismo. Desde hace mucho tiempo el ejercicio de la
profesión de enseñante ha estado subordinado a la adquisición de
conocimientos y a la realización de cursos.
Se habla sobre la problemática que surge de la formación académica
o universitaria, esta problemática se construyó fuera del mundo de la
enseñanza, además de la eterna lucha de la escuela normal para
buscar la comunión de ambas, la formación permanente y la formación
continua. El sistema le da prioridad a la educación inicial sobre la
continua; es bueno mencionar la importancia en la educación
universitaria y tomar los aspectos pedagógicos de la experiencia y las
vivencias personales e individuales para hacer de él docente un ser
que eduque para la vida. La formación es uno de los grandes mitos de
este medio siglo al igual que la computación y la conquista del
espacio. El mito según Roland Barthes es “transformar la historia en
naturaleza” de tal forma que “las cosas parecen significarse a sí
mismas” y esto afecta a la idea de la formación tal y como se ha
banalizado y propagado. La formación implica un gran trabajo en el ser
humano principalmente, para no quedarnos en el conformismo y no
estancarnos académicamente, para ello es necesario tener un orden
de cosas o de ejemplos a seguir. Al formarse con el paso de los años
se espera poder dominar las acciones o actividades realizadas, y
también enfrentarse a las situaciones nuevas, a tener un cambio social
y personal que uno ya no espera de la transformación de las
estructuras, el remedio al desempleo, la democratización de la cultura,
la comunicación y la cooperación entre los seres humanos, que dan
como resultado el inicio a la “vida verdadera”.
Se plantean ciertas fechas relacionadas con la formación de los
enseñantes después de la formación. Pero las reformas que se fueron
realizando, cada vez con menor frecuencia, lo hicieron en el marco de
las estructuras existentes, tanto en el nivel de la formación inicial como
3. en el de la formación continua, abarcando diferentes categorías de
enseñantes, con una perspectiva esencialmente administrativa. estos
proyectos se dejaron a un lado y el sistema formador se convirtió en
una gran problemática y asi fue como creció la necesidad de atender
puntos clave de las fallas del sistema para la formación. y es que
cuando se busca redefinir al sistema educativo, regresamos a la
necesidad de formar mejor a los formadores. Surgen teorías para
remediar este mal pero con ellas surgen nuevos errores que a su vez
exigen nuevas soluciones y estas piden la renovación del sistema,
dejándonos como único punto claro que la educación es continua y
siempre debe estar en evolución a la par de la sociedad y los
tiempos. Desde mi punto de vista pienso que de cada proyecto nuevo,
programas, reformas o cualquier cambio educativo tiene sus ventajas
y desventajas, y traerá consigo también ciertos problemas que se
tienen que combatir.
Especificidad de la formación de los enseñantes.
La palabra formación, en este texto, se decide utilizar en este sentido,
“la formación: es un proceso de desarrollo individual tendiente adquirir
o perfeccionar capacidades”, capacidad de sentir, de actuar, de
imaginar, de comprender, de aprender, de utilizar el cuerpo, etc. La
formación incluye las etapas de la vida escolar, con éxitos y fracasos,
y los caminos marcados e instrumentados que emprende obligatoria o
facultativamente el trayecto de la formación. No podemos separar la
educación de la formación profesional. Formarse es reflexionar para si,
para un trabajo sobre si mismo, sobre situaciones, sobre sucesos,
sobre ideas.
Es importante hacer notar tres características de la formación de los
enseñantes que plantean tres categorías de problema. Pero ahora
hablemos de los tres problemas de la formación del formador:
Una formación doble
En este punto hablaremos de un concepto en especial: “enseñante
animador” pero no hablamos de un payaso ni mucho menos, si no de
un formador que busca incitar al alumno a aprender y esto solo se
4. puede lograr si el educador cumple con las capacidades de la
dinámica pedagógica para enseñar y los conocimientos académicos
propios de su especialidad, y es tema y preocupación actual el
equilibrar la formación en ambos sentidos.
Una formación profesional
Este punto no trata otra problemática que no sea la de la pérdida de la
status profesional del formador, es decir hablamos del maestro como
simple trasmisor pero él es en realidad un formador, un profesionista
que moldea a los futuros profesionistas y si él no reconoce esa labor la
formación será un fracaso. Y es así como el profesor se convierte o es
convertido por el sistema en un burócrata, un simple funcionario que
se apega al sistema y solo transfiere conocimientos mediocres pero la
verdad no forma porque se olvida de que ni el mismo termina de
educarse pues siempre aprende algo nuevo y se olvida de mostrarle a
sus alumnos la importancia y la influencia que tiene la vida en la
formación profesional porque cada vivencia influye en la identidad
profesional.
Una formación de formadores.
Un formador moldea, es inevitable que un profesor no funja como
modelo a seguir o imitar por su educando, pero la educación
normalista no busca la imitación si no ser la guía de los futuros
formadores buscando dotarles de “autonomía” para que ellos
busquen su propio estilo de enseñanza, un proyecto de su propiedad
que esté dotado de sus vivencias y realidades, que busque la armonía
de la dinámica y la academia.
En resumidas cuentas esta lectura hace un repaso por puntos
específicos derivados de la problemática de la formación, nos brinda
un panorama de los problemas o errores, pero a su vez nos brinda un
panorama de la utopía a alcanzar y las formas de lograrlo y aun mas
importante nos remarca esos errores que pasamos por alto pero que
debemos identificar y corregir o al menos intentar no ser esclavos del
sistema si no buscar la autonomía
5. ADQUIRIR, PROBARSE Y COMPRENDER.
El texto es de gran interés para nosotros como estudiantes de la
licenciatura en educación puesto que nos proporciona una visión más
amplia de los alcances y limitaciones de la relación teórico-práctica,
así como de las diferentes manifestaciones de los modelos, que nos
será de gran utilidad.
Existen dos modelos que son el tradicional, y el otro es el de la nueva
pedagogía, donde el contraste es el del pasado y el porvenir, el de la
rutina y el de la innovación, del conformismo y de la autonomía, de lo
reproductivo y de lo creativo, de lo pasivo y de lo activo, y quizá de la
derecha y de la izquierda.
Jack Beillerot opone dos modelos más de formación de enseñantes el
primero que se llama racionalista y el segundo situacional.
A aquel que desee ser enseñante de le pueden proponer tres tipos de
discursos.
-Primero debemos adquirir los conocimientos y los modos de
razonamiento propio materia que deseamos enseñar. Debemos
reorganizar este saber desde la perspectiva de su transmisión e
iniciarse en la didáctica. Pero la capacidad empleada debe ser doble
pues es necesario que adquiramos los conocimientos sobre el
desarrollo del niño, sobre los procesos de aprendizaje, sobré los
métodos de evaluación, sobre el funcionamiento de grupos, sobre
la institución escolar, sobre las desigualdades socio-culturales, etc.
Pero el estudio no es suficiente. Tendrá que adquirir también un saber
hacer.
-Lo importante para que pueda prepararme en el oficio de enseñante
es realizar experiencias, de cualquier naturaleza, que lo enfrenten con
diversas realidades y que permitan probar sus capacidades. Este es el
principio de toda formación profesional. Es ilusorio pensar que se
pueda almacenar todos los conocimientos o desarrollar todas las
habilidades necesarias. Formarse es aprender a movilizarse a utilizar
todos los recursos para resolver un problema, poner en práctica un
proyecto, abordar situaciones imprevistas, cooperar con los otros. Se
pueden considerar ciertas experiencias vitales, aventuras, y también
6. experiencias intelectuales de investigación, de creación, a través de
las cuales podemos adquirirá una mayor madurez personal, intelectual
y social. No es posible anticipar los problemas específicos que se
presentaran en la práctica docente. Lo importante es ser apto para
afrontarlos.
-Aunque es verdad que no existe una conducta que sirva para todo,
que ninguna clase se asemeja a otra, que la reacción de los alumnos
es imprevisible, lo esencial es la presencia frente a situaciones
siempre singulares y estar atento a lo que surge. Las técnicas y los
métodos no brindan gran auxilio, ya que de lo que se trata es
de ajustarse a cada caso. Por lo anterior, lo que debe desarrollar en
nosotros es la capacidad de observar y analizar situaciones por todos
los medios posibles: estudio de casos, análisis de experiencias,
observación de clases. Ciertamente nosotros tendríamos que adquirir
conocimientos, métodos, técnicas y seguramente deberá
realizar diversas experiencias; pero aprender a hacer alguna cosa será
formativo sólo y cuando sea el medio para comprender, la ocasión
para la toma de conciencia, la incitación a descifrar e interpretar todos
los signos. La posición bivalente de formador en formación le ayudara.
MODELO CENTRADO EN LAS ADQUISICIONES
Este primer modelo se caracteriza porque reduce la noción de
formación a la de aprendizaje en su acepción más estricta. El proceso
de formación se organiza en función de los resultados constatables y
evaluables, cuya obtención pretende garantizar un nivel definido de
competencia en términos de conocimientos, de comportamientos, de
sus actuaciones o habilidades. Sus objetivos son predeterminados por
el que concibe la información y son más o menos adaptados para el
formador. Este modelo implica una concepción de la relación teoría-
practica, donde la práctica es una aplicación de la teoría.
MODELO CENTRADO EN EL PROCESO
Las pedagogías centradas en el proceso son diversas. Por su puesto
se puede pensar en la corriente de los métodos activos, sobre los
cuales hay que señalar que tratándose de la formación de enseñantes,
ofrecen más en contenido de un curso de pedagogía que las bases de
7. sustento de las prácticas de formación. A este modelo se debe asociar
la concepción tradicional de la formación de profesores de secundaria.
Con este modelo, la relación entre las actividades de la formación y la
práctica del oficio no es del orden de la aplicación, sino de la
transferencia.
MODELO CENTRADO EN EL ANALISIS
El modelo centrado en el análisis se funda en lo imprevisible y lo no
dominable. Postula que aquel que se forma emprende y prosigue a
todo lo largo de su carrera un trabajo sobre si mismo, en función de la
singularidad de las situaciones por las que atraviesa y que consiste en
un trabajo de desestructuración-restructuración del conocimiento de la
realidad. Esta pedagogía del análisis puede definirse por su objetivo,
que es un objetivo de adquisición.