1. SANDRA DÍAZ PÉREZ
1ºB EDUCACIÓN INFANTIL
FACULTAD DE EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD CASTILLA-LA MANCHA
PROCESO EDUCATIVO EN LA ETAPA INFANTIL
DANIEL RODRIGUEZ ARENAS
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INDICE
Qué son los reforzadores 3
Uso eficaz de los reforzadores 3
Cómo establecer un acuerdo de conducta 4
Tipos de reforzadores 4
o Extrínsecos
o Intrínsecos
o Primarios
o Secundarios
Sociales
Materiales
Actividades
Conclusión 5
Webgrafía 5
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QUÉ SON LOS REFORZADORES
Todos aquellos estímulos que podamos introducir en la situación de respuesta del niño (en el
aula de clase, por ejemplo) que tiendan a hacer más probable la aparición de la misma,
constituyen lo que se denomina reforzador positivo.
Si se introduce como un estímulo favorecedor de la respuesta el jugar unos minutos
con plastilina, ésta se convierte en reforzador positivo porque se establece la
vinculación entre la satisfacción producida con tal juego y la emisión de la respuesta
anterior.
Si en lugar de introducir en la situación de respuesta del niño un estímulo
determinado, lo retiramos de la misma, por ejemplo: “no sales al recreo hasta que no
termines la tarea”, el reforzador se llama negativo ya que la suspensión del mismo
hace aparecer la conducta deseada.
USO EFICAZ DE LOS REFORZADORES
1. Confeccionar un listado de cuáles van a ser los posibles reforzadores para el alumno de
modo que sean efectivos (motivadores).
2. Una recompensa ó refuerzo es más eficaz cuando se administra enseguida después de la
conducta que queremos reforzar. Especialmente cuando se trata de niños pequeños, las
promesas y refuerzos a largo plazo son poco eficaces para estimular el aprendizaje.
3. En las primeras fases del aprendizaje, el reforzador debe aplicarse de forma continua, es
decir, cada vez que el niño manifiesta la conducta que queremos implantar.
4. En los primeros momentos es importante que al niño le sea fácil obtener el reforzador con el
fin de que se implique más en la realización de la conducta. Por tanto, es preciso que consiga
mucho refuerzo con muy poca conducta.
5. Debe controlarse hasta qué punto el reforzador que se le administra produce saciedad en el
alumno. En el caso de que así ocurra deberá disponerse de otros reforzadores para su
administración alternativa.
6. Deben combinarse los reforzadores materiales con los sociales. Al utilizar reforzadores
materiales es conveniente que el alumno se encuentre previamente en una situación de
relativa deprivación o carencia del mismo.
7. Una gran parte de los comportamientos que queremos enseñar a nuestros hijos y alumnos
son conductas complejas, es decir, se componen de pasos distintos (p.e. lavarse los dientes,
vestirse solo, aprender a leer, etc.). En estos casos, y para que se aprenda mejor, no conviene
esperar a que la conducta se dé en su totalidad, sino que es mejor reforzar cada uno de los
pasos de que se compone.
8. Una vez que la conducta está aprendida y se da con cierta frecuencia, conviene dejar de
reforzarla de forma continua y pasar a reforzarla de forma intermitente. Es decir, no todas las
veces que se da la conducta, tan sólo cada “equis” veces ó cada cierto tiempo. De esta forma,
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la conducta se consolida mejor, porque el sujeto no sabe cuándo va a aparecer el reforzador y,
por tanto, sigue emitiendo la conducta con la esperanza de que éste aparezca.
9. Todos, tanto los niños como los adultos, necesitamos el refuerzo y la aprobación de los
otros. Si un niño no recibe refuerzo ó éste es insuficiente, manifestará alteraciones y
deficiencias en su conducta, desarrollo y adaptación al medio.
CÓMO ESTABLECER UN ACUERDO DE CONDUCTA
1. Concretar al niño lo que se quiere conseguir: “dejar de insultar a tu hermana”
2. Establecer el premio a su gusto: “el juguete que dijo que quería”
3. Precisar el modo de ganarlo: “el juguete se consigue con 50 puntos, cada día que no
insultes obtienes 5 puntos”
4. Concretar las pérdidas por fallos: “por cada insulto que se te escape te resto 1 punto”.
5. Enseñarle a llevar nota de sus progresos.
6. Comentar diariamente los avances, puntos o los “felicitadores” ganados.
7. Valorar positivamente el esfuerzo que realiza.
TIPOS DE REFORZADORES
Extrínsecos: si vienen administrados por otra persona distinta del alumno.
Un refuerzo es positivo cuando se ha introducido algo nuevo en la situación de
respuesta. Por ejemplo: cuando el profesor le proporciona un elogio al niño por estar
breves segundos o minutos atendiendo en la clase.
En el caso de un reforzador extrínseco negativo sería aquel administrado por otra
persona que eliminara una situación aversiva para el niño. Por ejemplo: “Ya puedes
dejar de permanecer cara a la pared y sentarte”.
Intrínsecos: son reforzadores internos, generados por los sentimientos, pensamientos o
emociones del niño. Son ejemplo de ello: los sentimientos de autosuficiencia, pensamientos
auto-derrotantes, emociones de alegría, etc. Este tipo de reforzadores son difícilmente
detectables por el observador exterior.
Reforzador primario: aquel que no es el resultado de un aprendizaje, como por ejemplo, la
comida, la cual es un reforzador básico, biológico y funcional. Su efecto no está condicionado
por el aprendizaje sino que actúa independientemente de éste.
Reforzador secundario: aquel que sí es aprendido y está estrechamente vinculado con el
historial de reforzamiento que el niño ha recibido en su desarrollo. Los reforzadores
secundarios se pueden clasificar a su vez en:
A. Sociales
Para emplear un reforzador social debemos conocer qué gestos de afecto le gustan a cada
niño: una sonrisa, un beso, una palmada, una aprobación, una alabanza en presencia de sus
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hermanos, un abrazo, caricias, elogio, interés, la atención, el cariño,… Algunas veces los
reforzadores sociales implican alguna actividad, y será necesario especificarla.
Las sonrisas, elogios, caricias y consideración de los demás, son tan importantes para el niño
como el comer y el respirar.
Los niños que reciben elogios, sonrisas, aprobación con frecuencia se sienten queridos, crecen
con confianza en sí mismos, se desarrollan bien.
Si reciben más críticas que elogios, si le castigan con mucha frecuencia, si no le demuestran
aprecio se produce desánimo, inseguridad, baja autoestima. O se busca el aprecio y atención
de una forma perjudicial.
B. Reforzadores materiales
Los reforzadores materiales son objetos, cosas, etc., tales como juguetes, chucherías, cuentos,
ropa, tazos, cromos, pizzas, etc.
El reforzador material tiene que ser algo que el niño extrañe y desee. Si le ofrecemos un objeto
que nos gusta a nosotros pero no a él, la actitud positiva no estará debidamente
recompensada.
C. Reforzadores de actividades
Son reforzadores de actividades jugar con el rompecabezas, ver la televisión, disfrutar de más
tiempo libre, salir a la calle, ir de excursión, ir al parque de atracciones, salir de casa con la
familia, ir a casa de los primos o de los amigos, comer fuera de casa, etc.
CONCLUSIÓN
Para la adquisición de algunos hábitos por parte de los niños es muy importante que una
conducta se refuerce. Esto provocará en el niño la repetición de la conducta, un autoestima
alto, un buen desarrollo, entre otras muchas cosas.
Es imprescindible ser constante y prestar mayor atención a las buenas conductas que a las
malas, intentando no crear nunca castigos. Si es así, reforzar la buena conducta generada.
En conclusión, el uso de refuerzos si se pretende instaurar un hábito es fundamental en el caso
de que esté bien diseñado y aplicado.
WEBGRAFÍA
http://aulapropuestaeducativa.blogspot.com.es/2012/01/el-uso-eficaz-de-los-
reforzadores.html
http://www.ciberdocencia.gob.pe/index.php?id=1216&a=articulo_completo
http://dejaqueteoriente.files.wordpress.com/2010/02/como-educar-y-por-que.pdf
http://trinidadbonet.com/index.php?option=com_content&view=article&id=24&Itemi
d=16