2. ¿Diferencia con la medicina
alópata?
A diferencia de como ocurre con las Medicinas
alópatas, el medicamento homeopático es fácil de
deglutir y tienen agradable sabor, características
que acaban con muchos de los pretextos que los
niños esgrimen cuando están enfermos.
3. ¿A qué edad se recomienda?
Es bien sabido que la Homeopatía es una ciencia
muy efectiva en cualquier etapa de la vida, pero es
un hecho que quienes mejor resultado presentan
son aquellas personas que empiezan a recibir sus
beneficios desde la infancia, ya que no se
encuentra contaminado con medicamentos de
naturaleza química, sino que se acostumbra a la
acción del fármaco homeopático, el cual a final de
cuentas, hará posible que el individuo recupere su
fuerza o energía vital y que vuelva a estar en
sintonía con todo aquello que le rodea.
4. ¿Son fáciles de administrar las
medicinas homeopáticas?
Los glóbulos o “chochitos”, por ejemplo, son pequeños,
tienen sabor muy agradable y se disuelven debajo de la
lengua con suma facilidad. En otros casos, y de acuerdo
con la experiencia de los médicos, es posible
determinar que el remedio se diluya en un poco de agua
para facilitar su administración, como sucede a menudo
con los bebés.
5. ¿Qué refleja un niño que se
enferma constantemente?
Desde la óptica de la Homeopatía, un niño que se
enferma constantemente está demandando la atención
de sus padres debido a alguna insatisfacción que
puede ir más allá de lo meramente material.
6. ¿Qué puede promover resistencias
a estos medicamentos?
El uso de un antibiótico tradicional, por ejemplo para
aliviar los síntomas de las anginas (infección de la
garganta), representa la supresión o represión de un
reclamo subyacente del organismo que se ignora o no
se atiende apropiadamente.
Así, los chicos en tales circunstancias se enferman
cada vez con más frecuencia, lo que, además, puede
promover que el paciente genere resistencia a los
principios activos de los medicamentos alópatas.