2. INTRODUCCIÓN Y ORIGEN
●
La hiperactividad es una de las
alteraciones de la conducta más
frecuentes entre los niños. Se estima que
el 3% de los niños menores de 7 años y
el 5% de los pequeños en edad escolar
padecen este trastorno. Los síntomas
más significativos se relacionan con un
comportamiento intranquilo e inquieto,
aunque también puede haber estallidos
de agresividad e impulsividad.
●
Los niños que padecen hiperactividad les
cuesta controlar sus emociones y regular
su comportamiento. Sin embargo,
existen diferentes formas para controlar
la hiperactividad infantil y aliviar los
síntomas, la terapia conductual, por
ejemplo, es una estrategia muy eficaz
para modificar comportamientos.
Precisamente, dentro de esta línea de
tratamiento se encuadra la técnica de la
tortuga.
●
Es una técnica de autocontrol que utiliza la
analogía de una tortuga, es decir, cuando una
tortuga se siente amenaza se repliega dentro
de su caparazón.
●
Fue elaborada por Marlene Schneider y Arthur
Robin en 1990 comparte ciertas similitudes
con la técnica de control de la ira de Hugues,
no obstante la de la Tortuga la podemos
aplicar a niños de más corta edad (preescolar
y primeros ciclos de primaria).
Esta parte de las siguientes premisas:
●
Las técnicas de control interno son superiores
a las de control externo.
●
Esta técnica es generalmente aplicable a
niños con problemas de autocontrol pero, no
obstante, puede aplicarse al resto de alumnos.
●
Cómo la técnica de la Tortuga ayuda a romper
las cadenas disruptivas e influye en la
autoestima del niño y por qué.
●
La técnica de la tortuga consta de cuatro
fases.
3. OBJETIVOS
●
La gestión de conductas
disruptivas.
●
Potenciar el autocontrol.
●
Dominio de la
impulsividad.
●
Identificación y
reconocimiento de
sentimientos y
emociones.
●
Gestión de emociones.
4. DESARROLLO Y METODOLOGÍA
●
Para comenzar con el aprendizaje de la técnica
de la Tortuga, es necesario definir qué
conductas disruptivas nos gustaría que se
eliminaran mediante esta técnica. Dichas
conductas han de ser fácilmente identificables
y repetitivas dentro del comportamiento
habitual del alumno.
●
Una vez se hayan definido las conductas objeto
daremos paso a la aplicación práctica de la
técnica, que se dividirá en cuatro fases
distribuidas por semanas.
5. Fase I
●
Esta primera fase durará dos semanas. Durante la primera se
dedicarán 15 minutos del día a aprender esta técnica, saber
gestionarla y ponerla en práctica.
●
La primera sesión irá dedicada a contar a la historia de la tortuga
(Ver anexo I). Tras contar la historia, la maestra es la que la pondrá
en práctica para que todos los alumnos vean y observen cómo hay
que colocarse.
●
Se colocará con los brazos y piernas pegados al cuerpo y bajará la
cabeza pegando la mandíbula, estará así unos minutos y después
volverá a ponerse de pie y dirá que se encuentra mucho mejor.
●
Para poner en práctica esta posición al conjunto de la clase, se les
pedirá que imaginen situaciones problemáticas y que cuando la
maestra diga tortuga, todos deberán de colocarse la posición. Se
practicará tanto en grupo como de manera individual a través de
juegos donde se elogiaran y premiarán las buenas actuaciones. El
docente animará a utilizar fuera de clase lo que están aprendiendo
y los felicitará cada vez que vea que la ponen en práctica.
●
Durante la segunda semana, seguimos reforzando la utilización de
esta técnica y enseñando qué usos son correctos e incorrectos en
su utilización. En alguna clase el profesor pedirá a un alumno que
moleste a otro, para ver cómo utilizaría la técnica (siempre bajo
supervisión).
6. Fase II
●
La segunda fase puede
durar entre una o dos
semanas, dependiendo de
cómo vayan progresando.
Esta semana va dedicada a
enseñar técnicas de
relajación para cuando están
“dentro del caparazón”. Se
les enseña a tensar los
músculos que están
trabajando y a relajarlos.
Además, se practicará esta
relajación a través de la
imaginación.
7. Fase III
●
Esta fase comenzará a partir de
la tercera semana. Una vez
tienen clara la técnica y lo que
deben de hacer para relajarse,
se pondrá en práctica fuera del
aula de clase. Progresivamente
el profesor dará recompensas
materiales a aquellos alumnos
que estén poniendo en práctica
correctamente la técnica. Al
poco tiempo, los niños no
recibirán recompensa sino que
participarán en un sorteo y se
continuará elogiando a aquellos
alumnos que la utilicen.
8. Fase IV
●
Mientras se van realizando
las primeras tres fases, el
profesor debe enseñar que,
el convertirse en tortuga, le
ayuda a no actuar de
manera agresiva aunque
tampoco le ayuda a
solucionar el problema.
Para ello, se les enseña que
hay diversas soluciones y
que tienen opción de elegir
una de ellas para no utilizar
la solución agresiva.
9. CASO PRÁCTICO
●
Niña de segundo de primaria sin diagnóstico específico de
TDAH, pero que presenta la mayoría de los rasgos
asociados a este trastorno, manifiesta problemas en
cuanto al control de emociones actuando de manera
impulsiva/agresiva frente a las situaciones que no son de
su agrado y desafiando incluso a la maestra. Como por
ejemplo, cuando llegan más tarde de lo habitual a
recogerla, cuando no le gusta el menú del día del comedor
o cuando no recibe la atención que cree que debe recibir.
●
Frente a esta situación, y ante la ausencia de diagnóstico
específico, consideramos que sería oportuno llevar a la
práctica la técnica de la tortuga, ya que esta puede
utilizarse tanto para alumnos con trastornos
diagnosticados como para otros que no lo estén. De la
misma forma, también puede emplearse con alumnos que
presenten simplemente problemas de autocontrol, sin estar
asociados a ningún trastorno, es decir, es una técnica
grupal válida para aprender y mejorar la gestión de
emociones.
10. ●
A la hora de llevarla a cabo en
nuestra clase, hemos pensado crear
un tortuga de grandes dimensiones
y colocarla en un espacio de
nuestra clase. Así cada vez que el
alumno sienta rabia o enfado tendrá
un lugar para relajarse y
recapacitar. También hemos creído
conveniente trasladar esta técnica
al patio, por ello tenemos pensado
pintar diferentes tortugas gigantes
en el patio, para que disponga de
ese espacio dónde rectificar su
mala conducta en el mismo
momento.
●
Para la puesta en práctica de la
técnica de este caso específico, nos
remitiríamos a las fases descritas
anteriormente en el punto 3.
11. CONCLUSIONES
Esta técnica puede ser una alternativa a otras utilizadas normalmente como pueden ser el rincón
de pensar o el de la calma. Imponer un castigo a un alumno sin darle ninguna herramienta para
poder rectificar o controlar su actitud, no le será de ayuda a la hora de aprender a controlarse.
Con la ayuda de esta técnica los alumnos experimentarán cambios favorables en su conducta.
●
Uno de los beneficios de esta técnica es fomentar las estrategias comunicativas que pueden
tener los niños frente a diferentes situaciones. Esta técnica les enseña a antes de actuar o
responder de manera impulsiva, pensar primero la situación, relajarse y actuar de la manera más
correcta posible.
●
Otra de las ventajas de esta técnica es que estimula el desarrollo del autocontrol y la autonomía.
Generalmente el alumno, mediante la utilización de la técnica, es capaz de aprender a
responsabilizarse de sus actos y de esta manera, descubrirá que solo él es el encargado de
controlar sus emociones y su conducta. Como resultado, el niño también experimentará un
cambio madurativo.
●
Y por último, otro de los motivos para llevar a cabo esta técnica sería la disminución de los
niveles de ansiedad e impulsividad. Además, al saber como debe de relajarse para disminuir la
ansiedad, estará aumentando a su vez, un mayor control en su comportamiento diario.