Esta investigación examina la relación entre la actitud permisiva y la habilidad en la disciplina positiva de las madres de familia en la educación de sus hijas menores de seis años en un centro educativo en Piura, Perú. El estudio utiliza un enfoque cuantitativo correlacional para medir estas dos variables e identificar su nivel de correlación. Los resultados muestran que cuanto más permisiva es la actitud de la madre, menor es su habilidad en la disciplina positiva. Este estudio provee información sobre los estilos de crianza y su impacto
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
Actitud Disciplinal
1. -
UNIVERSIDAD CÉSAR VALLEJO
ESCUELA INTERNACIONAL DE POSTGRADO
FACULTAD DE EDUCACIÓN
TESIS
“RELACIÓN ENTRE LA ACTITUD PERMISIVA Y LA
HABILIDAD EN LA DISCIPLINA POSITIVA DE LAS
MADRES DE FAMILIA EN LA EDUCACIÓN DE SUS
HIJAS MENORES DE SEIS AÑOS. IEP. SANTA MARÍA.
PIURA - 2006”
PARA OBTENER EL GRADO DE
MAESTRO EN EDUCACIÓN
CON MENCIÓN EN DOCENCIA Y GESTIÓN EDUCATIVA
AUTOR
TIRADO CAMACHO, ARTURO CIRILO
ASESOR
ERVANDO GUEVARA GUEVARA
PIURA . PERÚ
2007
1
2. Dr. César Acuña Peralta
Rector Fundador
Mg. Helvidia Castillo León
Decana de la Facultad de Educación
2
3. Dr. Hugo Requejo Valdiviezo
Dra. Lyda Alva Diaz
Mg. Guillermo E. Burneo Cardó
3
4. DEDICATORIA
Con afecto a mi familia, que me
ha permitido culminar con esta
investigación, y por ende,
concretizar uno de mis objetivos
profesionales.
Arturo.
4
5. AGRADECIMIENTO
A la plana docente de la Escuela de Post grado
de la Universidad César Vallejo y en especial al
Mg. Ervando Guevara Guevara, por su apoyo
profesional en esta investigación; asimismo, a
las madres de familia de las niñas de cuatro y
cinco años de la IEP. “Santa María”. Piura, en el
año 2006.
El autor
5
6. PRESENTACIÓN
Señores miembros del jurado:
Dando cumplimiento a las normas establecidas en el Reglamento de
elaboración de Tesis de Maestría en Educación con Mención en Docencia y
Gestión Educativa de la Universidad César Vallejo, presento la tesis denominada
“Relación entre la Actitud Permisiva y la Habilidad en la Disciplina Positiva de las
madres de familia en la educación de sus hijas menores de seis años. IEP. Santa
María. 2006”
Con la presente investigación se busca encontrar la relación entre las
variables Actitud Permisiva y la Habilidad en la Disciplina Positiva de las madres
de familia, en la educación de sus hijas menores de seis años. Para lo cual hago
una categorización de ambas variables y las correlaciono.
Espero señores miembros del jurado que esta investigación se ajuste a las
exigencias establecidas por vuestra universidad y merezca su aprobación
respectiva.
Piura, Junio de 2006.
El autor.
6
7. ÍNDICE
CARÁTULA
Páginas preliminares ii
Dedicatoria
Agradecimiento
Presentación
Índice
RESUMEN EN ESPAÑOL E INGLES xiv
INTRODUCCIÓN 17
I. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN 19
1.1. Planteamiento de Problema 19
1.2. Formulación del problema 22
1.3. Justificación 22
1.4. Limitación 22
1.5. Antecedentes 23
1.6. Preguntas de investigación 27
1.7. Objetivos 28
II. MARCO TEÓRICO 29
2.1. LA FAMILIA EN EL PROCESO EDUCATIVO 29
2.1.1 La familia. Conceptos básicos 27
2.1.2. La familia y la formación de hábitos en los niños. 32
2.2. LA MUJER Y SU ROL EDUCATIVO AL INTERIOR DE LA
FAMILIA 37
2.2.1. La Mujer y el avance democrático en el seno
37
familiar.
2.2.2. La Madre como la Protagonista principal de la
educación temprana de los hijos. 38
2.3. CRISIS FAMILIAR, PERMISIVIDAD Y DISCIPLINA
POSITIVA EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS MENORES
43
DE SEIS AÑOS
7
8. 2.3.1. La familia y la crisis de la sociedad 43
2.3.2. La permisividad y la Actitud Permisiva en la
educación de los hijos. 45
2.3.3. La Permisividad, Hedonismo y Consumismo 49
2.3.4. La Disciplina Positiva en el Contexto Familiar 53
2.3.5. Disciplina Positiva y las Habilidades Sociales 61
III. MARCO METODOLÓGICO 63
3.1. Hipótesis 63
3.2. Variables 64
3.3. Metodología 66
a. Tipo de Investigación
b. Diseño
3.4. Población y muestra 66
3.5. Método de investigación 67
3.6. Técnica e Instrumentos 67
3.7. Análisis de Datos 68
IV. RESULTADOS 69
4.1. Presentación de los Resultados
69
4.2. Discusión de Resultados
86
V. CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS
VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 92
94
ANEXOS
8
9. ÍNDICE DE CUADROS
CUADRO No. 01 : Los indicadores de las variables Actitud
Permisiva y Habilidad en la Disciplina Positiva 65
CUADRO No. 02 : Población y Muestra. 67
9
10. ÍNDICE DE TABLAS
TABLA No. 01: CORRELACIÓN ENTRE LAS VARIABLES
ACTITUD PERMISIVA Y HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DEL NIVEL INICIAL. IEP. “SANTA 69
MARÍA”.
TABLA No. 02: CORRELACIÓN ENTRE LAS VARIABLES
ACTITUD PERMISIVA Y HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DE LAS SECCIONES DE CUATRO 72
AÑOS “A” Y “B”. IEP. “SANTA MARÍA”.
TABLA No. 03: CORRELACIÓN ENTRE LAS VARIABLES
ACTITUD PERMISIVA Y HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DE LAS SECCIÓNES DE CINCO
AÑOS “A” Y “B”. IEP. “SANTA MARÍA”. 74
TABLA No. 04: ACTITUD PERMISIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DEL NIVEL INICIAL. IEP. “SANTA 76
MARÍA”.
TABLA No. 05: ACTITUD PERMISIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DE LAS NIÑAS DE CUATRO AÑOS. 77
IEP. “SANTA MARÍA”.
TABLA No. 06: ACTITUD PERMISIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DE LAS NIÑAS DE CINCO AÑOS. IEP.
“SANTA MARÍA”. 78
TABLA No. 07: HABILIDAD EN LA DISCIPLINA POSITIVA DE
LAS MADRES DE FAMILIA DEL NIVEL INICIAL.
IEP. “SANTA MARÍA”. 79
Tabla No. 08: HABILIDAD EN LA DISCIPLINA POSITIVA DE
LAS MADRES DE FAMILIA DE LAS NIÑAS DE
10
11. CUATRO AÑOS. IEP. “SANTA MARÍA”. 80
TABLA No. 09: HABILIDAD EN LA DISCIPLINA POSITIVA DE
LAS MADRES DE FAMILIA DE LAS NIÑAS DE
CINCO AÑOS. IEP. “SANTA MARÍA”. 81
TABLA No. 10: MADRES DE FAMILIA DEL NIVEL INICIAL-IEP.
“SANTA MARÍA” PERTENECIENTES A LA
CATEGORÍA MUY PERMISIVA EN RELACIÓN
A LAS CATEGORÍAS DE LA HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA QUE EVIDENCIAN. 82
TABLA No. 11: MADRES DE FAMILIA DEL NIVEL INICIAL-IEP.
“SANTA MARÍA” PERTENECIENTES A LA
CATEGORÍA PERMISIVA EN RELACIÓN A LAS
CATEGORÍAS DE LA HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA QUE EVIDENCIAN 83
TABLA No. 12: MADRES DE FAMILIA DEL NIVEL INICIAL-IEP.
“SANTA MARÍA” PERTENECIENTES A LA
CATEGORÍA NO PERMISIVA EN RELACIÓN A
LAS CATEGORÍAS DE LA HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA QUE EVIDENCIAN. 84
TABLA No. 13: MADRES DE FAMILIA DEL NIVEL INICIAL-IEP.
“SANTA MARÍA” PERTENECIENTES A LAS
CATEGORÍAS ROTUNDAMENTE NO
PERMISIVA EN RELACIÓN A LAS
CATEGORIAS DE LA HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA QUE EVIDENCIAN. 85
11
12. ÍNDICE DE GRÁFICOS
GRÁFICO No. 01: CORRELACIÓN ENTRE LAS VARIABLES
ACTITUD PERMISIVA Y HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DEL NIVEL INICIAL. IEP. “SANTA 70
MARÍA”.
GRÁFICO No. 02: CORRELACIÓN ENTRE LAS VARIABLES
ACTITUD PERMISIVA Y HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DE LAS SECCIONES DE CUATRO 73
AÑOS “A” Y “B”. IEP. “SANTA MARÍA”.
GRÁFICO No. 03: CORRELACIÓN ENTRE LAS VARIABLES
ACTITUD PERMISIVA Y HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DE LAS SECCIÓNES DE CINCO 75
AÑOS “A” Y “B”. IEP. “SANTA MARÍA”.
GRÁFICO No. 04: ACTITUD PERMISIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DEL NIVEL INICIAL. IEP. “SANTA
MARÍA”. 76
GRÁFICO No. 05: ACTITUD PERMISIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DE LAS NIÑAS DE CUATRO AÑOS.
IEP. “SANTA MARÍA”. 77
GRÁFICO No. 06: ACTITUD PERMISIVA DE LAS MADRES DE
FAMILIA DE LAS NIÑAS DE CINCO AÑOS. IEP.
“SANTA MARÍA”. 78
GRÁFICO No. 07: HABILIDAD EN LA DISCIPLINA POSITIVA DE
LAS MADRES DE FAMILIA DEL NIVEL INICIAL.
IEP. “SANTA MARÍA”. 79
GRÁFICO No. 08: HABILIDAD EN LA DISCIPLINA POSITIVA DE
LAS MADRES DE FAMILIA DE LAS NIÑAS DE
12
13. CUATRO AÑOS. IEP “SANTA MARÍA”. 80
GRÁFICO No. 09: HABILIDAD EN LA DISCIPLINA POSITIVA DE
LAS MADRES DE FAMILIA DE LAS NIÑAS DE
CINCO AÑOS. IEP. “SANTA MARÍA”. 81
GRÁFICO No. 10: MADRES DE FAMILIA DEL NIVEL INICIAL-IEP.
“SANTA MARÍA” PERTENCIENTES A LA
CATEGORÍA MUY PERMISIVA EN RELACIÓN
A LAS CATEGORÍAS DE LA HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA QUE EVIDENCIAN. 82
GRÁFICO No. 11: MADRES DE FAMILIA DEL NIVEL INICIAL-IEP.
“SANTA MARÍA” PERTENECIENTES A LA
CATEGORÍA PERMISIVA EN RELACIÓN A LAS
CATEGORÍAS DE LA HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA QUE EVIDENCIAN 83
GRÁFICO No. 12: MADRES DE FAMILIA DEL NIVEL INICIAL-IEP.
“SANTA MARÍA” PERTENECIENTES A LA
CATEGORÍA NO PERMISIVA EN RELACIÓN A
LAS CATEGORÍAS DE LA HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA QUE EVIDENCIAN. 84
GRÁFICO No. 13: MADRES DE FAMILIA DEL NIVEL INICIAL-IEP.
“SANTA MARÍA” PERTENECIENTES A LAS
CATEGORÍAS ROTUNDAMENTE NO
PERMISIVA EN RELACIÓN A LAS
CATEGORÍAS DE LA HABILIDAD EN LA
DISCIPLINA POSITIVA QUE EVIDENCIAN. 85
RESUMEN
13
14. La presente investigación se inicia resaltando cómo la madre se ha
convertido en la principal protagonista de la formación de normas y hábitos en los
niños y niñas que reciben la formación inicial, asumiendo el rol educativo y
socializador en el entorno del cual forma parte. Observándose que el
comportamiento y las actitudes de las madres hacia los hijos es muy variada, y
abarca desde la educación más estricta hasta la extrema permisividad, que
impiden el cumplimiento adecuado de las normas en el hogar, repercutiendo
negativamente en la educación de sus vástagos. Asimismo se viene
desarrollando alternativamente La Disciplina Positiva, con la que se supera las
actitudes autoritarias o permisivas.
Para conocer qué sucede en la realidad investigada utilizo la Metodología
Descriptiva Correlacional. Desarrollo preliminarmente el Método cualitativo y
fundamentalmente el Método Cuantitativo, que es de lo que informo: Realizo una
categorización y mido la intensidad en que están correlacionadas las variables
Actitud Permisiva de las madres de familia, así como de su Habilidad en la
Disciplina Positiva para educar a sus hijas del Nivel Inicial de la IEP. “Santa
María” de Piura, durante el año 2006.
He utilizado dos fichas de cuestionarios para medir las variables en
estudio: Una que mide La Actitud Permisiva y la otra, La Habilidad en la Disciplina
Positiva de las 100 madres de familia, que conforman nuestra Población y a la vez
la Muestra.
Los datos recogidos los he procesado y analizado por medios manuales y
electrónicos, clasificándolos y sistematizándolos posteriormente. En general, entre
los resultados a los que arribo, encuentro que hay una correlación imperfecta y de
muy baja intensidad entre las variables en estudio. Asimismo, que las madres de
familia evidencian, en mayor número, una orientación desfavorable al estilo de
crianza permisiva, caracterizado por la falta de límites y por la tolerancia excesiva.
Resalto también que en mayor medida, estas madres, conocen o están en
disposición de manejar medianamente aptitudes intrapersonales e interpersonales
para lograr, en su hijas, la capacidad de autocontrol y puedan seguir
voluntariamente determinadas normas de comportamiento; lo que significa que las
14
15. madres de familia, de la Institución Educativa, donde he hecho el presente
estudio, pueden seguir desarrollando sus aptitudes para lograr, en su hijas, el
desarrollo de la Habilidad en la Disciplina Positiva, que es lo ideal para promover
la sensibilización y toma de conciencia en pos de superar la anomia y la violencia
que caracterizan a nuestra sociedad.
15
16. ABSTRACT
This research begins by highlighting how the mother has become the main
protagonist of the formation of rules and habits in children who receive initial
training, assuming the role of education and socializing in the environment of
which it forms part. Observándose that the behavior and attitudes of mothers
towards their children is very varied, ranging from education to stricter extreme
permissiveness, preventing the proper enforcement of the rules in the home, have
a negative impact on the education of its offshoots. It also has been developing
alternately The Positive Discipline, which exceeds permissive or authoritarian
attitudes.
To see what happens in reality investigated using the Methodology
Descriptive Correlacional. Preliminarily Development Method Qualitative and
Quantitative Methods basically: I realize a separation and measure the intensity
that are correlated variables Attitude Permisiva of mothers, as well as their ability
to Positive Discipline to educate their daughters Level Home the IEP. "Santa
Maria" of Piura, in the year 2006.
He used two pieces of questionnaires to measure variables in the study:
One measuring Attitude Permisiva and another in The Ability Positive Discipline of
the 100 mothers who make up our population and yet the shows.
The data I have processed and analyzed through manual and electronic ranked
and sistematizándolos later. Overall, the results between those who arrival, I find
that there is a correlation imperfect and very low intensity among the variables
under study. Likewise, mothers evident in greater numbers, guidance unfavorable
permissive parenting style, characterized by lack of limits and tolerance excessive.
Resalto also to a greater extent, these mothers know or are prepared to handle
moderately intrapersonal and interpersonal skills to achieve in their daughters, the
ability of self-control and can continue to voluntarily certain rules of behavior,
which means that mothers , the Educational Institution, where I did this study, can
further develop their skills to achieve in their daughters, developing the ability to
Positive Discipline, which is ideal to promote awareness and awareness towards
overcoming alienation and violence that characterize our society.
16
17. INTRODUCCIÓN
La presente investigación es el resultado de un exhaustivo trabajo de
campo y de gabinete, teniendo como propósito indagar en qué medida ocurre la
Actitud Permisiva de las madres de familia, así como la medición de su Habilidad
en la Disciplina Positiva para educar a sus hijas, en el Nivel Inicial de la IEP.
“Santa María” – Piura, durante el año 2006, Asimismo, en este estudio, mido la
intensidad en que están correlacionadas estas dos variables, es decir la Actitud
Permisiva de las madres de familia y su Habilidad en la Disciplina Positiva. Para
lograrlo he construido los instrumentos pertinentes, contando con el apoyo de un
psicólogo especializado en niños y niñas menores de seis años.
La presente investigación cobra significatividad en la medida en que
apertura una ruta teórico-práctica que permitirá orientar, desde la Escuela de
Padres, lo referido a la construcción y cumplimiento de normas en el hogar,
previniendo el maltrato físico y psicológico de los niños; a la vez que se influye en
la sensibilización y toma de conciencia de la necesidad de superar la anomia y la
violencia que nos caracteriza como sociedad.
En lo que respecta a la estructura de esta investigación, está conformada
por seis capítulos, los mismos que describo a continuación:
En el primer capítulo, abarco lo relacionado al problema de investigación:
En el planteamiento del estudio, destaco el protagonismo de la mujer en la
educación de sus hijos e hijas, asumiendo modelos o prácticas aprendidas en su
entorno social; en los antecedentes, resalto investigaciones que me han permitido
reforzar las observaciones y orientar el presente trabajo. Luego justifico la
presente investigación, para promover la capacitación de padres y madres de
familia, en cuanto a construcción de normas; También resalto las limitaciones y
las preguntas de investigación, las cuales se relacionan tanto con lo objetivos
generales como específicos.
17
18. En el segundo capitulo, desarrollo lo referente al marco teórico, en el cual
se sustentan, con bases científicas, las variables en estudio. Destaco
investigaciones como el de Aurora Bernal (2005) en “La familia como ámbito
educativo”, otro es Victor Cívita, quien tiene un artículo en la Enciclopedia para la
vida (1974), de quien tomo las dimensiones de la actitud, también el libro de Ron
Tafel Y Melinda Blau (1999), “Buenos Padres, Mejores hijos”, donde ofrecen
comentarios y consejos prácticos relacionados con el crecimiento y desarrollo del
potencial de los niños, asimismo Enrique Rojas en su artículo “La magia de lo
efímero”, nos destaca la permisividad como símbolo de la sociedad actual,
finalmente hago referencia de Jane Nelsen y Lucia Liberman, quienes, en sus
respectivos artículos sobre Disciplina Positiva, nos dan sugerencias de cómo
lograr esta competencia.
En el tercer capítulo explico detalladamente el marco metodológico, es
decir el planteamiento de la hipótesis, buscando comprobar el grado de
correlación entre las variables en estudio; preciso también la tipo de investigación
que para este caso es la descriptiva correlacional, así como su respectivo diseño;
también identifico la población seleccionada, los métodos, técnicas, instrumentos
y análisis de datos respectivamente.
En el cuarto capítulo realizo la presentación y discusión de los resultados;
en el quinto capítulo, planteo las conclusiones y sugerencias; en el sexto capítulo
cito las referencias bibliográficas y finalmente anexo los documentos que
complementan la estructura de la investigación.
EL AUTOR.
18
19. I. EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
1.1. Planteamiento del Problema
En el Departamento de Piura, así como en otros lugares del país y a
nivel mundial, se observa que en las familias actuales se viene produciendo
una desintegración como efecto de muchos factores entre los cuales
destacamos la descomposición de las relaciones patriarcales, observándose
también que, el machismo, como patrón cultural se ve cuestionado. Junto con
este fenómeno ocurre un ablandamiento del estilo de disciplina restrictiva o
autoritaria.
Hasta mediados del siglo anterior se notaba, con mayor nitidez, que era
el padre quien imponía las decisiones en casa. En la actualidad esto no
sucede. Encontramos que el padre se encuentra ausente, ya sea por razones
de trabajo o porque en muchas familias la separación de las parejas aumenta
y es el varón quien se aleja de la casa. Es así que en un número creciente de
hogares las mujeres son jefas del hogar. Estas tendencias han sido
consideradas como indicadores de una “desintegración familiar”, lo que
redefine el patrón de crianza o educación de los hijos y de las hijas.
Y en un hogar desintegrado, donde el varón va perdiendo el
protagonismo, es la mujer quien asume el rol de educar a los hijos, asumiendo
modelos o prácticas que aprende de su entorno social.
19
20. Estos modelos educativos son influidos de manera importante por los
medios masivos de comunicación que persisten en condicionar la ideología
individualista proclive al consumismo, donde el hedonismo y el relativismo
moral tienen su código en la permisividad. Esto se evidencia en la actitud
permisiva con que los padres y madres actúan frente a los hijos.
En el contexto donde se ubica el objeto de mi estudio, percibo que con
la educación tradicional se ha socializado una disciplina impuesta de quien
detenta el poder o desde el mundo adulto. Los padres son quienes amenazan
y castigan físicamente, manifestándose complementariamente la sumisión y la
obediencia de los hijos en base del temor o miedo. Asimismo, observamos
paralelamente la ocurrencia de relaciones familiares donde la permisividad de
los padres y particularmente de las madres de familia hacia sus hijos es muy
común. Y esto se va generalizando.
Al indagar sobre este fenómeno social, encuentro la referencia hecha
por Violeta Sara-Lafosse, en su artículo “Democratización de las
Instituciones y Lucha contra la Corrupción: La importancia de Instituciones
Básicas”, quien llega a la conclusión de que el comportamiento y las
actitudes de los padres hacia los hijos es muy variada, y abarca desde la
educación más estricta hasta la extrema permisividad que impide el
cumplimiento de las normas en el hogar, repercutiendo en la educación del
(a) niño (a). (http://palestra. pucp.edu.pe)
En el nivel Inicial y, concretamente, en el la Institución Educativa
Particular “Santa María” - Piura, hay modelos educativos tradicionales,
relacionados con el uso de la disciplina restrictiva o autoritaria; se manifiesta,
asimismo, un número creciente de casos de permisividad en la educación de
los hijos. Esta actitud, bastante frecuente, se evidencia, en un 25% de casos y
específicamente en el Focus Group que realizamos en el mes de junio del año
2006, las madres de familia nos refieren “tener miedo a que sus hijas ya no las
quieran” si es que las corrigen. Justifican esta forma de proceder diciendo que
sus hijas “aún son muy pequeñas para cumplir con las normas de
comportamiento”, las mismas que aún “no entienden”. En relación a esta
20
21. actuación permisiva de los padres, encuentro que en un 15% las estudiantes
evidencian abiertamente, conductas agresivas frente a sus padres y madres,
quienes refieren: “no las podemos controlar”.
Sobre la desintegración de la familia, se ha constatado que hay
hogares en que los padres se encuentran trabajando en lugares lejanos a la
localidad y las niñas son dejadas bajo el amparo de las madres quienes, a su
vez, las dejan al cuidado de sus abuelos o de las empleadas del hogar.
Las actitudes permisivas de las madres –que en muchos casos ocurre
por ese sentimiento de culpa de no estar cerca de la hija- viene sucediendo
aún cuando existe la socialización de la información, a través del Programa
Escuela de Padres, sobre el trato adecuado que se le debe dar a los niños y
más aún el conocimiento acerca de experiencias de padres y madres de
familia que logran comportamientos adecuados de sus hijas, desarrollando la
disciplina de manera positiva, superando las actitudes autoritarias o
permisivas. (http://www.educared.edu.pe/espaciodecrianza).
La Disciplina Positiva se define como una capacidad o disposición que
consiste en el manejo de situaciones para que el niño cumpla
voluntariamente las normas de comportamiento que se dan desde el hogar,
de acuerdo al desarrollo de su conciencia moral. Es una forma de educar sin
tener que recurrir a gritos, golpes o castigos. La Habilidad en la Disciplina
Positiva es favorable para el desarrollo del niño, puesto que con las
estrategias relacionadas a la disciplina positiva se enseña autodisciplina,
responsabilidad, respeto y cooperación en la solución de problemas.
COROMINAS (1995)
Entonces, en el contexto del objeto del presente estudio se evidencia que
el comportamiento restrictivo o autoritario, de muchas de las madres de familia
del nivel inicial del CEP. “Santa María”, viene modificándose; encontrando que
muchas de éstas madres tienen una Actitud Permisiva en la crianza o
educación de sus hijas y también experiencias relacionadas a modelos
educativos basados en el desarrollo de la Disciplina Positiva. Particularmente
21
22. me pregunto acerca de la medida y la relación entre estas dos variables: La
Actitud permisiva y La Habilidad en la Disciplina Positiva, referidas a la
educación de sus hijas.
1.2. Formulación del Problema
¿Qué medida tienen la Actitud Permisiva y la Habilidad en la Disciplina
Positiva de las madres de familia del Nivel Inicial de la IEP. “Santa María” de
la Provincia de Piura, referidas a la educación de sus hijas; y,
fundamentalmente, en qué grado están correlacionadas estas variables,
durante el año 2006?
1.3. Justificación
Estimar la correlación entre el uso de la Disciplina Positiva y la Actitud
Permisiva de las madres de familia en la educación de sus hijos, nos
permitirá sugerir, con precisión, aspectos por trabajarse en las sesiones de
Escuela de padres, previniendo el maltrato físico y psicológico de los niños.
De esta manera, también se promoverá que la educación, en cuanto a
la construcción y cumplimiento de normas, comience por casa, y desde el
nivel inicial, influyendo en la sensibilización y toma de conciencia de la
necesidad de superar la anomia y la violencia que nos caracteriza como
sociedad.
1.4. Limitación
Los resultados de la presente investigación son objetivizados sólo para
las madres del Nivel Inicial de la IEP “Santa María”. Piura, 2006.
No he encontrado trabajos que anteceden al presente; sólo bibliografía
en aspectos muy generales, a través de las páginas del Internet, guías y
folletos.
22
23. Superé esto con la valiosa ayuda de amigos profesionales en psicología
y profesoras de educación inicial, quienes me han ayudado en la validación
de los instrumentos de medición de las variables.
1.5 Antecedentes
En la búsqueda por las bibliotecas de los Institutos Superiores
Pedagógicos y Universidades del departamento de Piura, no he encontrado
trabajos similares a la presente investigación.
Sin embargo, si encuentro aspectos puntuales en libros y textos de
páginas de Internet, que permiten reforzar mis observaciones y orientarme
en la presente investigación. Entre estos destaco los siguientes:
En “La familia como ámbito educativo”, Aurora Bernal (2005) concluye
que el comportamiento pautado socialmente para una madre y un padre, en
un medio socio - cultural determinado, está expresado en los valores de la
sociedad. Concretiza que la familia es un sistema abierto y está recibiendo
de manera continua, como unidad, las influencias de otros grupos sociales.
Puntualiza que, en cierta medida, la vida afectiva familiar es precondición
para el funcionamiento adecuado de la sociedad, incluyendo el cumplimiento
de sus funciones de reproducción social. Me permite colegir, que aquí se
operan mecanismos de regulación del sistema social, del cual no tienen
conciencia sus miembros.
En su obra Enrique López (2000), “Familia y Sociedad: Una
introducción a la sociología de la familia”, estudia el proceso
institucionalizador de la familia; analiza el proceso de formación de cada
nueva familia. Considera que los miembros de la familia se hacen una
imagen subjetiva de diversos aspectos de sus condiciones de vida, sus
actividades e interrelaciones; y, sobre esa base, regulan su comportamiento,
aunque en la vida familiar hay importantes aspectos que escapan a su
control consciente. Sus afirmaciones me permiten tener claro que el
23
24. comportamiento social familiar, encarna el legado histórico presente en la
cultura.
Rogelio Medina Rubio (1996) destaca, en “La educación
personalizada en la familia”, el concepto de función familiar, común en la
sociología contemporánea. Nos invita a comprender como la interrelación y
transformación real que se opera en la familia, se da través de sus relaciones
o actividades sociales, así como por efecto de las mismas. Señala que hay,
al interior de la familia, mecanismos de aprobación y desaprobación de las
conductas de sus integrantes, en función de las normas y los valores
aceptados, que responden, en primer lugar, a las necesidades íntimas de la
pareja y a los lazos de paternidad y filiación, privativos de la familia.
Victor Cívita (1974) en la “Enciclopedia para la vida”, nos puntualiza
que las actitudes son sistemas de ideas, que nos ahorran el trabajo mental
de tener que reunir una serie de datos cada vez que emitimos un juicio o
asumimos un comportamiento. Distinguen tres aspectos o elementos en una
actitud: cognitivo, afectivo y comportamental. Asimismo nos precisa que la
actitud presenta otras dimensiones como la adaptación al medio circundante,
referida a la tendencia natural a la adaptación impulsa a las personas a tratar
de obtener la mayor compensación de su ambiente, desarrollando actitudes
favorables a lo que les brinda placer y desfavorables a lo que les provoca
frustración. Es el tipo de dimensión denominada utilitaria y que asumo en el
presente trabajo.
Fernando Corominas (1995), en su obra “Cómo formar la Voluntad”,
nos refiere que en el campo de la educación familiar se vienen produciendo
cambios. Hoy se considera que la voluntad, así como los valores, es
educada básicamente en la familia. Considera que esto se puede desarrollar
en seis áreas: La educación temprana, efectiva, preventiva, con el ejemplo,
motivada y personalizada. Estas apreciaciones me han permitido perfilar los
indicadores de la Habilidad Positiva de la Disciplina Positiva.
24
25. Ron Tafel Y Melinda Blau (1999), en su obra “Buenos Padres, Mejores
hijos”, ofrecen comentarios y consejos prácticos relacionados con el
crecimiento y desarrollo del potencial de los niños. Enfatizan que el
desarrollo emocional y el comportamiento de los niños no deben estar fuera
de control de los padres. Promueven, además, maneras sencillas, indicando
como los padres pueden enseñarles a sus hijos el fortalecimiento de su
personalidad reconociendo su esencia única y protegiéndola de la “segunda
familia” (medios de comunicación y el entorno social).
Enrique Rojas en “La magia de lo efímero”, nos precisa que
desde la década del noventa del siglo pasado, estamos viviendo en la era de
la levedad. Considera que estamos al final de una civilización, donde las dos
características más peculiares son el hedonismo y la permisividad. Ambos
están enhebrados por el materialismo capitalista; que pone, en primer plano,
la ética hedonista y tiene como símbolo la permisividad. Pone de relieve que
hemos llegado a una etapa clave de la historia: sin prohibiciones, ni
territorios vedados, donde no hay limitaciones. Nos alerta que acudimos al
nacimiento de un nuevo hombre permisivo, indiferente, sin compromiso,
centrado en sí mismo. Considera que todo se va viendo envuelto en un
paulatino escepticismo y, a la vez, en un individualismo a ultranza.
(http://www.fluvium.org)
Javier Urra en su libro "El pequeño dictador. Cuando los padres son las
víctimas", nos refiere que en la actualidad existen muchos más casos de
hijos acosadores de los que cabe imaginar. Niños consentidos, sin
conciencia de los límites, que organizan la vida familiar, dan órdenes a sus
padres y chantajean a todo aquel que intenta frenarlos; jóvenes que
engañan, ridiculizan a sus mayores y a veces roban; adolescentes agresivos
que desarrollan conductas violentas. En definitiva, hijos desafiantes que
terminan imponiendo su propia ley. Este libro está pensado para todos los
padres que son víctimas de estos pequeños o no tan pequeños tiranos, y
para quienes desean prevenir situaciones extremas, muchas veces
fomentadas por nuestra misma realidad social. Para ello es preciso apoyar la
labor educativa en los tres pilares básicos: autoridad, competencia y
25
26. confianza. Asumo también sus planteamientos cuando precisa que esta
problemática se enmarca “en una sociedad permisiva y materialista” y
subraya, como alternativa, que se debe “poner límites para que el menor
crezca”. (http://www.esferalibros.com/noticias)
Violeta Sara-Lafosse, en el texto “Democratización de las Instituciones
y Lucha contra la Corrupción: La importancia de Instituciones Básicas”, nos
señala la necesidad de la democratización de de la familia, pues la mayor
parte de las familias peruanas tienen una estructura de relaciones que las
convierte en autoritarias. Concluye que no es extraño que la corrupción se
haya extendido, en un medio donde el autoritarismo sólo ha permitido el
desarrollo de una conciencia exteriorizada, en donde se actúa de forma
moralmente aceptada, sólo para evitar el castigo. Así también esta autora
aporta un concepto acerca la Disciplina Inductiva, con el cual complementa
al concepto de Disciplina Positiva que operativizo. Ella considera que la
Disciplina Inductiva se basa en la apelación a la razón, al amor propio y al
deseo de crecer del infante. Entiende esta autora que la Disciplina Inductiva
es la técnica disciplinaria más efectiva en el desarrollo de la conciencia.
(http://palestra.pucp.edu.pe)
Jane Nelsen en su articulo “Disciplina Positiva”, aporta sugerencias
para la interacción entre padres e hijos basados en la dignidad y el respeto.
De esta autora asumo sus conceptos cuando afirma que el uso de la
Disciplina positiva consiste en que el niño va a cumplir, voluntariamente, con
las normas de convivencia que se dan desde el hogar, de acuerdo al
desarrollo de su conciencia moral. Es una forma de educar sin tener que
recurrir a gritos, golpes o castigos. Considera que la Disciplina Positiva es
una forma de conducta aprendida. Los padres y madres deben formar el
liderazgo usando técnicas que inspiren una atmósfera positiva de tener niños
ganadores, en vez de niños sobre los que se ha ganado. Para ello, es vital
suplantar el castigo por las consecuencias naturales, no sólo de nuestro
vocabulario cotidiano sino también a nivel actitudinal. De lo que se trata es
que el niño no reciba un castigo por su conducta, sino que reflexione por las
26
27. consecuencias de su accionar. (http : // www. educared. edu.pe/ espacio
de crianza)
Lucia Liberman en su artículo “Disciplina Positiva”, considera que la
Disciplina Positiva consiste en enseñarle a un niño o a una niña a
comportarse bien, con actividades que ellos disfruten. En este sentido nos
aporta algunas recomendaciones, señalando que lo ideal es empezar a
usar estas estrategias antes que el niño (a) cumpla dos años,
fundamentando en que ésta es la edad en la cual un niño empieza a
rebelarse y a no querer hacer lo que les pidamos que hagan los adultos.
(www.losninosensucasa.org)
Luis Guerrero Ortiz, en su obra “Desarrollo social: nuevo eje de la
educación infantil”, enfatiza que el desempeño socialmente competente es
posible por las inteligencias personales, tanto las volcadas hacia uno mismo
(intrapersonal) como las proyectadas hacia los demás (interpersonal o
social); dándome, estas apreciaciones, una base para reforzar las
dimensiones de la Disciplina Positiva. (http://ciberdocencia.gob.pe/?
cat=173)
1.6. Preguntas de investigación
- ¿En qué intensidad están correlacionadas la Actitud Permisiva y la
Habilidad en la Disciplina Positiva, que tienen las madres de familia de
las niñas del Nivel Inicial de la IEP. “Santa María” de Piura, referidas a la
educación de sus hijas, durante el año 2006?
- ¿Qué medida tiene la Actitud Permisiva, en las madres de familia del
Nivel Inicial de la IEP. “Santa María” de Piura, referida a la educación de
sus hijas del durante el año 2006?.
- ¿Qué medida tiene la Habilidad en la Disciplina Positiva las madres de
familia del Nivel Inicial de la IEP. “Santa María” de Piura, referida a la
educación de sus hijas del durante el año 2006?.
27
28. 1.7. Objetivos
1.7.1. Objetivo General.
Medir la intensidad en la correlación existente entre la Actitud Permisiva
y la Habilidad en la Disciplina Positiva, que tienen las madres familia en
la educación de sus hijas del Nivel Inicial de la IEP. “Santa María” de
Piura, durante el año 2006.
1.7.2. Objetivos Específicos.
- Medir la Actitud Permisiva de las madres de familia del Nivel Inicial de
la IEP. “Santa María” de Piura, referida a la educación de sus hijas,
durante el año 2006.
- Medir la Habilidad en la Disciplina Positiva de las madres de familia
del Nivel Inicial de la IEP. “Santa María” de Piura, referida a la
educación de sus hijas, durante el año 2006.
28
29. II. MARCO TEÓRICO
2.1. La Familia en el Proceso Educativo
2.1.1 La familia. Conceptos básicos
La familia es el grupo humano primario más importante en la
vida del hombre, la institución más estable de la historia de la
humanidad. El hombre vive en familia, aquella en la que nace, y,
posteriormente, la que él mismo procrea. Es innegable que, cada
hombre o mujer, al unirse como pareja, aportan a la familia recién
creada, su manera de pensar, sus valores y actitudes. Trasmiten
luego, a sus hijos, los modos de actuar con las personas, las normas
de comportamiento social, que reflejan mucho de lo que ellos
mismos, desde su temprana niñez, aprendieron e hicieron suyos en
sus respectivas familias; para así crear un ciclo que vuelve a
repetirse o redefinirse.
Cada familia tiene un modo de vida determinado, que
depende de las condiciones, actividades y relaciones sociales de
sus miembros. Incluye las actividades y las relaciones
intrafamiliares, que son específicas del nivel de funcionamiento
psicológico de este pequeño grupo humano; aunque reflejan, en
última instancia, las actividades y relaciones extrafamiliares.
29
30. En esta concepción del modo de vida, es necesario incluir
también el proceso y el resultado de la representación y regulación,
consciente de estas condiciones por sus integrantes. Los miembros
de la familia se hacen una imagen subjetiva de diversos aspectos de
sus condiciones de vida, sus actividades e interrelaciones; y, sobre
esa base, regulan su comportamiento, aunque en la vida familiar hay
importantes aspectos que escapan a su control consciente.
Las actividades y las relaciones intrafamiliares, que los
estudiosos agrupan –fundamentalmente por su contenido- en las
llamadas funciones familiares, están encaminadas a la satisfacción
de importantes necesidades de sus miembros, aunque no como
individuos aislados, sino en estrecha interdependencia. El carácter
social de dichas actividades y relaciones viene dado porque
encarnan todo el legado histórico social presente en la cultura;
porque los objetos que sacian esas necesidades, y la forma misma
de satisfacerlas han devenido con la cultura en objetos sociales.
LÓPEZ (2000)
A través de estas actividades y relaciones de la vida en grupo
de la familia, se produce la formación y transformación de la
personalidad de sus integrantes. O sea, estas actividades y
relaciones intrafamiliares tienen la propiedad de formar en los hijos
las primeras cualidades de personalidad y de trasmitir los
conocimientos iniciales que son la condición para la asimilación
ulterior de las relaciones sociales. (http://www.educacioninicial.
gob.pe/cyberinfancia)
El concepto de función familiar, común en la sociología
contemporánea, se comprende como la interrelación y
transformación real que se opera en la familia, a través de sus
relaciones o actividades sociales, así como por efecto de las
mismas.
30
31. En los llamados grupos primarios, como lo es la familia, la
relación se apoya, no sólo en contactos personales, sino también en
la gran atracción emocional de sus miembros hacia los objetivos, así
como del alto grado de identificación de cada uno con el grupo. La
base psicológica y social de la acción grupal es la comunidad de
intereses, de objetivos y la unidad de las acciones.
En el grupo pequeño se ejerce un control social peculiar
sobre los miembros, se adoptan ciertas normas y valores y se
espera de cada uno su cumplimiento. Hay, en su seno, mecanismos
de aprobación y desaprobación de las conductas de sus integrantes,
en función de las normas y los valores aceptados. En el grupo
familiar las actividades de contenido psicológico, producen una
comunicación emocional y una identificación afectiva que
responden, en primer lugar, a las necesidades íntimas de la pareja y
a los lazos de paternidad y filiación, privativos de la familia. MEDINA
(1996)
El comportamiento pautado socialmente para una madre y un
padre, en un medio socio - cultural determinado, está expresado en
los valores de la sociedad.
Cada uno de los miembros de la familia desempeñan roles
que encarnan las relaciones y los valores de la sociedad en su
conjunto; sirviendo, así, de poderoso medio de reproducción social.
En el interior del grupo primario, que es la familia, el rol de cada
integrante “engarza” con los restantes, mediante una serie de
mecanismos de adjudicación y asunción de roles. El niño, o la niña,
es llevado a asumir su rol genérico muy tempranamente, y en ese
desempeño de roles como hijo, además aprende (interioriza) cómo
es el comportamiento familiar de la madre y del padre respecto a su
persona.
31
32. La familia es un sistema abierto que está recibiendo de
manera continua, como unidad, las influencias de otros grupos
sociales: De la escuela, tanto a través de los hijos como por el
contacto de los maestros y los padres. Además está influenciada por
la vida sociopolítica del país, desde su inserción sociolaboral de los
familiares adultos. También reciben, y no es despreciable, la
influencia de la opinión social en la comunidad cercana, y por los
medios de difusión.
Además, la familia es un sistema que se auto dirige con cierto
grado de conciencia colectiva de sus miembros. Los padres, como
subsistema rector, elaboran, paulatinamente, su representación del
modelo social de la familia, es decir, de los valores sociales
históricamente formados en la conciencia social acerca del
matrimonio, la familia, sus funciones, la educación de sus hijos, etc.
Sobre esta base, que no es estática, se trazan los padres sus
aspiraciones y tratan de autorregular las actividades intrafamiliares,
de acuerdo con sus concepciones y planes.
En cierta medida, la vida afectiva familiar es precondición
para el funcionamiento adecuado del sistema Social, incluyendo el
cumplimiento de sus funciones de reproducción social. Aquí operan
mecanismos de regulación del sistema del cual no tienen conciencia
sus miembros BERNAL (2005).
2.1.2. La familia y la formación de hábitos en los niños (as).
Educar correctamente a los hijos exige que, desde muy
temprana edad se les enseñen ciertas normas y hábitos de vida
que garanticen, tanto su salud física y mental, como su ajuste
social.
El niño, en cada una de las etapas de su vida, debe
comportarse de una manera adecuada, cumplir todo aquello que
se espera de él. Para que así sea, es indispensable sentar,
32
33. previamente, ciertas bases de organización de la vida familiar que
le permitan tener las condiciones mínimas para lograr un desarrollo
físico y psícosocial adecuado.
Frecuentemente, se le pide al niño que se peine y lave las
manos, que no se manche la ropa, etc. Si no actúa
adecuadamente, es porque no se han formado estos hábitos
desde su más tierna infancia. De ocurrir esto, se ha educado
erróneamente al niño y esta falla hay que atribuírsela a los padres.
Un hábito no es más que la forma de reaccionar frente a una
situación determinada, que se obtiene a través de un
entrenamiento sistemático; o sea, es la tendencia que existe de
repetir un acto logrado previamente y que, una vez establecido, se
realiza automáticamente, sin necesidad de analizar qué se está
haciendo.
Para que el niño adquiera las normas y los hábitos
necesarios, es indispensable que los padres organicen su vida, es
decir, que le establezcan un horario de vida. Si se desea que el
niño forme un hábito, en primer lugar hay que mostrarle cómo
debe actuar. El ejemplo que ofrecen los padres y demás adultos
que viven con él es muy importante. Además, es fundamental ser
persistente, constante y tener la suficiente paciencia para no
decaer en el logro de este propósito.
Si las personas que rodean al niño se caracterizan por ser
sosegadas, tranquilas, cariñosas, el niño adquiere con facilidad el
hábito de hablar en voz baja. No es lógico pedirle al niño que sea
aseado si a su alrededor sólo ve personas sucias, que no cuidan
de su aseo personal ni del orden y limpieza de la vivienda.
Una vez que se han garantizado las condiciones y mostrado
al niño con el ejemplo lo que debe hacer, debe explicársele la
utilidad del mismo, o sea, darle fundamento sobre los beneficios
33
34. que va a obtener cuando adquiera un comportamiento deseado.
Después, será necesaria la repetición de esta actividad para que
se fije en su conducta. Por último, los adultos –los padres y
madres, principalmente- aprovecharán estas primeras acciones del
niño para reforzarlas y estimularlas, de manera de crear en él las
motivaciones de hacer las cosas de esta manera.
No cabe duda que esta formación es responsabilidad de los
adultos, quienes tienen que organizar sus propias vidas, teniendo
en cuenta a sus hijos para no interferir el desarrollo de sus
actividades.
Los primeros hábitos por formar son, indiscutiblemente,
aquellos que están directamente relacionados con las necesidades
básicas del niño, como son: la alimentación, el sueño, el aseo, la
eliminación, etcétera. Estos hábitos, tan necesarios, se crean a
una hora fija para condicionar el organismo.
Desde pequeño se le debe enseñar a cuidar las cosas, a
tenerlas en un lugar determinado, de manera que pueda
encontrarlas fácilmente. Se le debe enseñar a considerar aquellos
objetos que le sirven para recrearse –juguetes entre otros- de
aquellos otros que son necesarios para su labor, como los libros,
cuadernos, etcétera.
Si esto se hace sistemáticamente, si se le muestra y se
analiza conjuntamente con él las ventajas de estas conductas, el
niño acaba por incorporarlos a su vida diaria, pues recibe los
beneficios de esta organización.
La conducta social que manifiestan los niños, está
estrechamente influida por las normas de conducta que se
practiquen en el hogar. Es en el colectivo familiar, donde se deben
aprender y practicar los hábitos y normas positivas de convivencia
social. Esto es posible a través de las relaciones que se
34
35. establecen entre sus miembros. Son las relaciones familiares
basadas en el amor y respeto mutuos las que ayudan a formar los
hábitos sociales positivos.
Muchos padres se preocupan por crear buenos hábitos de
sueño, alimentación, etc., pero, a veces, no toman el interés
necesario para enseñar al hijo las formas correctas de convivencia
que se utilizan en la vida en sociedad y que permiten expresar el
respeto que se siente hacia las demás personas.
Cuando los padres tienen hábitos de convivencia social,
ofrecen manifestaciones de cortesía, de respeto, comprensión,
cooperación y solidaridad para con las personas con quienes
conviven, constituyendo verdaderos ejemplos de buena educación.
Este ejemplo es muy provechoso, pues el niño se comporta tal
como ve actuar a los demás y refuerza buenos modelos de
relación con sus semejantes.
Los padres deben empezar por brindar estas
manifestaciones de afecto a su hijo, que van desde darle un beso
cuando despierta hasta preguntarle cómo le va en el juego, o si le
gustó el paseo que dio. Ningún padre puede esperar que su hijo
sea cortés, si sus manifestaciones de cariño y amabilidad son
limitadas e inexpresivas.
Cuando el niño convive con personas de distintas edades y
criterios, los padres deben enseñarle con palabras y ejemplos que
abuela y abuelo, al igual que ellos, mamá y papá, deben ser
respetados por sus años y experiencia y que resulta inadmisible
una frase desdeñosa, un gesto o conversación en alta voz, aunque
lo que ellos planteen esté lejos de los criterios y opiniones
infantiles. Las observaciones que los niños hagan de las opiniones
de las personas mayores, deben ser hechas con respeto y
consideración.
35
36. Dentro del hogar, hay que utilizar expresiones adecuadas,
amables con los niños, tales como: “hazme el favor”, “muchas
gracias”, “si fueras tan amable”, etc., que facilitan la armonía
familiar y lo educan en la gentileza y cortesía.
Igualmente, estas normas y hábitos sociales no deben
quedarse limitadas al hogar. Merecen respeto y consideración los
vecinos a quienes se considerarán como personas cercanas que
nos solicitan y prestan su cooperación y afecto. BERNAL (2005)
La cortesía y, en general, los hábitos sociales, deben
practicarse en todas partes, en todas las actividades que requieren
del concurso del niño. Si el niño hace una visita con sus padres,
debe saludar a las personas cuando llega, preguntarles cómo
están, despedirse respetuosamente, etc. Esta misma actuación la
deben observar las personas que lo acompañan. Todo esto debe
explicársele cuidadosamente y hacer lo posible porque él
comprenda los beneficios que se derivan de este comportamiento.
Igual conducta debe tener en otros paseos: lugares
públicos, restaurantes, etc. En estos paseos es donde se pone
más en evidencia la educación de las personas. Es lo que da
muestras de que en el hogar se han trabajado estos aspectos de
su educación. Esto le permitirá formar sólidos sentimientos que lo
capaciten como futuro ciudadano.
Dentro de los hábitos sociales hay que enseñarle a cuidar
sus cosas y respetar las ajenas. Así, debe cuidar las pertenencias
de sus familiares, y en caso de necesitarlas, pedirlas, teniendo
especial cuidado de no dañarlas. Una vez que las devuelve, debe
agradecer el servicio que los mismos le han prestado.
Con el ejemplo ha de enseñarse al niño a cuidar la
naturaleza, los animales y las plantas; a no dañarlos; a cuidar la
limpieza no sólo del hogar, sino de otros lugares que se frecuentan
36
37. o simplemente se transita por ellos: calles, parques, museos, áreas
verdes en general. De forma sencilla, natural y con el ejemplo, el
cariño y la sistematicidad se han de formar en los niños los hábitos
expuestos con anterioridad. http://www.educared.edu.
pe/espaciodecrianza. (2006).
2.2. La Mujer y su Rol Educativo al Interior de la Familia
2.2.1. La Mujer y el avance democrático en el seno familiar.
La humanidad ha tenido varios pasos de avance
civilizatorio, los que no se hacen en sentido lineal, ni menos
siguiendo las formas de Europa o América del Norte, sino que
avanza cada uno en la mejor calidad de vida de la humanidad en su
conjunto, reconociendo su diversidad y heterogeneidad de
circunstancias. Uno de estos pasos fundamentales lo constituye la
emancipación de la mujer de la sujeción a las tareas domésticas del
hogar y la reproducción. La mujer se incorpora a la gestión de los
asuntos públicos, a la producción, a la administración de
instituciones, a la profesionalización, al ejercicio de la autoridad y la
representación ciudadana. Esto es posible porque el desarrollo
social y la lucha infatigable de millones de personas, hombres y
mujeres, pero sobre todo, hay que reconocerlo, de estas últimas,
que han logrado la decisión sobre sus vidas en la sociedad.
En este avance civilizatorio la mujer está redefiniendo su rol
en los asuntos públicos, rompiendo su enclaustramiento en la vida
doméstica. Pasa a tener protagonismo, conquista su libertad para
acceder a ejercer sus derechos de ciudadana. Una de las primeras
manifestaciones han sido las mujeres en la producción literaria y
periodística y en la vida profesional. Poco a poco incursionan en la
vida política e influyen ideológicamente en la vida social.
El cambio se produce en diversos ámbitos de la vida social.
Este cambio civilizatorio se basa y realiza en la formación de un
37
38. nuevo tipo de familia democrática. La familia patriarcal, de la mujer
sometida al hombre, tipo "picapiedra" de los países industrializados,
o de tribus y religiones de algunas zonas islámicas, se sustenta en
la humillación y explotación de la mujer. El avance civilizatorio está
generando una nueva forma de organización familiar, democrática,
donde todos aportan en el trabajo, de igualdad en el trato, de
respeto de los espacios privados de cada cual, y de sólida
vinculación afirmada en la libertad de las personas que armoniza la
convivencia social, y por eso mismo puede hacer duradera la vida
familiar.
Otra de las esferas de este cambio es en la manifestación de
los afectos. En las distintas relaciones entre los seres humanos se
enriquecen las manifestaciones de los afectos, los que adquieren
mayor densidad, perspectiva y consistencia en su diversidad. Se
enriquecen, en estas nuevas condiciones, las relaciones a partir del
rol de madre, de esposa, de hija, de nietas, de amigas, de
compañeras de trabajo, las que se afirman, para cada rol distinto y
tienen la libertad y reciprocidad de la igualdad. DAMMERT (2004)
2.2.2. La Madre como la Protagonista principal de la educación
temprana de los hijos.
La función educativa de la familia ha sido objeto de mucho
interés para la sociología, psicología y la pedagogía general y,
especialmente, para los que se ocupan de la educación y el
desarrollo del niño en los seis primeros años de vida.
Los estudios e investigaciones más recientes de las
neurociencias revelan las enormes posibilidades de aprendizaje y
desarrollo del niño en las edades iniciales, y hacen reflexionar a las
autoridades educativas acerca de la necesidad de optimizar ese
desarrollo, de potenciar al máximo, mediante una acertada dirección
pedagógica, todas las potencialidades que la gran plasticidad del
38
39. cerebro humano permitiría desarrollar. (http://www.lp.edu.pe
/l_trahtemberg /otros/regiolista.htm)
Si se parte de que, en el transcurso de la actividad y
mediante la comunicación con los que le rodean un ser humano
puede hacer suya la experiencia histórico – social, es obvio el papel
que la familia asume como mediador, facilitador de esa apropiación
y su función educativa es la que más profunda huella deja en la vida
de toda persona.
La especificidad de la influencia familiar en la educación
infantil está dada porque la familia influye, desde muy temprano en
el desarrollo social, físico, intelectual y moral de su descendencia,
todo lo cual se produce sobre una base emocional muy fuerte.
Con lo mencionado hasta acá, se reconoce la existencia de la
influencia educativa de la familia, que está caracterizada por su
continuidad y duración. La familia es la primera escuela del hombre
y son el padre y la madre los primeros educadores de sus hijos.
Sin embargo en nuestra realidad socioeducativa la que más
aporta a la educación de los menores de seis años, es la mujer. La
seguridad y bienestar que aporta al bebé cuando le carga, arrulla o
atiende en la satisfacción de sus necesidades, no desaparece, sino
que se modifica según este va creciendo. La ternura, el cariño, y la
comprensión que proporciona al bebé le hace crecer tranquilo y
alegre; la comunicación afectiva que en esa primera etapa de la vida
se establece ha de perdurar porque ese sello de afecto marcará a
los niños que, en su hogar, aprenderán: quiénes son, qué pueden y
qué no pueden hacer en sus relaciones interpersonales.
Mucho antes de que surgiera con F. Froebel (1782-1852) un
sistema para la educación social de los niños en educación inicial
(instituciones educativas), ya pedagogos ilustres se habían referido
a la importancia de las edades tempranas para todo el desarrollo
39
40. ulterior del niño y, a la familia –a la madre fundamentalmente- como
primera e insustituible educadora de sus hijos. Baste señalar –entre
otros- a J. A. Comenius (1592-1670), quien subrayó el papel de la
Escuela Materna, como primera etapa de la educación, que ocupa
los primeros seis años de la vida del niño, considerados por él como
un período de intenso crecimiento físico y de desarrollo de los
órganos de los sentidos y a E. Pestalozzi (1746-1827) que, en su
propuesta de educación para el desarrollo armónico del niño: físico,
intelectual, moral y laboral defendió como mejor y principal
educadora a la madre, para las cuales escribió un manual “Libro
para las Madres” o “Guía para las Madres” en el cual orientaba
como desarrollar la observación y el lenguaje de sus menores hijos.
A partir de entonces y hasta la fecha, múltiples estudios e
investigaciones han revelado las potencialidades de desarrollo del
niño desde que nace y se ofrecen variadas formas para su
estimulación desde el seno del hogar; corroborándose el papel
decisivo de la familia y particularmente de las madres, en las
primeras edades, en lo referente a la formación o asimilación de
hábitos de vida y de comportamiento social en sus pequeños hijos.
Este período se considera “sensitivo”, hablando en términos de L.S.
Vigotsky, para la formación de los mismos.
(http://www.upsp.edu.pe/descargas/Docentes/Antonio/pedagogi
a2005/14Ense%F1anza%20%20Preescolar/Doc%2013.doc.)
En algunos países se crean instituciones infantiles para
educar tempranamente a los niños, donde las mujeres son las
protagonistas principales, quienes hacen de madres sustitutas.
La indiscutible importancia de las edades comprendidas entre
0 y 6 años para todo el desarrollo integral del niño hace que en las
políticas educativas de los diferentes países se haya entrado
seriamente a valorar cómo y por qué vías sería posible estimular el
desarrollo general del niño: emocional, intelectual, físico, motriz y
social.
40
41. En estas edades, en las cuales más se necesita la
estimulación, hay que procurarla y para ello existen programas de
educación no formal, que mediante materiales educativos de fácil
comprensión orientan acerca de qué acciones puedan favorecer el
desarrollo físico, intelectual, del lenguaje emocional de sus hijos,
cómo lograr la formación de hábitos higiénicos, culturales, todo en
un clima de amor y comprensión.
Por citar sólo algunos de esos programas cabe mencionar los
“Hogares de Cuidado diario” y los “Multihogares” que se desarrollan
en Venezuela; los “Hogares de Bienestar Familiar” que se aplican en
Colombia por el Instituto de Bienestar Familiar; los “Programas no
escolarizados de educación inicial y preescolar” que se llevaron a
cabo en México, junto a otros como los de “Cuidado Diario” del
Patronato Voluntario mexicano; los diversos programas chilenos no
convencionales de educación inicial, tales como “Sala Cuna en el
Hogar”, “Jardín a Distancia”, “Conozca a su hijo”; el programa
ecuatoriano “Creciendo con nuestros hijos”, que aplica el Instituto
Nacional del Niño y la Familia y el Programa “Educa a tu Hijo” que
se aplica en la República de Cuba.
Algunos de los programas que existen, aunque prevén la
educación de la familia, la atención educativa se realiza
esencialmente por una madre “cuidadora” de la comunidad, que –
aunque de bajo nivel cultural- recibe cierta preparación para la
atención a los niños. En realidad, esta modalidad funciona como
pequeñas instituciones comunitarias que cuidan y protegen al niño
de accidentes y realizan algunas acciones alimentarias y, en menor
medida, educativas.
Otros programas sobre la base del conocimiento de la
potencialidad educativa de la familia, y de que es en ella que
transcurre esencialmente la vida del niño hasta que ingresa en la
escuela, hacen centro de atención la preparación de la familia para
41
42. que esta ejerza, con mayor rigor científico, la educación de sus hijos
en el hogar.
Así los Programas “Sala Cuna en el Hogar” (Chile);
“Creciendo con nuestros hijos” (Ecuador) y “Educa a tu Hijo” (Cuba),
por mencionar algunos constituyen proyectos educativos dirigidos a
preparar a las familias mediante orientación directa y materiales
ilustrados acerca de cómo estimular el desarrollo del niño en
distintas esferas de su personalidad.
En el caso del Programa “Educa a tu Hijo”, que se desarrolla
en Cuba, vale señalar que parte de la convicción de la importancia
de crear las mejores condiciones para el óptimo desarrollo de los
niños desde que nacen hasta los seis años, tanto en el seno del
hogar como en las de instituciones educacionales.
(http://www.cadenagramonte. cubaweb)
La imposibilidad de garantizar la atención educativa
sistemática a todos los niños, desde las edades más tempranas, en
instituciones y la certeza de que, aún y cuando ello fuera posible, la
familia es su primera e insustituible escuela; así como el
conocimiento de experiencias realizadas en otros países para
prestar atención educativa a los infantes desde sus más tiernas
edades, fundamenta la concepción y puesta en práctica
experimental de estos programas que abarcan cuatro áreas
fundamentales del desarrollo en este período infantil: comunicación
afectiva, desarrollo intelectual, desarrollo de los movimientos y
formación de hábitos.
La familia es preparada para la realización de diferentes
actividades dirigidas al desarrollo de las áreas mencionadas, las
cuales se describen en folletos en los que, de forma sencilla,
asequible y muchas veces con ilustraciones, se orienta a la familia
acerca de cómo realizarlas.
42
43. En cada uno de los folletos que se explica, además, las
características del niño, de acuerdo al período de vida cuyas
orientaciones abarque ese ejemplar (recién nacido, dos a tres
meses, de cuatro a seis meses, etc.), se brindan indicadores
generales del desarrollo que permiten a la familia conocer qué ha
logrado su niño al final del período y se incluyen recomendaciones
de algunos cuidados que hay que tener con los niños en estas
edades.
La efectividad lograda en la aplicación por las familias de los
diferentes programas no formales demuestra cómo estas se
apropian de los conocimientos necesarios acerca de las
particularidades del desarrollo de sus hijos, de la importancia de su
educación en estas edades, de cómo estimular mejor, con cuáles
procedimientos hacerlo, muestra el nivel de compromiso que
adquieren al sentirse responsables de la formación integral del
pequeño. (www.campus-oei.org/observatorio/pdf/chile).
Entonces, se debe trabajar para lograr en el niño un
desarrollo general, más que para el logro de habilidades muy
específicas y concretas. En esta labor la mujer viene asumiendo un
rol protagónico, sobre todo en el nivel de la educación inicial.
2.3. Crisis Familiar, Permisividad y Disciplina Positiva en la educación de
los niños menores de seis años.
2.3.1. La familia y la crisis de la sociedad.
En el Perú, así como en otras partes de Latinoamérica, la
estructura de la vida familiar ha evidenciado cambios notables en
décadas recientes. El matrimonio ha decaído, la separación de las
parejas aumenta, se incrementan los nacimientos fuera del
matrimonio y, en un número creciente de hogares, las mujeres son
“jefas de hogar”. Estas tendencias han sido consideradas como
43
44. indicadores de una “desintegración familiar”, lo que redefine el
patrón de crianza de los niños.
Así, pues, la estructura de la familia tradicional de corte
patriarcal muestra signos de desintegración desde las últimas
décadas del siglo pasado. Este fenómeno social se asocia con los
procesos sociales y económicos que han desestabilizado las
divisiones tradicionales en los hogares peruanos. La desintegración
familiar ocurre junto a la precaria situación económica que viven
muchos hogares, al cuestionamiento al machismo, a los medios
masivos de comunicación que contribuyen a convertir al individuo
en un ser consumista, a alienarlo e incitarlo a la violencia, al sexo, a
las drogas, cuando no cuentan con una orientación responsable.
Como sabemos la familia ejerce una decisiva y poderosa
influencia en el desarrollo de la personalidad de sus integrantes. Las
familias, pertenecientes al entorno del presente objeto de estudio,
sufren actualmente un proceso de desintegración.
Se entiende por desintegración familiar a la ruptura de las
relaciones entre los miembros que conforman la célula familiar. Los
factores que condicionan este hecho social son la estructura
socioeconómica, la cuestionada cultura machista, la violencia
doméstica, etc. Si la familia está desunida o sin el necesario
equilibrio, si sus miembros discuten constantemente o coexisten sin
calor afectivo, si está desarticulada o sus miembros hacen vidas
paralelas, etc., todo esto, influye negativamente en el desarrollo
normal de la personalidad del niño o de la niña y de su posterior
adaptación e interés por el medio escolar y los aprendizajes allí
impartidos.
Es conveniente que los padres e hijos busquen comunicarse
más, para enfrentar unidos la áspera realidad, en base a valores
como el respeto, la responsabilidad, la solidaridad; asumiendo
44
45. también cambios de actitud para desterrar concepciones ideológicas
fundamentadas en el autoritarismo y darse tiempo para fortalecer
las relaciones familiares, lo que redundará, de manera positiva, en
la sociedad. La mala comunicación y la Incomunicación son
manifestaciones de los hogares desintegrados. Habría diversos
niveles de desintegración relacionados con la mala comunicación o
la incomunicación. No olvidemos que la Televisión corta la
necesaria conversación entre la pareja, así como el diálogo entre
padres e hijos. Muchas veces, al enchufar y prender la televisión
estamos apagando la comunicación en nuestros hogares.
Entonces, la Sociedad y la Familia se condicionan
mutuamente: Si la Familia tiene defectos o errores, la sociedad va a
fallar; y, asimismo si la sociedad no contribuye a mejorar las
relaciones interfamiliares, la Familia va a estar expuesta a
fracasar.
2.3.2. La Permisividad y la Actitud Permisiva en la educación de los
hijos.
La Permisividad en la educación de los hijos, se enfoca en el
presente estudio, como un estilo de crianza o interacción con los
niños que se caracteriza por la falta de límites y tolerancia excesiva.
Me refiero a que el padre o madre permiten a los hijos conductas
inadecuadas a su desarrollo personal y social. Esto condiciona
comportamientos de indisciplina, fomentando personas incapaces
de actuar responsablemente.
En nuestra sociedad, como en otros lugares de este mundo
globalizado, está bastante extendido el “modelo educativo de libre
desarrollo”, por el que los padres permiten a los hijos todo tipo de
conductas y piensan que deben educarse en una especie de
neutralismo en el que nadie debe influir. ROJAS (2006)
45
46. Entonces, en relación a lo que vengo analizando, la Actitud
Permisiva es la predisposición que designa la orientación favorable
de las madres de familia hacia la educación o crianza de sus hijos
de manera permisiva.
Considero la actitud como una forma de motivación social que
predispone la acción de un individuo hacia determinados objetivos o
metas.
Las actitudes son sistemas de ideas, que nos ahorran el
trabajo mental de tener que reunir una serie de datos cada vez que
emitimos un juicio. Estos sistemas de ideas, con implicaciones en
nuestra vida diaria, pueden ser modificados frente a nuevas
experiencias. Y, aún como una teoría, están enraizados en nuestra
cultura y en nuestra psicología individual.
En el presente estudio, he logrado hacer una categorización
de la variable “Actitud Permisiva”, teniendo presente la dimensión
denominada como “Adaptación al medio circundante” de la
persona”, pudiendo medirla al tener indicadores como: la Adaptación
mecánica al modelo permisivo que nos socializa al sistema o
sociedad capitalista, valorando positivamente la ideología del
“liberalismo pervertido”; asimismo cuando la madre, en este contexto
, da posibilidades de acción, sin corregir ni orientar a su hija. Y,
asimismo, cuando dicha madre se siente impotente frente al
comportamiento inadecuado de su niña. Nos damos cuenta
asimismo de la Actitud Permisiva en la medida en que la madre
siente el escepticismo frente a la conveniencia de las normas y
racionaliza la acción para no diferir de sus convicciones. Con esta
dimensión y los indicadores mencionados, he medido en el
instrumento que adjunto en anexos y que defino y fundamento en el
tercer capitulo referido a la metodología de la investigación, teniendo
en cuenta categorías que van desde una Actitud Muy Permisiva,
hasta una Actitud Rotundamente No Permisiva, como categorías
46
47. extremas; pasando por una Actitud Permisiva y una Actitud No
Permisiva, como categorías intermedias. (Ver anexos)
Fundamentando lo anteriormente descrito, comparto con
Civitas que el concepto de actitud es básico en dos campos: en
psicología social y en la teoría de la personalidad. Este autor nos
indica que a fines de la década de 1920, el psicólogo
estadounidense Gordon W. Allport se interesó por la investigación
de las actitudes sociales, pero no fue hasta la década de 1940, con
la publicación de “El miedo a la libertad” (1941), de Erich Fromm,
cuando este concepto empezó a cobrar importancia en la teoría de
la personalidad. Se entiende, entonces que la actitud social es
compartida y favorece los intereses sociales por encima de los
individuales. El origen y la transformación de las actitudes también
ha sido estudiado desde el punto de vista de sus relaciones con el
tipo de personalidad de los individuos. También hace referencia del
sociólogo Theodor W. Adorno, quien, en su obra “La Personalidad
Autoritaria”, expresa que la personalidad de un individuo es utilizada
como una vía para la comprensión de la totalidad de su sistema de
valores, el cual está constituido por un conjunto de actitudes que se
apoyan mutuamente. Según Adorno, las actitudes de las personas
tienen relación a su formación dentro del ambiente familiar y del
contexto social. En suma, el enfoque sociológico sobre el origen de
las actitudes atribuye mayor importancia a la posición de los
individuos en el medio social y a su contacto con otras personas que
a sus características individuales. CIVITAS (1974)
Los estudiosos del comportamiento distinguen tres aspectos
o elementos en una actitud: un elemento cognitivo (una actitud
implica el conocimiento de datos y valores particulares); un elemento
afectivo (una actitud revela emociones en relación a una situación);
un elemento comportamental (Una actitud tiene implicaciones para
la acción). Cada uno de estos aspectos está presente en cualquier
actitud, y la fuerza relativa de cada una determinará de qué forma la
47
48. acción será o podrá ser cambiada. La práctica y el conocimiento del
mundo, empero, no agotan la definición de una actitud. De manera
tal que se considera que actitud presenta otras dimensiones, como
la protección del yo, la expresión de valores, y la adaptación al
medio circundante. Dimensiones estas que actúan entrelazadas,
predominando ya una, ya otra, de acuerdo con la situación social y
la personalidad del individuo. La protección del ego actúa, cuando
por ejemplo, una persona que sufre un complejo de inferioridad
proyecta sus sentimientos sobre un grupo minoritario, con la
finalidad de mejorar su propia imagen. A veces expresa la propia
identidad del individuo y su posición en el mundo. A través de ella,
las personas muestran, claramente, lo que son, tanto en términos
individuales como sociales. En esta dimensión, se dice que las
actitudes corresponden a la expresión de valores. La tendencia
natural a la adaptación impulsa a las personas a tratar de obtener la
mayor compensación de su ambiente, desarrollando actitudes
favorables a lo que les brinda placer y desfavorables a lo que les
provoca frustración. Es el tipo de actitud denominada utilitaria.
Entonces, a lo largo de su vida las personas adquieren experiencias
y forman una red u organización de creencias. Entendiendo por
creencias al sistema interpretativo que organiza el mundo interior de
las personas y les da sentido a su quehacer cotidiano. Y
precisamente la actitud engloba un conjunto de creencias, todas
ellas relacionadas entre sí y organizadas en torno a un objeto o
situación. Las formas que cada persona tiene de reaccionar ante
cualquier situación son muy numerosas, pero son las formas
comunes y uniformes las que revelan una actitud determinada. Si
bien las actitudes establecen un cierto grado de coherencia entre el
comportamiento pasado y el comportamiento futuro, esto no significa
que la relación entre la actitud y el comportamiento sea siempre
coherente. Civitas precisa que el psicólogo norteamericano León
Festinger estudió la disonancia cognitiva, descubriendo que el
individuo trata de ser coherente con sus actitudes. Y cada vez que
48
49. surge un desajuste entre un concepto y una situación nueva, busca
una solución a través de un proceso comúnmente llamado de
racionalización. Estamos constantemente recibiendo nuevas
informaciones que crean disonancias para las cuales nos vemos
obligados a encontrar solución. Como resolver una disonancia es, la
mayoría de veces, muy difícil, las personas tienden a evitar
situaciones e informaciones que puedan colocarlas en conflicto
consigo mismas. Esto explica por qué muchos individuos adoptan un
comportamiento, tratando, a cualquier precio, de armonizar sus
actitudes con las del grupo al que pertenecen. Se ha comprobado
que numerosas personas razonablemente inteligentes terminan por
aceptar falsas interpretaciones de lo que ven, sólo para que su juicio
sea coherente con el del grupo. CIVITAS (1974)
2.3.3. La Permisividad, Hedonismo y Consumismo
Muchos padres actuales fueron educados en un contexto
autoritario, rígido. El respeto a los mayores era un valor esencial,
mientras que la libertad y la espontaneidad era privilegio de los
adultos (y no de todos). Algunos de aquellos niños crecieron con
ansias de ruptura y cuando se convirtieron en padres, educaron a
sus hijos de un modo distinto: en general intentaban que sus hijos
fueran autónomos, capaces de elegir por sí mismos, y que no
estuvieran sometidos a un sistema social y político rígido y
autoritario. No era una mayoría la que seguía estas pautas, pero sí
se apreciaba cierto cambio en medio de unas relaciones familiares
aún estrictas en muchas casas. Así es que desde finales de 1970 y
comienzos de 1980, de un modo radical, se ha pasado del
autoritarismo a una permisividad extrema.
Aquellos padres han visto en la libertad de sus hijos una
prolongación de su propia libertad, de algo que no habían podido
tener ellos. Cuando eso se termina llevando al extremo, la voluntad
de los hijos acaba convertida en la norma fundamental de las
49
50. relaciones familiares: el niño tiene que ser feliz, sin que nada pueda
causarle daño. Se trata del proteccionismo en relación a la
permisividad extrema, que no forman personas, sino pequeños
tiranos, y que tanto daño está haciendo en nuestra sociedad, en la
que, por otro lado, es más fácil preocuparse por lo que tienen los
niños que por lo que son. El resultado en las familias termina siendo
nocivo, lo que se evidencia en las relaciones interpersonales en la
vida cotidiana.
No es nada novedoso comprobar que la mayoría camina por
un plano inclinado hacia la facilidad. La permisividad es la
comodidad del momento, pero trae consigo muchas incomodidades
posteriores.
"¡Haz lo que quieras! Me da lo mismo. Me das lo mismo". No
siempre se dice así, textualmente; pero eso es lo que se quiere
decir. Quitarse los hijos de encima es una expresión terrible, pero
cuántos padres practican esto por indolencia, por comodidad, por
desinterés, o simplemente por falta de valores o por valores
equivocados.
Y más aún, desde la década del noventa del siglo pasado,
estamos viviendo en la era de la levedad. Todo es liviano, ligero.
Estamos al final de una civilización. Postmodernismo para unos, o
postindustrial para otros. En el mundo de las ideas y su reflejo en el
comportamiento, se ha producido un cambio sensible. Las dos notas
más peculiares son el hedonismo y la permisividad. Ambos están
enhebrados por el materialismo capitalista, que pone, en primer
plano de la conducta el dinero, el placer, el bienestar, el nivel de
vida, el éxito. Es decir, las aspiraciones más profundas del hombre
van siendo gradualmente materiales, deslizándose hacia una
decadencia moral.
50
51. El hedonismo significa que la ley máxima de comportamiento
es el placer por encima de todo, cueste lo que cueste. Este es un
nuevo dios. Ir alcanzando cada vez cotas más altas de bienestar.
Vivir hoy y ahora pasándolo bien, buscando el placer ávidamente y
con refinamiento, sin ningún otro planteamiento. La ética hedonista
tiene un código: la permisividad. Entre ellas se establecen relaciones
muy cercanas. Estos son los dos nuevos pilares que vertebran
muchas vidas de los hombres y mujeres en nuestros días. La mayor
aspiración es divertirse por encima de todo. Evadirse de uno mismo
y sumergirse en un calidoscopio de sensaciones cada vez más
sofisticadas y narcisistas. La vida es contemplada como un goce
ilimitado.
Porque una cosa es disfrutar de la vida y saborearla, en
tantas vertientes como ésta tiene, lo cual indica buena salud mental;
y otra muy distinta es ese maximalismo de no tener otro objetivo
último que no sea este afán y frenesí de diversión y de placer sin
restricciones. El primero es psicológicamente sano y sacia una de
las dimensiones de nuestra naturaleza. El segundo, por el contrario,
apunta a la muerte de los ideales y de la ética científica.
Del hedonismo surge un vector que pide paso con fuerza: el
consumismo. Todo puede escogerse a placer. Disposición
permanente para el deleite, en donde comprar, gastar, adquirir y
tener, es vivido como una nueva experiencia de libertad. El ideal de
consumo de la sociedad capitalista no tiene otro horizonte que la
multiplicación o la continua sustitución de objetos, por otros cada
vez mejores. Hay dos ejemplos reveladores; uno, el del
telespectador sentado frente al televisor con el mando a distancia
pasando de un programa a otro, buscando no se sabe exactamente
qué; otro exponente sería el del que va recorriendo el gran
supermercado, llenando su shopping car hasta arriba, tentado por
todos los estímulos y sugerencias comerciales, incapaz de decir que
no.
51
52. Entonces, la ideología actual es la permisividad. Se propugna
que hemos llegado a una etapa clave de la historia: sin
prohibiciones, ni territorios vedados, no hay limitaciones, todo vale,
cualquier andadura es interesante, con tal de que se quiera recorrer:
Hay que atreverse a todo. Llegar cada vez más lejos, aunque sin
finalidad y sin programa.
Nace así un nuevo hombre indiferente, permisivo,
descomprometido, sin valores humanos, centrado en sí mismo.
Todo se va viendo envuelto en un paulatino escepticismo y, a la vez,
en un individualismo a ultranza. Este derrumbamiento axiológico
produce vidas vacías, pero sin grandes dramas, ni vértigos
angustiosos, ni tragedias. Es posible observar muchas vidas casi
vacías, sin sentido. Existencias sin aspiraciones, llegándose a decir:
¿qué más da?. Todo es relativo.
Y el relativismo es hijo natural de la permisividad. Es como un
mecanismo de defensa. De esta manera, todos los juicios quedan
suspendidos y flotan sin consistencia. Todo depende, cualquier
análisis puede ser positivo y negativo. No hay nada absoluto. Nada
es bueno ni malo. Tolerancia interminable que conduce a una
indiferencia pura. Alguno llega a afirmar que todos los valores son
iguales, no hay unos superiores a otros. Se cae así en un nuevo
absoluto: que todo es relativo. (Rojas. Enrique.
http://www.fluvium.org)
Hoy en día se evidencia el exceso de permisividad en el
hecho de que para los hijos hay derechos pero no hay deberes. Se
les da todo lo que se puede y se les exige poco. La mayoría de
padres enfrentan este problema al educar a sus hijos. Son
indulgentes, porque quieren darles gusto, y a veces les resulta difícil
diferenciar entre el papel de amigos y el de padres. Sin embargo, al
ser demasiado permisivos, se impide a los niños enfrentar los
problemas que formarán su carácter. Los niños y adolescentes
52
53. educados, con este trato, pueden presentar algunas conductas
como egocentrismo, y falta de control.
Lo que empieza pareciendo en los niños una conducta
caprichosa e insistente en la petición de las cosas puede acabar
convirtiéndose, según los especialistas, en un comportamiento
violento hacia los padres.
Parte de la responsabilidad (de las agresiones de los hijos) es
de los padres, y comienzan a detectarse conductas muy agresivas
en niños menores de 6 años.
Entonces, el problema se enmarca “en una sociedad
permisiva y materialista”. Subrayándose, como alternativa, que se
debe “poner límites para que el menor crezca”.
Frases como: “toma y cállate”, sólo funcionan a corto plazo,
“porque el niño aprende que es así cómo consigue las cosas”: con
insistencia, después, con un grito o un insulto y más tarde,
amenazando con un cuchillo. “Hay que saber decir que no y
mantenerse firme”. Es difícil para los padres, que quieren dar a sus
hijos “lo que ellos no tuvieron” y que luego llegan a sufrir –en
muchos casos- el “miedo” por los comportamientos agresivos de sus
hijos. (Urra, Javier. http://www.esferalibros.com)
2.3.4. La Disciplina Positiva en el Contexto Familiar
Disciplinar, en el contexto familiar, significa enseñar. Los
padres de familia están llamados a enseñar a sus hijos los valores
morales, religiosos, sociales y cívicos que hacen a un individuo
integralmente saludable para la sociedad.
(http://www.familyministries.org/familia/ articulos)
Existen diversas formas de disciplinar a los niños. Así
tenemos la Disciplina restrictiva, que está relacionada al control
53
54. excesivo del niño, por parte de sus padres. Se caracteriza por un
orden sin libertad. No se dan opciones, rige la afirmación autoritaria:
"Tú haces esto porque yo lo digo”.
Conocemos que la mayor parte de las familias peruanas
tienen una estructura de relaciones que las convierte en autoritarias.
En el modelo educativo o de crianza autoritario los
progenitores son insensibles y exigentes, ellos ven la obediencia
como una virtud, los hijos son castigados con la fuerza de la
afirmación del poder de sus padres. El respeto por la autoridad,
fundamentalmente del padre, y la preservación del orden son
importantes.
La afirmación del poder restrictivo reside en el uso de la
fuerza dominante de los progenitores, mediante amenazas, órdenes,
golpes y la supresión de esparcimientos y aun de derechos. Todas
ellas, basadas en el miedo del niño al castigo. Los padres que
emplean, de preferencia esta disciplina, pueden encontrar que sus
hijos devienen individuos centrados en ellos mismos e inclinados a
actuar sin ser vistos, formándose en ellos la doble moral.
En el Perú se encuentra, mayoritariamente, el modelo de
progenitor autoritario, quien plantea a los hijos exigencias de
obediencia ciega, negándoles cualquier cuestionamiento. La forma
más frecuente de disciplina empleada por los padres es la
afirmación de poder y, en su expresión más dura, el maltrato con
látigo o correa. En general, se describe al padre cómo autócrata,
distante y además, inconsistente en disciplinar a sus hijos. (Lo que
comprobamos en nuestra observación cotidiana es que primero
permite conductas inadecuadas y luego las castiga con dureza).
A partir de estas comprobaciones, no es extraño que los
ciudadanos peruanos hayan aceptado, pasivamente, las
imposiciones del gobierno dictatorial de la década del 90. No están
54
55. educados, mayoritariamente, para cuestionar al que ejerce la
autoridad y no han logrado la autonomía que les permita tener un
pensamiento propio. Tampoco es extraño que la corrupción se haya
extendido, en un medio donde el autoritarismo sólo ha permitido el
desarrollo de una conciencia exteriorizada, en donde se actúa de
forma moralmente aceptada, sólo para evitar el castigo.
(http://palestra.pucp.edu.pe).
Frente a este tipo de Disciplina restrictiva, surge
alternativamente la Disciplina Positiva, enmarcada en el avance
civilizatorio.
La Disciplina se define como la capacidad de las personas
para seguir por sí mismas determinadas normas de comportamiento.
Esta capacidad de autocontrol se desarrolla poco a poco.
VALDIVIEZO (1993)
El uso de la Disciplina Positiva consiste en que el niño cumpla
voluntariamente con las normas de convivencia que se dan desde el
hogar, de acuerdo al desarrollo de su conciencia moral. Es una
forma de educar sin tener que recurrir a gritos, golpes o castigos. En
esta medida la Disciplina Positiva es una forma de conducta
aprendida.
La Habilidad en el uso de la Disciplina Positiva es favorable
para el desarrollo del niño. Se entiende que con la Disciplina
Positiva se promueve la autoestima del menor, así como libertad, el
liderazgo; asimismo se enseña autodisciplina, responsabilidad,
respeto, cooperación para la solución de problemas.
(http://www.educared.edu.pe/ espacio decrianza/ entrevista.)
Los padres y madres deben asumir el liderazgo usando
técnicas que inspiren una atmósfera positiva de tener niños
ganadores, en vez de niños sobre los que se ha ganado. Para ello,
es vital suplantar el castigo por las consecuencias naturales. De lo
55
56. que se trata es que el niño no reciba un castigo por su conducta,
sino que reflexione por las consecuencias de su accionar.
(http://www.familyministries.org /familia/articulos2.htm)
La Disciplina Positiva tiene como funciones:
a) Establecer adecuadas relaciones con los demás.
b) Facilitar la transmisión de valores sociales.
c) Discriminar los comportamientos aceptados y los
inapropiados, con el fin de poner límites a éstos.
d) Que los hijos comprendan las consecuencias lógicas
de su conducta y de la vida en general.
Con el uso del método de las "consecuencias naturales y
lógicas del comportamiento" se les posibilita a los hijos un proceso
de experiencias vitales que les permitan lograr su autocontrol,
dándoles responsabilidad y progresiva autonomía, enseñándole a
cooperar en el desarrollo de sus habilidades personales y
ajustarse, de manera adecuada, a la sociedad.
La idea del "castigo físico, como último recurso" para
imponerse a los hijos debe ir desapareciendo de nuestras
conciencias en la medida que se superen ideologías autoritarias,
haya un desarrollo personal y se promueva relaciones
democráticas en el hogar.
En este sentido, es importante desarrollar la educación de la
voluntad y de la Conciencia Moral desde la más temprana edad.
Entendemos esto al hecho de estar conscientes de nuestros actos,
gobernando nuestra conducta a partir de lo que entendemos como
bueno o malo. El niño aprende primero a distinguir lo correcto de lo
incorrecto, interiorizando la voz de sus padres, y luego, de acuerdo
con estas orientaciones, aprende a controlar sus impulsos, para
actuar correctamente dentro de la sociedad. COROMINAS (1995)
56
57. El uso de esta disciplina positiva hace posible en el niño el
desarrollo del comportamiento "solidario", la responsabilidad por
sus actos, alentando su creatividad; ejerciendo un firme
autocontrol sostenido por la razón. Con este método se educa a
los niños, haciéndolos más competentes, con confianza en sí
mismos y gran autoestima.
Con el uso de la disciplina positiva los padres consideran que
control o vigilancia son necesarios, pero usan, en primer lugar, la
razón y la afirmación de su autoridad para lograrlo.
En este sentido Ron Taffel considera que es necesario
intervenir a tiempo antes de generar una pataleta. Los padres con
habilidad en la Disciplina positiva entienden y saben qué hacer
ante las pataletas “manipuladoras” y las “temperamentales”. De las
primeras hacen caso omiso; en cambio las segundas saben que
tienen relación con el cansancio, la enfermedad, el hambre y
tienen que ser atendidas de inmediato. Asimismo sabe retirar al
niño de situaciones difíciles, cambiándolo de contexto. Establecen
los límites con tranquilidad convicción y firmeza y le explican a sus
hijos, con frases cortas, las razones de su proceder, sin caer en
arbitrariedades. TAFFEL (1999)
Violeta Sara Lafosse en el texto, “Democratización de las
Instituciones y Lucha contra la corrupción: La importancia de las
Instituciones Básicas”, aporta un concepto acerca la Disciplina
Inductiva con el cual complementa a lo que venimos tratando
como Disciplina Positiva. Ella considera que la Disciplina Inductiva
se basa en la apelación a la razón, al amor propio y al deseo de
crecer del infante. Entiende esta autora que la Disciplina Inductiva
es la técnica disciplinaria más efectiva en el desarrollo de la
conciencia. Mediante ella, el niño llega a percibir que los valores
morales y los sentimientos de culpa provienen de él y no son
impuestos de fuera.
57