FARMCOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA DE LOS MEDICAMENTOS TÓPICOS
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1. APUNTES DE BIOÉTICA
Dr. Francisco Javier Arza Maldonado
Tema 02
Fundamentos de la bioética:
Si coincidimos con Potter que la bioética es un puente entre los saberes científicos biológicos y el
humanismo ético filosófico, debemos entender que la bioética puede perfectamente valerse del
método científico de las ciencias biológicas, así como de las ciencias sociales, la antropología y la
filosofía. Incluso de la teología, aunque la mención de esta última últimamente genera
cuestionamientos y rechazo en los ámbitos laicos declarados ateos, por su relación con la religión,
sobre todo cristiana católica, pero sin una fundamentación muy convincente.
Si bien se atribuye a Potter la paternidad del termino bioética, se debe a Hellegers su amplia
difusión y aplicación práctica en los asuntos biomédicos, al afirmar, que la bioética no se trataba
en realidad de una nueva disciplina sino de la ya antigua ética aplicada esbozada desde los
tiempos de Hipócrates. Para Hellegers la tarea de la bioética es resolver los problemas morales
concretos en el campo biomédico a través de la aplicación valida de los principios éticos ya
existentes y universales. Esta es la tendencia predominante de la bioética en la actualidad. (1)
Entendamos entonces que los asuntos abordados por la bioética no están sola y exclusivamente
en manos de los médicos, biólogos y científicos, sino que también están involucrados los filósofos,
antropólogos y teólogos en la búsqueda de una mejor calidad de vida para la humanidad. Por ello,
el abordaje de la bioética es necesariamente multidisciplinar e interdisciplinar
Metodológicamente, la bioética examina la conducta humana en el terreno de las ciencias a la luz
de los principios y valores morales. (1) Pero ¿qué principios y qué valores? Ante la diversidad de
éticas en la actualidad, divergentes entre el mundo creyente, fundamentalmente cristiano y el
mundo secularizado, descristianizado no creyente, se hace necesario al menos el intento de
establecer principios fundamentales de alcance universal.
De la pluralidad de posiciones han surgido diversidad de planteamientos y modelos bioéticos(1,2):
Modelo contractualista: Plantea que ante la pluralidad de opiniones se impone establecer
normas y procedimientos consensuados por vía del acuerdo de partes. Sostiene que
dichos procedimientos y dichas normas sean justas y equitativas, estableciendo así una
ética “democrática” donde lo que está bien y lo que está mal, se define por consenso. Los
defensores de este planteamiento solo reconocen como “personas” a los seres con
capacidad de razonar y decidir, excluyendo por tanto a los fetos, los recién nacidos, los
pacientes psiquiátricos, los que están en estado vegetativo, quienes si bien son seres
humanos, “no son personas”.
Planteamiento clínico: Con una orientación pragmática, sostiene que, ante la
imposibilidad de encontrar consenso absoluto sobre los principios generales, se impone
resolver cada caso en particular de la manera “más razonable” posible.
2. Planteamiento utilitario: Termina siendo un complemento de la anterior, pues considera
moralmente “razonable” la situación planteada en base al costo-beneficio, buscando
siempre maximizar el bienestar y minimizar el sufrimiento, del mayor número de personas
afectadas, considerándolas del mismo valor, con los mismos derechos y por tanto con
absoluta imparcialidad. Desde este planteamiento, por ejemplo, la eutanasia sería
moralmente “razonable” en determinados casos.
Planteamiento personalista: Desde este planteamiento, los criterios morales se buscan en
la naturaleza “personal” del hombre. Se entiende que “ser persona” responde a la
realidad corpórea- espiritual del hombre, abierta a lo trascendente. La vida del hombre en
su naturaleza, tiene un sentido y un fin, llamado a su plena realización. El personalismo se
funda en que hay una verdad moral que hay que descubrir y acoger basada en la
búsqueda de la verdad sobre el hombre; el “ser persona” por naturaleza que fundamenta
el “deber ser”
Nótese que, claramente los tres primeros planteamientos hunden sus raíces en el relativismo
moral, mientras que el planteamiento personalista defiende el valor absoluto de la vida de la
persona humana en su dignidad desde sus inicios hasta más allá del fin de su existencia corpórea
Dimensión antropológica de los modelos:
En el abordaje de los problemas concretos se evidencia la clara contraposición del planteamiento
personalista de las otras corrientes que podemos llamar de seculares o laicas. En su fundamento y
su aplicación se nota claramente las diferencias fundamentales(1):
1. Es la vida un bien recibido como tarea y misión que hay que realizar; o un bien que es una
posesión absoluta del hombre que hay que gozar
2. Es el sufrimiento un mal que hay que evitar a toda costa; o es u mal que tiene un sentido y
es potencialmente portador de valores
3. Es la muerte el aborrecido final de todo; o es un momento de suma importancia que da
verdadero sentido a la vida terrena y nos abre a lo trascendente.
Los principios fundamentales de la bioética:
Las atrocidades provocadas por los Nazis durante la segunda guerra mundial, que tras el juicio
de Nuremberg, da origen al Código de Nuremberg de 1947, que establece los principios éticos
de las investigaciones en seres humanos, destacándose 1)el consentimiento informado, 2)el
principio de no dañar y de que la experimentación en humanos, debe provocar más bien
beneficio a las personas con el mínimo de riesgo para la salud, 3)así como la libertad del
individuo a rechazar o abandonar la investigación cuando así lo desee.(3)
3. Posteriormente, la Asociación Médica Mundial (AMM), reunida en Ginebra en 1964, reafirma
los principios del Código de Nuremberg, con la Declaración de Helsinki. Esta declaración ha
sido ratificada y ampliada en las reuniones sucesivas manteniéndose en la línea original.
Finalmente. Y a raíz del escándalo que produjo en los EEUU la investigación de Tuskegee,
sobre la historia natural de la sífilis en negros, negándoseles tratamiento, da origen al famoso
Informe Belmont, que sienta las bases filosóficas de los principios éticos en investigación
biomédica, ampliándolo a la práctica clínica diaria. El Informe Belmont expone los tres
principios éticos fundamentales a considerar en el manejo de sujetos humanos en
investigación y la práctica:
1. Principio de respeto a la autonomía, exigiendo el consentimiento informado para la
intervención y experimentación en seres humanos, así como el respeto y
consideración a personas vulnerables incapaces de tomar decisiones por si mismas
2. Principio de beneficencia, maximizando los beneficios y minimizando los riesgos.
3. Principio de justicia, considerando el costo beneficio, dar a cada uno y a todos, las
mismas oportunidades y los mismos beneficios derivados de las investigaciones.
(1,3,4)
El informe Belmont, incluía también la obligación de las instituciones patrocinadoras a someter los
proyectos de investigación a la revisión ética antes de su aprobación, lo cual dio origen a los
Comités de ética institucionales.(3,4)
Es importante preguntarnos por qué solo tres principios habiendo tantos otros que pudieran tener
relevancia ética. La explicación es que el principio de respeto a la autonomía, está referido
directamente al paciente, el de beneficencia y no daño, está referido al médico y el de justicia está
relacionado a la sociedad en su conjunto. (1)
Algunos autores entre los que destacan Beauchamp y Childress, desglosan el segundo principio en
beneficencia por un lado y no maleficencia por otro, llevando a cuatro los principios
fundamentales, pero finalmente ambos permanecen muy relacionados de tal manera que en la
práctica se los considera como uno solo. (1)
Los principios de Bioética personalista planteados por Sgreccia:
Los principios éticos surgidos del informe Belmont no están exentos de críticas debido a sus
debilidades en cuanto que, al no poder ser abarcante y mucho menos universal en su
aplicabilidad, se aproximan más al relativismo moral y pudieran quedar al arbitrio del consenso y
la casuística. Basta como ejemplo que el principio de beneficencia, que otorga el máximo beneficio
con el menor riesgo se aproxima al modelo utilitarista, que considera el costo-beneficio como
criterio de decisión.
4. Los intentos por mejorar el enfoque han influido en la búsqueda de nuevos paradigmas en la
fundamentación filosófica de los principios bioéticos, que estuviera basada en la experiencia y que
sea menos limitada. En tal sentido Warren Reich plantea la reflexión, integrando la ética de las
virtudes, del deber ser, originada de la teología moral cristiana, con el hacer concreto, lo que se
dio en llamar la ética del cuidado. (1)
Sin pretenderlo, pero en contraposición a las corrientes relativistas, surge entonces de la
corriente personalista, los principios bioéticos personalistas, fundamentada en la antigua filosofía
griega, la antropología filosófica y la teología moral cristiana. (1)
El personalismo hunde sus raíces en la propia razón de ser del hombre y de su libertad; el hombre
es “persona” porque es el único ser capaz de reflexionar sobre su propia existencia, capaz de auto
referenciarse, de tener autodeterminación, el único ser capaz de encontrar el sentido y la
significancia a las cosas, sus expresiones, su lenguaje.
La razón, la libertad y la conciencia surgen del alma que informa y da vida a su corporalidad, lo
hace un ser distinto a los demás seres vivientes, dotándolo de sentido y de un valor único que
llamamos humanidad. La persona humana es un todo particular en quien se expresa toda la raza
humana y cobra sentido todo el cosmos. (5)
En tal sentido, la revelación cristiana, cobra sentido racional, descubriendo su origen divino en la
creación “a imagen y semejanza de Dios” y su finalidad última en la redención, que es comunión
de la humanidad con Dios en Jesucristo. Aun para los no creyentes, la realidad del hombre, como
punto de referencia cósmica, como fin en sí mismo y no un medio, es realidad trascendente,
dotado de valor en sí mismo, sujeto con dignidad.(5)
Los principios de la bioética personalista son cuatro:
1. El principio de defensa de la vida física: condición de cualquier valor. Esto implica el
reconocimiento del valor personal de la vida corporal, y la exigencia del respeto a esa vida
desde su concepción hasta su término natural. El cuerpo no puede ser considerado como
un instrumento de la persona, porque forma parte de su propia esencia.
2. El principio de libertad y responsabilidad. Debe procurarse que todos los que participan
en una acción puedan ejercer conscientemente su libertad. Se trata de un concepto de
libertad que no es simple libre albedrío, sino que asume las consecuencias que lleva
consigo la elección hecha. El valor moral no atenderá sólo a la autonomía con la que se ha
realizado la acción, sino también a la realización de la persona en esa elección.
3. El principio de totalidad o principio terapéutico. Por el bien de la totalidad del individuo,
es lícito privarse de alguna parte como único camino para obtener el bien de la totalidad.
Por ejemplo, hay que privar a la persona de un miembro cancerígeno para lograr que su
salud sea mejor. Además, se suele exigir que la relación “todo-parte” sea restringida al
individuo y no se aplique a la relación individuo-sociedad. Así, por ejemplo, no sería lícito
acabar con la vida de una persona inocente para salvar a la sociedad de un peligro.
5. 4. El principio de socialidad y subsidiaridad. Consiste en la promoción de la vida y de la salud
de la sociedad a través de la promoción de la vida y de la salud de la persona singular: al
margen de toda forma de individualismo o colectivismo, la socialidad está finalizada por la
consecución del 'bien común' a través de la consideración de los 'bienes individuales. El
principio de socialidad está integrado en el de subsidiariedad que prescribe la obligación
del cuidado de los más necesitados. Socialidad y subsidiariedad derivan del deber de
respeto recíproco interpersonal fundado en el reconocimiento de la dignidad de los demás
en cuanto personas: la persona es la fuente y el fin de la sociedad, en cuanto se realiza
participando en la realización del bien de los semejantes. Estos últimos principios se
refieren al problema de la política económica sanitaria: es precisamente el tema de la
macro-distribución de los recursos, o sea, la decisión relativa a cuánto se debe invertir en
el sector sanitario, etc.
Estos principios que se ofrecen como sustitutivos de los del Principalismo (Informe Belmont) están
siendo poco utilizados porque aunque manifiestan con más claridad una antropología subyacente,
sin embargo resultan poco específicos a la hora de la práctica médica. Por eso los bioéticos
personalistas suelen acudir a esa antropología para desarrollar las cuestiones concretas, más que
acudir a esos principios. El desarrollo de la Bioética personalista se ha producido sobre todo a
partir del trabajo de Elio Sgreccia, y del grupo de trabajo de la FIBIP (Federación Internacional de
Centros de Bioética de inspiración personalista).(6)
Bibliografía:
1. Ciccone L. Bioética: Historia. Principios. Cuestiones. Palabra; 2005.
2. Gafo J. Diez palabras clave en bioética. Verbo Divino, Editorial; 2000.
3. Penchaszadeh VB. Ética de las investigaciones biomédicas en poblaciones humanas. Rev Cuba
Salud Pública. 2002 Dec;28(2):149–56.
4. Informe Belmont [Internet]. Wikipedia Encicl. Libre. 2013 [cited 2013 Sep 11]. Available from:
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Informe_Belmont&oldid=67980743
5. Sgreccia E. Manual de bioética: II. aspectos médico-sociais. Edicoes Loyola; 1997.
6. Bioética personalista - BioeticaWiki [Internet]. [cited 2013 Sep 12]. Available from:
http://bioeticawiki.com/Bio%C3%A9tica_personalista