Cuando Dios puso el arco • iris en las nubes,
dijo que jamás volvería a inundar la tierra
con un diluvio (Génesis 9.13–17). El arco
es un recordatorio del pacto de Dios con la
humanidad.
Luisa de Marillac y la educación de las niñas pobres
Anticipada en el Antiguo Testamento - Éxodo 12.1-30
1. la cena
del señor
Pasaje clave: Éxodo 12.1–30
Anticipada en el
Antiguo Testamento
Diferentes prácticas antiguotestamentarias
anunciaban prácticas neotestamentarias. Estas son
«tipos» (tupoß, tupos) de las realidades del Nuevo
Testamento, las cuales son conocidas como «antitipos» (antitupoß, antitupos).
Adán era un «tipo» o «figura» (Romanos 5.14)
de Jesús, por lo tanto Jesús es el «antitipo». El que
Noé fuera puesto a salvo en el arca mediante agua
era un tipo del bautismo, pues leemos:
… en los tiempos antiguos, en los días de Noé,
desobedecieron, cuando Dios esperaba con
paciencia mientras se construía el arca. En ella
sólo pocas personas, ocho en total, se salvaron
mediante el agua, la cual simboliza [a Ónti tupoß,
÷
antitupos] el bautismo que ahora los salva también a ustedes (1ª Pedro 3.20, 21; Nueva Versión
Internacional).
La liberación física de los que estaban en el arca
mediante agua es una sombra (tipo) de nuestra liberación espiritual mediante el bautismo, la realidad
(antitipo) que ahora nos salva. La serpiente que fue
levantada para que Israel mirara con el fin de vivir
es un tipo de Jesús, quien fue levantado para que
podamos tener vida eterna (Juan 3.14, 15).
Tiene que existir el árbol antes de que su sombra
pueda existir. En contraste, los tipos del Antiguo
Testamento, o las sombras, fueron primero, y luego
los antitipos del Nuevo Testamento, las realidades,
les dieron cumplimiento. Los tipos en el Antiguo
Testamento fueron por lo general representaciones
físicas de las realidades espirituales del Nuevo Testamento (Romanos 2.29; 7.6; 2ª Corintios 3.6).
Puede verse una representación anticipada de
la Cena del Señor en varias instituciones judías, a
saber: conmemoraciones, especialmente la Pascua;
sacrificios; pactos y comidas en el reino.
conmemoraciones
Dios usó conmemoraciones en el Antiguo Testa-
mento para ayudarle al pueblo a recordar grandes
acontecimientos.
El propósito de las conmemoraciones es preservar y perpetuar lo más valioso de las personas
e incidentes […]
Toda conmemoración nos recuerda algo, de
lo contrario, pierde su significado y se vuelve
vana. Lo que hace que la conmemoración cumpla su función, es lo dignamente inusual —de
las personas, hechos o cosas, por lo general
trascendentales.1
Los siguientes son ejemplos de conmemoraciones en el Antiguo Testamento:
• Cuando Dios puso el arco iris en las nubes,
dijo que jamás volvería a inundar la tierra
con un diluvio (Génesis 9.13–17). El arco
es un recordatorio del pacto de Dios con la
humanidad.
• Dios le dio a Israel un día de reposo para ser
observado semanalmente en el séptimo día
(Éxodo 20.10; Deuteronomio 5.14). El pueblo
debía recordar que Él los había liberado de
la esclavitud egipcia.
• La Pascua fue dada a Israel para que el
pueblo recordara la noche cuando Dios
pasó sin dar muerte al primogénito en las
casas marcadas con sangre en los postes
de las puertas. Cuando el pueblo comía la
cena de la Pascua, habían de recordar los
acontecimientos que giraron en torno a su
liberación de la esclavitud de Egipto.
• Josué hizo que doce hombres tomaran cada
uno una piedra del río Jordán para conmemorar el hecho de que Dios les permitió
1
Guy B. Funderburk, «Memorial y memoria», The Sondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible (Enciclopedia pictórica
de la Biblia por Zondervan), ed. Merrill C. Tenney (Grand
Rapids, Mich.: Zondervan Publishing House, 1975), 4:179.
1
2. cruzar. Era un recordatorio para que el
pueblo contara a sus hijos cómo Dios detuvo
el flujo del río y poder cruzar dirigidos por
los sacerdotes que llevaban el arca del pacto
(Josué 3.11—4.7).
Las conmemoraciones del Antiguo Testamento
le ayudaban al pueblo a recordar acontecimientos
importantes. Jesús instituyó la Cena del Señor
como una conmemoración, diciendo: «… haced
esto en memoria de mí» (1ª Corintios 11.24; vea
vers.º 25).
los SACRIFICIOS
Los sacrificios de la ley, como sombras que
eran, proveyeron un trasfondo para el sacrificio
de Jesús.
Porque la ley, teniendo la sombra de los
bienes venideros, no la imagen misma de las
cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios
que se ofrecen continuamente cada año, hacer
perfectos a los que se acercan (Hebreos 10.1).
Cuando se ofrecían sacrificios bajo la ley, los
pecadores recordaban sus pecados. «Pero en estos
sacrificios cada año se hace memoria de los pecados» (Hebreos 10.3). Lo mismo puede decirse de
nosotros al observar la Cena del Señor. Recordamos
nuestros pecados al concentrarnos en la ofrenda
de Jesús que quita los pecados (Mateo 26.26–28;
1ª Corintios 11.23–25).
el PACTO
El primer pacto, que incluía los Diez Mandamientos, fue hecho por Dios con los israelitas no
mucho después de que hubieron salido de Egipto.
Moisés colocó en el arca del pacto las dos tablas de
piedra en las que Dios había escrito el corazón del
pacto, los Diez Mandamientos.
En vista de que el primer pacto no proveía total
misericordia y perdón de los pecados de Israel,
Dios lo sustituyó con un segundo pacto que sí lo
hace (Hebreos 8.7, 8, 12, 13). Jeremías profetizó,
diciendo:
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los
cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y
con la casa de Judá. No como el pacto que hice
con sus padres el día que tomé su mano para
sacarlos de la tierra de Egipto (Jeremías 31.31,
32a).
Jesús, el mediador del nuevo pacto (Hebreos 12.24),
quitó «… lo primero, para establecer esto último»
(Hebreos 10.9).
Ambos pactos fueron establecidos con sangre
2
(Éxodo 24.5–8; Hebreos 9.18–20). La sangre de los
animales prefiguraba la sangre de Jesús, la cual
estableció el nuevo pacto de la misericordia y el
perdón (Mateo 26.28). En este pacto, Dios se ha
comprometido a perdonar los pecados de los que
obedecen a Jesús. Mediante la sangre de Jesús, nos
limpiará de nuestros pecados y no los recordará
más (Hebreos 8.12).
el Comer en un reino
Comer a la mesa de un rey con otras personas
que estaban siendo honradas era considerado
un gran privilegio. David hizo arreglos para que
Mefi-boset comiera en su mesa (2º Samuel 9.6–10).
Le pidió a Salomón que honrara a los hijos de Barzilai permitiéndoles comer en su mesa y así mostrar
su agradecimiento por la ayuda de Barzilai cuando
David huía de Absalón (1º Reyes 2.7). Muchos fueron
honrados en la mesa de Salomón (vea 1º Reyes 4.27).
Evil-Merodac, rey de Babilonia, honró a Joaquín
sacándole de la cárcel para comer en su presencia
(2º Reyes 25.29; Jeremías 52.33).
Comer pan y beber del fruto de la vid en la
cena del Señor es también un honor. Es una comida
llevada a cabo en un reino, la cual compartimos
con los conciudadanos (vea Filipenses 3.20) que se
reúnen para recordar a Jesús y Su sufrimiento en
nuestro favor. Los que participen son grandemente
bendecidos porque tenemos el privilegio de tener
comunión unos con otros y con el grandioso Rey
Jesús en Su mesa durante Su Cena (Mateo 26.29;
Lucas 22.30; vea Marcos 14.25; 1ª Corintios 10.21).
RESUMEN
Las prácticas bajo el Antiguo Testamento eran
tipos de la realidad del nuevo pacto. Algunas de
ellas prefiguraron la Cena del Señor y pueden
ayudarnos a entender y apreciar su significado y
propósito.
Versiones de la Biblia usadas
en este estudio
ASV — American Standard Version (Versión Estandarizada
Estadounidense)
KJV — King James Version (Versión del Rey Jacobo)
NASB — New American Standard Bible (Nueva Biblia de
formato estadounidense)
NEB — New English Bible (Nueva Biblia Inglesa)
NIV — New International Version (Nueva Versión
Internacional)
NKJV — New King James Version (Nueva Versión del Rey
Jacobo)
NRSV — New Revised Standard Version (Nueva Versión
Estándar Revisada)
RSV — Revised Standard Version (Versión Estándar Revisada)