LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
La cirugía en el renacimiento
1. La cirugía en el Renacimiento
Estudio anatómico del brazo, por Leonardo da VinciLos siglos XV (il Quattrocento) y XVI (il
Cinquecento) tienen en Italia el origen de unas filosofías de la ciencia y de la sociedad basadas en
la tradición romana del humanismo. El florecimiento de Universidades en Italia al amparo de las
nuevas clases mercantiles supuso el motor intelectual del que se deriva el progreso científico que
caracteriza a este periodo. Esta "nueva era" recala con especial intensidad en las ciencias naturales
y la medicina, bajo el principio general del "revisionismo crítico". Los nuevos conocimientos en
anatomía suponen el despegue definitivo de disciplinas como la cirugía o la anatomía patológica.
El ansia de conocimientos afecta simultáneamente a todos los gremios hasta el punto de hacer
exclamar a Vesalio, el principal anatomista del siglo XVI:
No me preocupan los pintores y escultores que se apelotonan en mis disecciones ni, a pesar de sus
aires de superioridad, me siento menos importante que ellos
El espíritu científico impregna cada rama del saber: Antonio Benivieni, cirujano italiano de la
segunda mitad del siglo XV, anota minuciosamente todas sus intervenciones y las autopsias que
realiza posteriormente a los pacientes que no sobreviven. Estas notas se publicarán en 1507 bajo
el título De abditis nonnullis ac mirandis morborum et sanationum causis (De las causas ocultas de
las enfermedades), con el imaginable interés para todo el cuerpo médico. En su haber se cuentan
las primeras descripciones documentadas de cáncer de estómago e intestino, así como extensas y
detalladas descripciones de los varios tipos de hernias conocidos.[34]
El mejor anatomista, aunque no el primero, de este periodo es Andrés Vesalio, autor de uno de los
manuales de anatomía más extendidos e influyentes durante los siguientes dos siglos: De humani
corporis fabrica. Este médico peregrinó a Jerusalén, según se revela en una carta de 1563, tras
serle conmutada por el rey la pena de muerte por la penitencia de la peregrinación. El motivo de la
condena es la disección que realizó a un joven noble español tras su muerte y el descubrimiento,
al abrirle el pecho, de que el corazón aún latía.
Vesalio se doctora en la universidad de Padua, tras formarse en París, y es nombrado "explicator
chirurgiae" (profesor de cirugía) de esta universidad italiana. Durante sus años como profesor
redactará su gran obra, y acabará su carrera profesional como médico personal de Carlos I y,
posteriormente, de Felipe II.
2. De esta misma época (1511-1553) es el español Miguel Servet, otro pionero en el campo de la
Anatomía. Practicando la disección junto a Hans Gunther observó, y publicó en su obra
Christianismi restitutio, que la sangre se oxigenaba en los pulmones (y no en el corazón como creía
Galeno) y que en este órgano se producía una circulación menor tras la cual la sangre accedía al
ventrículo izquierdo. Este descubrimiento, sin embargo, ya lo había hecho Ibn Nafis, médico árabe
del siglo XIII, pero sus observaciones no fueron conocidas en occidente.
[editar] Los BarberosDesde el siglo XIII la categoría de los cirujanos franceses venía
incrementándose y haciéndose visible mediante la autoridad para vestir la toga larga y realizar
cirugía mayor. A lo largo de los siguientes siglos comienza a emplearse el término de "barbero"
para referirse a un gremio de "prácticos", no médicos, desconocedores del latín y cuyo campo de
actuación se limitaba a intervenciones menores, como flebotomías, extracción de piezas dentarias,
o curación de pequeñas heridas. En Francia, los éxitos de la cirugía durante el Renacimiento
llevaron a la desaparición de las diferencias de clase entre los médicos y los cirujanos.
Sin embargo los barberos seguirán realizando su función social libremente durante mucho tiempo,
hasta la fundación de la Académie Royale de Chirurgie en 1731, dirigida en sus inicios por el
cirujano Jean Louis Petit, quien perfeccionó el torniquete), y la promulgación de la ordenanza de
Luis XV prohibiendo a los barberos el ejercicio de la cirugía.
En Inglaterra, sin embargo, los internistas van ganando fuerza a lo largo del siglo XV, consiguiendo
fundar el Real Colegio de Médicos, igualando a los cirujanos con los barberos, y obligándoles a ser
regulados bajo idéntica norma que los pasteleros o los notarios. En 1540 el parlamento autoriza la
creación de la Compañía de cirujanos-barberos, pero habrá de ser Thomas Vicary, cirujano
encargado de curar con éxito una herida de la pierna de Enrique VIII, quien consiga de manos del
rey la carta de derechos del gremio de cirujanos.[35]
Los barberos en el arte renacentista
Sutura de una herida menor en una barbería,
Gerrit Ludens, (1622-1683) Extracción dentaria, Johann Liss, 1616. Intervención podológica,
3. David Teniers, 1663
[editar] La nueva cirugía
Ambroise Paré a los 55 años, André Wechel, 1573.
Los diferentes tipos de siameses, según el estudio realizado por Paré.En las últimas décadas del
siglo XVI, a punto de finalizar el periodo renacentista, hace su aparición el principal cirujano de
esta época, y padre de la cirugía francesa:[36] Ambroise Paré (1510-1590). Poco antes el suizo
Paracelso, figura médica controvertida, considerado por unos simple barbero, alquimista por la
mayoría y cirujano por otros, había intentado con poco éxito elevar el rango de la cirugía al mismo
nivel que el de los médicos internistas, pero será el francés quien elimine las últimas reservas. Este
cirujano fue médico personal de cinco reyes en una época en que era costumbre al uso sustituir a
toda la corte con cada nuevo reinado. Su formación se inicia en el gremio de los barberos y
sacamuelas, pero compagina su trabajo con la asistencia al Hôtel-Dieu de París. Su trabajo como
cirujano comienza entre las filas del ejército francés, donde se especializó en heridas de bala.
Sufrió un cierto rechazo de la comunidad médica, ya que su extracción humilde y su
desconocimiento del latín y el griego le llevaron a escribir toda su obra en francés. Desde sus
inicios se le consideró un "renovador", lo que no siempre le benefició, aunque su reputación fue
hasta el final su principal aval. La siguiente cita ejemplifica su espíritu innovador, siendo
considerado el primer cirujano en realizar la ligadura rutinaria de los vasos en las
amputaciones:[37]
dices que atar los vasos sanguíneos tras una amputación es un método nuevo y, por tanto, no
debe aplicarse. Mal argumento para un médico
Su inventiva le llevó a diseñar algunos instrumentos quirúrgicos, e incluso diseñó algunas prótesis
o "miembros artificiales" para algunos de sus pacientes amputados. Es de señalar su estudio sobre
siameses, o su refutación del empleo de las piedras bezoar, como antídotos universales. Buena
parte de su obra es un compendio de análisis y refutación de costumbres, tradiciones o
supersticiones médicas, sin fundamento científico ni utilidad real.[38]
[editar] Una disciplina científica
Lorenz Heister, Institutiones chirurgicae, in quibus quicquid ad rem chirurgicam pertinet optima et
novissima ratione pertractatur.El despegue de las ciencias físicas y biológicas que se produce a
partir de este momento supone el definitivo empujón para la cirugía como disciplina médica con
suficiente entidad propia. Comienzan a proliferar multitud de médicos y cirujanos notables,
muchos de ellos especializados ya en campos concretos. En Europa central se distribuye con éxito
4. un libro titulado Surgery. Su autor es Lorenz Heister (1683-1758), cirujano alemán que ejerció
también en Holanda, e Inglaterra. Durante una autopsia realizada en Altdorf describe así el
hallazgo en el cadáver de apendicitis, siendo el primer informe documentado sobre esta patología:
cuando estaba a punto de diseccionar el apéndice observé que estaba demasiado oscuro y
presentaba adherencias inusuales a la pared abdominal. Intenté desprenderlo con cuidado pero
las paredes estallaron y dejaron salir algunas cucharadas de pus. Esto demuestra la posibilidad de
inflamación y formación de pus en el apéndice
Aparece la especialidad de la traumatología, denominada en sus orígenes álgebra, con la que se
hace referencia a la manipulación de fracturas y luxaciones. Fernando de Mena, cirujano español y
médico personal de Felipe II propone que
...no se admitiese a examen a ningun cirujano, que no diese cuenta del álgebra, para que usándola
los mismos cirujanos y examinándose della, excuriessen y acabasen los concertadores que por ay
andan sin entender la anatomía de los huesos.[39]
Dominique-Jean Larrey.William Cheselden, John Hunter o Percival Pott en Inglaterra, Jean-Andre
Venel en Suiza, Pedro Virgili o Antonio de Gimbernat en España son algunos de los nombres de
una lista interminable de cirujanos destacados del siglo XVIII.[40] De todos ellos hay que destacar a
Dominique-Jean Larrey (1766-1842), cirujano de Napoleón e inventor del transporte en
ambulancia utilizado por primera vez durante las guerras napoleónicas. Sirvió en la fragata
Vigilante, en Terranova, pero las dificultades para acostumbrarse a la vida en alta mar lo llevan de
regreso a París siendo nombrado en 1790 ayudante de cirugía del Hospital de Los Inválidos.
Posteriormente es destinado al frente austriaco, con el ejército del Rin, donde evidencia las
dificultades y graves carencias del ejercicio de la cirugía en combate. Diseña entonces un vehículo
cerrado, tirado por caballos, con espacio para un hombre tumbado y con una adecuada
suspensión: la "ambulancia volante". Este vehículo debería incorporar, según su propio informe,
un médico, un oficial, un suboficial, 24 soldados y un tambor, además del material de vendaje. Su
vehículo resulta tan exitoso que en 1793 es desplazado a París con la tarea de organizar un sistema
de ambulancias volantes para todo el ejército francés. Posteriormente serviría en España y en
Egipto, perfeccionando sus habilidades quirúrgicas y especialmente las técnicas de amputación.
De vuelta en Francia Napoleón le nombra barón y cirujano honorífico de los Chaseurs de Garde
(guardia personal del emperador), aunque seguirá cumpliendo sus tareas de cirujano de campaña,
incluso en Waterloo, donde fue capturado por los prusianos, pero liberado posteriormente al ser
reconocido por un médico alemán, antiguo alumno suyo. En el testamento de Napoleón se puede
5. leer una reseña en la que lega "cien mil francos a Larrey, el hombre más valioso que jamás he
conocido."
Escribió varios tratados de cirugía (Mémoires de chirurgie militaire, Recueil de mémoires de
chirurgie o Clinique chirurgicale) y hoy día se conservan en la nomenclatura médica varios
términos epónimos en su honor: “Enfermedad de Larrey” (una variante del tétanos), “Signo de
Larrey”, “Operación de Larrey” o “Amputación de Larrey”.*41+
Entre los siglos XVIII y XIX descuella en Escocia la saga de los Bell. Benjamin Bell (1749-1806)
resumió los conocimientos quirúrgicos hasta ese momento en una enciclopedia denominada
System of Surgery, y fue el primero en aconsejar mastectomías radicales para tratar el cáncer de
mama. Sus hijos, Charles y John Bell continuarían la tradición paterna. Otro miembro de esta
dinastía fue Joseph Bell House, cirujano inspirador de la figura de Sherlock Holmes, y de quien Sir
Arthur Conan Doyle llegó a afirmar que
...es el hombre más notable que jamás he conocido. Es un personaje singular, tanto de aspecto
como de espíritu. Delgado y de tez morena, rostro afilado y nariz ganchuda, ojos grises,
penetrantes, hombros elevados y movimientos bruscos[42]
[editar] La cirugía a partir del siglo XIX
Maletín médico-quirúrgico del siglo XIXDurante el siglo XIX se consuma la integración de la
medicina y la cirugía en un mismo cuerpo de conocimientos y enseñanzas, lo que supone el
espaldarazo definitivo a la especialidad quirúrgica, con la incorporación añadida de la
traumatología a su ámbito de actuación. La derrota de los tres enemigos clásicos de la cirugía: la
hemorragia, la infección y el dolor, es la victoria de esta disciplina; el desarrollo de las teorías
microbianas de las enfermedades infecciosas (Semmelweis, Pasteur, Joseph Lister...), la evolución
de las técnicas anestésicas o el descubrimiento de los rayos X son herramientas fundamentales en
su impulso: el cirujano puede trabajar con el paciente sedado, y, por lo tanto, sin la rapidez que se
le requería hasta ese momento, con mucho mayor conocimiento sobre lo que se puede encontrar
y con armas adecuadas para paliar las posibles complicaciones. Las tasas de morbimortalidad
comienzan a caer, y todo esto se produce en un margen de pocas décadas.
Destacan en este siglo cirujanos como Abraham Colles (1773-1843) (médico irlandés que dio el
nombre a la característica fractura por caída de la extremidad distal del radio), Sir Benjamin Brodie
(1786-1862) (absceso de Brodie), William John Little (enfermedad de Little) o Sir James Paget
(1814-1899) (enfermedad de Paget). En realidad la lista es interminable y se extiende por las